Recibí el año nuevo con la casa llena de familiares y amistades. Nos reunimos los primero días del año nuevo para celebrar. No podían faltar los juegos de mesa. En este rubro realmente el dominó no tiene competencia. Este juego permite que se encuentren alrededor de una mesa, jugando en equipo y divirtiéndose jugadores de todas las edades. Este juego se aprende en la actividad, jugando con las y los jugadores de mayor maestría. Algo que aprenden las y los jugadores de menos pericia, es que hay unas reglas básicas en el juego del dominó. Reglas que si se siguen convenientemente y con inteligencia dan buenos resultados. Se puede decidir jugar “a lo loco”, sin seguir las reglas básicas, eso siempre es una opción. Puede ser que una que otra vez se logre ganar una mano. Pero a largo plazo no se llegará muy lejos. Lo único seguro será una derrota. Algo similar sucede con la economía.
Los resultados, o mejor las consecuencias, de la actividad económica del país en el año 2016 los hemos sufrido en carne propia las y los trabajadores. No podía ser de otra manera. Dado el excesivo protagonismo del Presidente Maduro en los medios de comunicación convencionales y en las llamadas redes sociales, pereciera que todas las decisiones en materia de economía que nos han llevado al estado en que estamos las ha tomado el Presidente. Pareciera que los ministros del ámbito económico, que el Banco Central de Venezuela y otros organismos con competencia en materia económica están pintados en la pared, que realmente no hacen nada. Peor aún es la percepción que se tienen en la calle de estos entes cuando se nos dice a diario que estamos enfrentando una guerra económica. Más que “enfrentar”, estaríamos “recibiendo” duros golpes arrinconados en una esquina del cuadrilátero con muy poca capacidad de defensa. Pareciera que estamos solo recibiendo castigos del contrincante y no le hemos propinado ni un golpe. Tal vez atinemos uno que otro golpe, pero al parecer sin contundencia. A lo sumo pareciera que hay unos funcionarios encerrados en cómodas oficinas jugando a la economía, mientras que el Presidente Maduro es el único que anda en la calle, dando la cara, anunciando las medidas y asumiendo el costo político. Creo que deberíamos dejar de jugar con la economía y aprender algo de jugar dominó.
Pienso que la cuestión es sencilla. Trabajar en equipo, la economía no es una cuestión que se maneja por la voluntad de ciertos individuos, aunque sea el Presidente de la República. El equipo cuando gana se lleva el crédito y cuando pierde asume la derrota y el costo político. Actuar siguiendo las reglas básicas de la economía, no se puede actuar a “lo loco” en materia económica. ¿Acaso no se sabe desde el preescolar que la emisión de dinero inorgánico genera inflación? Al igual que en el dominó, en la economía hay unas reglas o normas básicas, que si se siguen de manera inteligente pueden producir buenos resultados. No serán suficientes, pero son necesarias. Al igual que en el dominó, si se decide actuar a “lo loco”, ignorando a la torera las leyes de la economía, solo nos aseguramos una derrota.