(…) "Nosotros tomaríamos la posición de que ningún ser humano, por más sabio y bueno, está capacitado para ser el gobernante único sobre las actividades de una complicada sociedad y que, con las mejores intenciones, es muy probable que un déspota benevolente produzca muy terribles daños que de otra manera hubieran sido imposibles".
Herbert Spencer - The Proper Sphere of Government
Desde el momento en que se hizo pública la detención del colombiano Álex Saab y, a pesar de que éste había comenzado hacia finales de 2011 el contubernio político-económico en los últimos tiempos de Hugo Chávez, y si asumimos que Nicolás Maduro tomó las riendas de Venezuela de manera encargada desde buena parte de 2012, y luego de su cerrada elección por apenas 1,5% de los votos de ventaja sobre Henrique Capriles, pasando por su cuestionada elección de 2018 hasta su más reciente declaración este 23-9-2021 sobre el susodicho al cual refirió: "Secuestraron al empresario, enviado diplomático especial del Gobierno de Venezuela Alex Saab Morán que traía los CLAP a Venezuela. Lo secuestraron, lo torturaron y aún lo mantienen secuestrado en Cabo Verde de manera ilegítima, ilegal e inhumana. Hicieron todo lo posible por destruir los CLAP, que es el alimento de las familias venezolanas" ¹, es porque estamos en presencia de un individuo cuya detención ha golpeado de manera preponderante en lo político, económico e internacional al madurismo.
Y esta declaración de Nicolás Maduro llama mucho la atención, porque la misma se origina luego del infructuoso y hasta ridículo anuncio de Jorge Rodríguez en incluir el tema del colombiano acusado de lavado de activos en Estados Unidos en la llamada mesa de diálogo que mantiene el madurismo con la oposición en México, y de prácticamente agotar su defensa en Cabo Verde de todas las artimañas jurídicas que fueron negadas por el Tribunal Constitucional de ese país buscando evitar su extradición ante la justicia norteamericana.
Y es que si hay una gran distinción para hablar de las profundas diferencias entre chavismo y madurismo es precisamente el caso de Álex Saab el que mejor las explica. Veamos: ¿quién del madurismo puede demostrar que Álex Saab era un potentado empresario colombiano antes de 2012? ¿Cómo es eso que el madurismo logró el milagro que este individuo realizara múltiples negocios a expensas del Estado, y mientras un país entero se empobrecía, Saab se hacía multimillonario?
Igualmente, si apuntamos que se requiere un mínimo de residencia en Venezuela por parte de un extranjero para optar a nuestra nacionalidad, ¿Por qué Álex Saab terminó siendo "venezolano" y además "diplomático" para lo cual se requiere haber nacido en suelo patrio? ¿Dónde están las cartas y solicitudes de Saab ante las instancias correspondientes y cumpliendo los lapsos de rigor en su deseo de ser "venezolano"? ¿O fue algo que se realizó por vías de excepción estando detenido en Cabo Verde? ¿Existe algún acto grabado en donde Saab fue investido con nuestra nacionalidad y con juramento ante el Pabellón Nacional como se acostumbra en estos casos? Evidentemente, que aquí lo que existen son profundas interrogantes, y todas acompañadas de posibles violaciones a la Constitución y las leyes.
También es curioso que Maduro señale que Alex Saab fue "secuestrado" y "torturado", pero el presidente calla ante las denuncias que hemos realizado muchos venezolanos, entre ellos quien suscribe, quien fue sometido al salvajismo de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) dejándome sin agua, sin alimentos y con evidentes signos de tortura que me mantuvieron en estado de coma por varias horas, siendo esta situación, propia de muchas denuncias de presos políticos, y procedimientos, al punto que el fiscal general de la República reconoció el asesinato de Juan Pablo Pernalete, Fernando Alban y el capitán Rafael Acosta Arévalo²; esto sin obviar las múltiples denuncias de violaciones a los derechos humanos que se cometen en los otros espacios de órganos del Estado, y una población penal que muere sin ningún tipo de asistencia en las cárceles venezolanas, hechos que han sido detallados por reconocidas instituciones como Provea, Observatorio Venezolano de Prisiones y Foro Penal, y que además han sido certificadas y también denunciadas por la Oficina de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, y aunque algunos hechos son reconocidos por el propio fiscal en los casos de los asesinatos mencionados, terminan calificadas de "panfleto", y cuya similar adjetivación recibían inicialmente los casos de Pernalete, Albán y Acosta Arévalo.
Aquí la única verdad es que el madurismo permitió que un empresario colombiano, o sea, extranjero, hiciera probablemente turbios negocios con terceros dentro y fuera del país, y ese sería el interés tan inusitado que el régimen ha tenido en buscar por cualquier vía la "libertad" de Alex Saab, y que al parecer, no dudaríamos sería la excusa perfecta para levantarse de la mesa de diálogo en México una vez que se concrete la extradición del acusado de sendos delitos financieros ante las autoridades norteamericanas.
Al madurismo, poco le ha importado la suerte de la "enfermera de Chávez", o alias "El tuerto", o el de una ex ministrilla de salud, o algún otro detenido o exiliado que sabemos se ha llevado miles de millones de dólares del país de manera fraudulenta; pero el caso de Álex Saab es algo que obviamente esconde más que simples hechos de corrupción, porque al parecer responde a un conjunto de tentáculos internacionales cuyas únicas respuestas de parte del hasta reconocido "diplomático" ejerciendo funciones activas simultáneas de empresario con Miraflores, pareciera es algo que tendrá un desenlace no deseado para muchos.
Por lo pronto, quienes defienden a Álex Saab, en su mayoría son los mismos que desde Twitter hacen cualquier tendencia en favor del imputado colombiano, y llegaron al extremo de justificar que fuerzas represivas maduristas, o sea, violadoras de derechos humanos, dijeran que por culpa de "padres mediocres", en este caso una madre, estaba formando "hijos mediocres", en clara alusión al adolescente Rufo Chacón quien en 2020 quedó ciego por culpa de procedimientos llenos de bazofia y excremento policial disparando a mansalva múltiples perdigones sobre su rostro, y que según tal defensor de los derechos humanos de Álex Saab – como muchos en Aporrea y otros medios maduristas – llegó al extremo de decir: "no digo que el carajito merecía que le sacaran los ojos", porque según esta escoria madurista, al igual que la mayoría de neofascistas, neonazistas y neoestalinistas que acompañan este tipo de ideología, Rufo debió haber ido a un bosque a buscar leña para cocinar, y nunca protestar por el déficit en el suministro de gas de las familias tachirenses³.
Esperamos, más allá en lo que termine de hacer el madurismo, para que aunque "llueva, truene o relampagueé" Alex Saab sea extraditado a Estados Unidos y se termine de conocer las razones por las cuales el régimen que gobierna a Venezuela siempre ha defendido a un colombiano multimillonario que, si algo nunca ha tenido, son orígenes ideológicos en el chavismo y menos socialistas. Las horas de Alex Saab están contadas para comenzar otro capítulo de lo que pudiera ser el más grande entretejido de corrupción jamás vista en la historia contemporánea nacional y latinoamericana.
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¹ https://alnavio.es/maduro-dice-que-alex-saab-ha-sido-secuestrado-y-torturado-en-cabo-verde-video/
³ https://twitter.com/vivassantanaj_/status/1441370657376202759