Debo confesar que en la actualidad venezolana, el socialismo es una ilusión, una esperanza etérea, un anhelo desesperado por alcanzar la justicia social que ni siquiera se asoma a la ventana del pueblo siempre oprimido. Ahora tenemos CONCIENCIA de clases, de lo que es la política sana en la mente y el corazón de un verdadero revolucionario, o sea, sabemos diferenciar entre un pseudorevolucionario mediático y un revolucionario de verdad. Quiero enmarcar esto en el contexto de la conciencia que ahora nos permite discernir las pautas del proceso previo a un estado socialista. Y una de esas pautas primordiales es el castigo al delito en todas sus manifestaciones, asunto espinoso e infartante que mantiene en jaque (casi mate) al embrión de socialismo que se ha implantado en algunos pequeñísimos espacios de nuestro capitalista país. Si alguien con deficiencia cardíaca quiere pasar al más allá, sólo tiene que hacer una vomitiva retrospección hasta llegar al 11 de abril del 2002, pasando por el increíble impune mundo del sabotaje petrolero y económico. El anterior Fiscal General ha sido lo más torpe e ineficiente en el combate a la impunidad. Llegó al colmo de avisarle a "su amigo" Poleo que imputaría a su hija, esto es, dile que se largue porque la vamos a enjuiciar. Estupideces de ese rango fueron muchas. Dejó una herencia maldecida que difícilmente podrá ser trascendida. Si enumeramos una parte de todo ese intestino grueso de delitos sin delincuentes, nos encontraríamos con una playa de estiércol y no vamos a intoxicarnos con ese ejercicio masoquista que rompería el equilibrio de la sístole y la diástole.
Señora Fiscala General: Usted continúa con la misma línea blandengue de su antecesor mediocre. No creemos en usted y su equipo, de los cuales muchos se compran y se venden por 30 monedas, exceptuando la minoría decente que pervive en esa telaraña del ministerio público. Y no creemos en usted porque no ha movido un dedo, por ejemplo, para revisar los expedientes abultados del corrupto gobernador del Zulia que debería estar asilado en Miami hace rato. No creemos en usted y su equipo porque a diario esa cloaca mediática de Globovisión viola todo lo que se pueda violar en cualquier nivel delictivo, además de otros programas de opinión "periodística" donde se dicen atrocidades que transgreden cientos de normas y leyes de la república. No creemos en usted y su equipo porque en TODAS las policías del país se violentan los derechos humanos de los pendejos y no pasa nada, salvo cuando el delito es sumamente escandaloso y evidente. No creemos en usted y su equipo porque los forajidos alcaldes Leopoldo López, Capriles Radonski, por ejemplo, violaron todo lo que había por violar y andan libres vomitando porquerías contra la institucionalidad. A diario salen a la luz públicas decenas de delitos por notitia criminis y ustedes se hacen los locos, o sea, se vuelven complacientes del delito.
Por funcionarios como usted, señora Fiscala, millones de compatriotas no votarán en las próximas elecciones porque están hartos de tanta impunidad grosera y asquerosa. Los ricos y delincuentes de cuello blanco con dinero proveniente del crimen, no van a juicio ninguno, salen impunes y sin registros de antecedentes de nada.
Usted es culpable de que un bandido fugitivo de la justicia como el ex gobernador de Yaracuy, Lapi, se haya postulado a gobernador. ¿Qué es eso, señora Fiscala? Explíquenos cómo es posible que un delincuente de marca mayor como ese sujeto pueda ser aceptado por el cómplice CNE, como candidato al cargo que él mismo mancilló y pisoteó. ¿Con qué nos comemos eso, señora Fiscala? ¿Dónde está su oficio de funcionario acusador? Usted está en ese cargo para defendernos del delito, para señalar a los culpables de infracciones a la ley, por lo menos, ya que si el corrupto y podrido Poder Judicial los exonera ya es otra cosa pero usted habría cumplido con su deber.
Sepa señora Fiscala, que estamos muy pero muy decepcionados de la justicia venezolana y el fardo de la decepción está tejido con la inoperancia y complicidad del organismo que usted dirige. No iremos a ningún socialismo porque funcionarios como usted y su equipo se oponen a ello, están contentos con el status quo, son hilos de esa tela ponzoñosa que nos arropa y oprime. Usted y su equipo no hacen lo que tienen que hacer, son expertos en dar explicaciones y no soluciones, en suma, son auténticos cómplices del delito por omisión, permisividad e ignorancia. Ustedes pasarán a la triste historia de un país que intentó pero no pudo cristalizar sus sueños de equidad y justicia social. Una de las principales causas del auge vertiginoso de la inseguridad es la IMPUNIDAD que usted y su equipo alimentan. No creemos en ustedes. Son más de lo mismo. No tendrán perdón de ningún dios.efraingran@gmail.com