Ciudadano Fiscal General de la República (FGR): Han transcurrido seis meses desde que fui indultado por el presidente de la República el pasado 31-8-2020¹, sin ningún tipo de cargos en mi contra, y después de haber sido encarcelado sin orden de aprehensión, y en plena violación de mis derechos humanos el 25-3-2020, cuando fui prácticamente raptado por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) quienes me detuvieron estando en mi residencia, ubicada en La Asunción, estado Nueva Esparta.
Dejo claro que nuestra "detención", - estableciendo las distancias de la amplitud mediática - fue un hecho similar al cómo usted fue secuestrado en su entonces domicilio en el este de Caracas, un día después en que fuerzas represivas de quienes habían consumado un golpe de Estado el 11 de abril de 2002, y dónde pudimos ver ante las pantallas de televisión el cómo usted fue subido hasta una "unidad policial" y en donde recordamos que sus primeras declaraciones o testimonio desde esa "patrulla" y montado en su parte posterior fueron: "me están violando mis derechos humanos"; una analogía pertinente entre su "detención" y la mía, porque ambas tienen características semejantes en que jamás resultaron de un proceso jurídico apegado con la ley.
Su detención así como aquel golpe de Estado fueron condenados por mi persona en medios regionales de Nueva Esparta, incluyendo un artículo publicado en el más importante periódico de Margarita el 13-2-2002 en donde tenemos los originales y copias respectivas, sobre lo que concluyó ese mismo día con la retoma del hilo constitucional por parte del pueblo y la Fuerza Armada, y el retorno de Hugo Chávez al poder.
Lamentablemente, casi 20 años después, no vamos a caer en un debate histórico y político sobre las razones en que hoy sin renunciar a mis condiciones de pensador de justicia social, me llamen ahora con el remoquete de pertenecer a la "izquierda trasnochada", sin obviar que por tal calificación, otros utilicen tal figura para asegurar que soy promotor de "odio", buscando con ello que nos sea "imputada" nuevamente tal figura como "delito" porque al no tener en nuestra vida ninguna condición judicial que haya manchado nuestro nombre y conducta social, pareciera que para algunos mi pluma y mis ideas ante lo que considero el más desastroso y autoritario gobierno desde 1958 deben ser liquidadas estando tras las rejas.
Señor FGR toda mi vida he sido un individuo que ha entregado sus actos por la docencia, la investigación y los derechos humanos de nuestro país y otras latitudes, al punto que nuestro nombre académico y artículos de opinión se extienden y multiplican en diversos idiomas y países, entre ellos China y Rusia, y no precisamente por escritos que sean críticos al gobierno, sino que han sido relevantes de manera internacional para las ciencias sociales y la investigación del pensar, tema al cual he dedicado no menos de los últimos 10 años de mi vida, y cuya tesis doctoral titulada, La regeneración del pensar y la texturas del pensamiento generadas por la epistemología de la trans-onto-complejidad, la cual fue publicada por una importante editorial de España², y probablemente tendrá su primera traducción en inglés en el corto plazo.
En tal sentido, por ahora, no haré narraré más episodios parecidos como aquel en donde estando preso en los sótanos de la Dgcim (Boleita, Caracas) en una angosta celda de castigo, y luego de haber estado varios días sin comer ni tomar agua de manera consecutiva, y al tener una condición de enfermedad crónica como la epilepsia, tuve una severa convulsión que me colocó al borde de la muerte, - al no recibir medicamentos ni alimentos- y cuya respuesta del "custodio" que fue a "atenderme" ante ese hecho por testimonios de mis compañeros de celda, fue de golpearme varias veces y en diversas partes del cuerpo con un bate, porque supuestamente, yo estaría "disimulando" tal condición en mi pérdida de conocimiento.
Por supuesto, ese hecho, del cual por supuesto nunca tuve conciencia por las condiciones de pérdida del conocimiento - como si lo tengo de otras torturas que me aplicaron en ese espacio- me sigue afectando en la actualidad con severas dolencias en mi columna vertebral, caderas y extremidades inferiores, y aunque eso no derive en alguna investigación por parte de la institución que usted representa, solo quiero alertar que desde mi perspectiva en ese espacio, aunque reconozco que la mayoría de funcionarios castrenses son respetuosos de la condición humana, existen unos cuantos desadaptados a quienes lo menos que les importa es la vida de los presos políticos que son encerrados en las celdas de esa dirección militar.
Ciudadano FGR, ante lo narrado, y evidenciando que al momento de mi ilegal encarcelamiento también fueron confiscados mis dos equipos electrónicos (una computadora portátil - perteneciente al grupo familiar, entre ellos de mi hijo de 16 años- y un teléfono celular) valorados en aproximadamente 600 dólares, así como hasta ropa y zapatos, y teniendo usted el conocimiento que tales pertenencias debieron haber sido entregadas nuevamente a mi persona en un máximo de 72 horas después del indulto presidencial, y ante las palabras del presidente de Tribunal Supremo de Justicia quien también asegura que durante un máximo de 96 horas se solucionan los actos judiciales, exijo que se emplace al fiscal nacional que fue designado en mi caso para que se realice de manera inmediata la devolución de mis equipos, los cuales son indispensables para la elaboración de mis labores académicas, y también de mi grupo familiar.
Esperando que la presente solicitud tenga eco en sus decisiones, o en su defecto que se deje claro que esos equipos fueron "confiscados" de manera permanente sin justificación alguna por la Dgcim y en plena violación ante la Constitución y las leyes, se suscribe...