No puedo dejar pasar la oportunidad de pensar sobre un asunto que se repite en la conciencia de miles de ciudadanos y ciudadanas venezolanas opositores, el odio hacia el régimen chavista, acusándolo de haber construido una sociedad socialista y más aún hasta de comunista, incluso los muy distraído se lo creen, tal vez la propaganda oficial contribuyó a ello, exhibiendo en otros tiempos los avances de la inclusión social, los índices de desarrollo humanos como premios a las políticas públicas de orientación socialistas. Pero la otra propaganda, la de los medios capitalistas, apostó por acusar que todos los males de la República son fruto del comunismo chavista, del modelo castrocomunista, del modelo cubano al cual Chávez nos había empujado al socialismo.
El asunto deviene por cuanto vivimos tiempos de escasez de bienes fundamentales en la sociedad venezolana, de crisis de producción, tanto de alimentos como de fármacos, no hay repuestos para los equipos, automóviles, y si los hay muy caros, muchas gente afirma "no se consigue nada", otros no pueden pagar el precio del mercado los bienes importados, y los hay quienes pagan los precios de bachaqueo a falta de soluciones, el meollo, no hay producción nacional, todo es importado, nada se produce, todo se trae del exterior, imitamos patrones de producción y consumo, nada original, las empresas capitalistas venezolanos no emulan a sus pares, no son capaces de hacer una revolución industrial, no innovan, todo se lo dejan al papel del Estado, eso sí, pretende minimizar su papel, que él no se vea el bulto, que ellos son subsidiarios.
Si se traslada a recibir un servicio, reclamo, alguna petición de reparación sea de un servicio público, sea eléctrico, de agua, telefónico, se encontrará con el mismo problema, "no hay", postergado el servicio, no hay repuestos, pasaran días y días sin recibir atención alguna, el empleado soportando los reclamos, el gobierno sin respuesta alguna, algunas veces apagones, cortes de agua, robos de cables de teléfonos, caída de la señal de internet, al punto que muchos dicen "que nada sirve en Venezuela", en todo caso, mejor sería volver atrás, a los tiempos de la "democracia", mientras tanto, se acumula mucha rabia social, como esa que describe Esteban Rojas:
"….una dama que haciendo cola -algo bastante raro en este país- para cancelar su consumo de luz doméstico en una oficina de Corpoelec y, al ser atendida la misma por un solo cajero -que debían
ser más- fue, más que suficiente, para que la dama en cuestión nos diera una clase, tanto de rabia comprimida que le comía su organismo interno y, a la vez le sirvió, para desahogarse en intensidad de bajo voltaje todo el tiempo que se mantuvo en la cola y, detalló a su explosiva manera sobre la situación del país de, y a lo que hemos llegado y, tranquilamente puso el dedo en la corriente de su intrigante intención al confirmar sin electrificarse siquiera que, esta vaina es puro comunismo y, eso a ella la tiene y la mantiene mal que aseveró que iba a escribir un libro, cuyo título sería, así es que se vive en comunismo….." Con esto se formula la pregunta el camarada Esteban Rojas, ¿vivimos en comunismo,
Muchos creen que lo que pasa en Venezuela es que "No tenemos Patria", que "el comunismo nos está matando", es el argumento principal de la propaganda capitalista, han logrado confundir a la población incluso a los más versados sobre la materia ante la rabia de un sujeto como esa señora, quedan mudos, sin saber que responder, por ejemplo reflexiona Rojas que:
"Después que abandoné la oficina de Corpoelec, --relata esteban Rojas--salí con una confusión que gracias a esa señora estoy más enredado que cable de electricidad en barrio adentro de los que no pagan luz que, todo lo que había leído y sabía sobre comunismo se me apagó de momento y quedé en la completa oscuridad que ojala, en la próxima visita a pagar la luz, nuevamente encuentre a la misma señora y me enchufe de aclaratoria a ver si le entendí bien, porque a decir verdad, si vivimos en comunismo, yo vivo en la luna y, va a ser imposible que recobre mi placentero mal entusiasmo de querer ser comunista como siempre ha sido mi modo de pensar e imagino que más es la confusión que persiste referente al comunismo y, como tal, la opinión de la señora, es engañosa y no sabe diferenciar una cosa de otra a lo que respecta a su entender que, en socialismo debe practicarse que no se le niegue a los individuos el derecho de tener y emplear como le dé la gana lo que ha adquirido legítimamente y, en el comunismo lo otro es, consumo en común y la producción no deja de ser privada…Y termina: ¡Ay, señora! Y, ahora qué hago, que razón no le falta al aseverar que, este comunismo nos está matando".
¿Que nos mata, el comunismo, tenemos o no Patria?. Sigamos antes de responder recopilando evidencias de esta confusión real, Eubel López nos transcribe también sus impresiones; "En seis meses comencé a ver como pasábamos de largas colas en las panaderías, a ver panaderías sin pan, convertidas en mini abastos porque "no hay harina", en otras el letrero de aviso era un poco más extenso, "No hay pan porque no hay harina" en otros lugares era todavía más específico el asunto, "No hay pan porque no hay harina, pero tenemos patria", no podía faltar el argumento político, recordé que efectivamente la soberanía alimentaria es un asunto político, yo no entendía como el otro mundo que recién conocía no se paraba viviendo en la misma patria, algo en mí me decía que esta era suficiente evidencia….", Algo pasa en esta sociedad llamada "socialista, otros comunista".
Que hay de común en estas narrativas, ¿será cierto que el comunismo no está matando de hambre? ¿Por qué no aterrizamos a comprender que estamos sumergido en una "economía de crisis", porque desconocemos la naturaleza de esa crisis, porque no decidimos explicar, que pasa en nuestra economía venezolana, porque se solapa el mecanismo con que actúa o desenvuelve la sociedad venezolana. Un ejemplo nos lo ofrece una respuesta posible, la camarada López, nos dice: "Si yo tuviese la decisión en mis manos, aprovecharía (en el mejor sentido de la palabra) este momento de crisis de trigo para impulsar a estos ya existentes productores venezolanos, con líneas de producción que garanticen ir poco a poco sustituyendo nuestra dependencia del trigo y otros rubros para "alimentarnos", después de todo, es producción nacional, con productos nacionales, empresas que ya tienen adelantada y resuelta la ecuación, producción - distribución - comercialización, y que tienen sus productos en grandes cadenas de farmacias y mercados a nivel nacional, lo que nos habla del alcance de su nivel de producción sin contar con la inyección del capital del estado".
Claramente nos habla de la dependencia económica, de las importaciones, una de las características estructurales del subdesarrollo, una condición del capitalismo venezolano la cual los negocios no han aprendido a cambiar --ni el patrón de producción ni del consumo--, sujetando a la sociedad a los vaivenes de la economía de crisis, por eso cada vez que caen los precios del petróleo, materia prima del cual dependemos para las importaciones, la sociedad venezolana comienza a vivir un calvario de penurias, por ejemplo con el trigo, entre otros, pero también pasa que los empresarios venezolanos reaccionan a la escasez de divisas, de los dólares para la importación, recurren al mercado negro, presionan la devaluación de la moneda inflacionario los precios internos con lo venta de productos comprados a dólar negro, sustentando el lucro, la ganancia no ya normal, sino extraordinaria en tiempo de incertidumbre de mercado, con ello, millones de personas, consumidoras se resienten en su bolsillo, dando lugar a la expresión "el comunismo nos está matando", cuando en realidad son las leyes del mercado capitalista quien está matando a los consumidores trabajadores y sus familias.
Puesto que al dueño del negocio no le importa si consumes o no consumes, es un asunto personal, lo que le interesa en vender las mercancías lo más rápido posible, pero cada vez más se rezagan los consumidores, los salarios se ven cada vez más escuálidos, palidecen ante el precio, ¿pero cabe preguntarse también, ¿porque no hay producción nacional, con productos nacionales, empresas que ya tienen adelantada y resuelta la ecuación, producción - distribución - comercialización, y que tienen sus productos?. Hay negligencia política, resistencia económica, guerra económica, escasez de divisas, en todo caso, los empresarios se suman a las políticas anteriores, es más fácil resolver el problema con préstamos internacionales para salir de la coyuntura, de la economía de crisis del capitalismo, de la caída de los precios del petróleo, hay salidas, endeudarnos con esos capitales ociosos, todo para salir de la crisis, sin contar con que ello representa comprometer el patrimonio nacional, los activos de la república, sin que ello represente riesgo para el capital privado.
Aunque fuese así; adoptar un préstamo internacional, no saldríamos de esa dependencia, mientras no se modifiquen los patrones de producción y consumo, y las crisis ayudan a ello, a replantearnos otro estilo de vida social, no habrá independencia económica, sin cambios de hábitos de producción y estilos sociales de consumo no habrá soberanía, de allí que la soberanía alimentaria juegue un importante papel el cambio de las políticas públicas, la sociedad que se orienta hacia el socialismo debe y tiene que cambiar muchos hábitos de vida, sobre todo aquellos sembrados por el capitalismo, lo que ve aquella señora en el funcionario público, en el burócrata, es la desidia social, la indiferencia, el desinterés por lo público, no otra cosa que capitalismo.
Así pues; pretender creer que lo privado resolvería "las colas", el consumo, la escasez, las privaciones sociales, muy por el contrario, aquella "señora" no estaba consciente como estaba, de ver más allá del comunismo, de ver donde estaba parada, donde estaba viviendo, no entendía cómo es el otro mundo que recién conocía, se paraba en el capitalismo creyendo que vivía en el comunismo por acción de la propaganda privada, mientras que el capitalismo le arrebata los derechos de la misma patria, los negocios privados le quitan el derecho a comer, a sanar, a estudiar, recrearse, a vivir socialmente, se encontraba con una crisis del mercado, ni se daba cuenta, de producción, de consumo, de distribución, de abastecimiento, de circulación, y todo aquello creía que era comunismo, sin embargo no hay duda que por burla los adversarios del chavismo agregan "….pero tenemos Patria". Y en esto, no se equivocan, en ausencia de dictadura, de políticas neoliberales que menoscaban los derechos sociales económicos y políticos, tal cual ha ocurrido en Brasil, Argentina y Perú para citar algunos, sin citar aquellos países que la perdieron Irak y Libia por la avaricia del petróleo del imperialismo y sus corporaciones transnacionales.
Después de todo, el comunismo es una sociedad del trabajo, nadie debe tener lo que no ha trabajado, debe ganarse el pan con el sudor de la frente, de tener sustentandose en el trabajo propio, de disponer libremente de los bienes que adquiere con su trabajo y no ajeno, no explotando el trabajo de los demás, valorando el aporte social de cada uno, el valor de ser útil a la sociedad, justipreciar el trabajo, a cada quien según su capacidad a cada quien según su trabajo, trabajar socialmente para ser libre, reclamar a la sociedad lo que le pertenece por derecho del trabajo, vivir en comunismo equivale a vivir de lo común, sin que a nadie le falte un pan, abrigo, ni libertad, el libre desarrollo de cada uno debe ser el libre desarrollo de la sociedad, pero cualquiera puede esgrimir, pero esto es utopía, ciertamente sin ideas el hombre no vive, y sin hacerla realidad no sería capaz de vivir mejor, puede faltar cosas, lo que no ha de faltar son ideas para cambiar, el capitalismo debe dar al paso al comunismo, la propiedad privada a la propiedad común, ceder paso a la humanidad, cada quien debe trabajar para hacer de este mundo mas humano.
Fuentes consultadas:
1.-Rojas Esteban, "¿En verdad, somos comunistas?", Aporrea, 10/03/2017
2.-López Eubel, "Las voces del pan", Aporrea, 10/03/2017