¿Qué ocurre con estos sujetos que, como Nixon Moreno, entiendo, han sido sometidos a juicio penal por graves acusaciones, como son: intento de asesinato, violación y fuga, y luego son recibidos y declarados como asilados políticos en el extranjero?
¿Es que acaso los convenios internacionales de asilo contemplan que delitos tan graves, como los señalados, se pueden calificar de actuaciones políticas?
Pero, ¿quien nos explica el por qué que las autoridades judiciales del país no hayan dictado hasta la fecha las providencias requeridas para que ese personaje sea devuelto al país y juzgado, como debe ser?
¿Ha habido, acaso, negligencia o un comportamiento cómplice, o como llamar o intentar explicar esto que nos informan los medios?
En un `primer análisis, pues nos queda muy claro a los venezolanos que en las primeras de cambio, tenemos un cómplice a la vista, nada más, ni nada menos que el Estado del Vaticano que le otorgó estatus de asilado en su misión diplomática una vez huyó de la policía que lo buscaba por intento de asesinato y violación a miembros de la policía de Mérida y porque, tiempo después, le organizó, en estrecha alianza con las autoridades universitarias de la ULA, de la época, el acto de su graduación de politólogo, con toga y birrete, para luego facilitarle, al poco tiempo, la fuga del recinto diplomático, todo ello, por supuesto, en complicidad con la jerarquía de la iglesia venezolana y muy por seguro, de unos cuantos dirigentes de esta oposición que tenemos, la cual no es la primera vez que ha caído en conductas despreciables y de la mayor vergüenza…
oliverr@cantv.net
