Dialéctica de la guerra del pan

La guerra del pan, permite develar lo secretos de la llamada guerra económica, bienvenida sea. La realidad previa a la actuación gubernamental era que los dueños y dueñas de los comercios dedicados al rubro panadería, venían instrumentando los siguientes mecanismos para irritar al pueblo y acusar al Gobierno Revolucionario de ser el responsable de sus actuaciones, veamos: desaparecer el pan francés, campesino y canilla, para sus efectos, los más demandado por el pueblo consumidor; el poco pan producido, para su adquisición, se debía adquirir en tres horarios establecidos con tal finalidad; se propiciaron con ello, las colas para adquirir dicho pan; el trigo panadero, en su mayor proporción, se orientó a la producción de panes dulces, dulces y tortas que ofrecen mayor rentabilidad al dueño de la panadería, manteniendo así la rentabilidad del negocio mientras lo mantienen abierto pero en una especie de paro con la Santamaría arriba, de puertas abiertas. En resumidas cuentas, cumplían así, los dueños y dueñas de las panaderías, el mandato de sus asociaciones gremiales: Fevipan, Consecomercio-Fedecámaras, y tras bastidores, sus regentes políticos: la MUD y la Embajada de EEUU. Mientras que, con el desvío de la producción de panes dulces, dulces y tortas, se garantizaban no perder dinero en su aventura de derrocar al Gobierno Revolucionario del camarada Presidente Nicolás Maduro. Ganar-ganar, fue la consigna de los dueños y dueñas de las panaderías, importándoles muy poco, los riesgos que pudieran sufrir sus trabajadores y trabajadoras, si sus negocios sufrieran algún escarmiento de parte del pueblo arrecho con ellos o ellas o alguna medida dura, sujeta a la Constitución y la Ley de Precios Justos, por parte del SUNDDE.

La realidad es, que el Gobierno Revolucionario tardó muchísimo tiempo en reaccionar, desde el año pasado el propio camarada Presidente Maduro se venía haciendo eco de la protesta popular y, en diversos programas de tv y radio, venía emplazando públicamente a los funcionarios del SUNDDE a actuar, a meter presos a los delincuentes panaderos que venían sometiendo al pueblo al vejamen de ocultarle el pan. Tuvo, el camarada Presidente Maduro, que realizar cambios en su Gabinete Ministerial para que, una vez incorporado el camarada Tareck el Aissami a la Vicepresidencia de la República, se asumiera el asunto como una razón de Estado más, y darle la importancia que tiene, atacar con suprema fuerza a quienes niegan los alimentos a nuestro pueblo. Es así que, en el marco del programa dominical del camarada Presidente Maduro y del primer aniversario de la creación de los CLAP, en un pase televisivo en que el camarada Alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, informa de la creación de 114 nuevas panaderías comunales aprovecha el Vicepresidente Ejecutivo de la República, el camarada Tareck el Aissami para informar al pueblo venezolano sobre las características del Plan 700, el cual consiste en la inspección de 709 panaderías privadas que prestan servicio en la ciudad capital, para lo cual se desplegaría un equipo especial conformado por un integrante de los CLAP, uno de las Unidades de Batalla o UBCH, otro de la SUNDDE y finalmente, otro de la Milicia Bolivariana. Equipo, que tendrá la función de verificar en sitio, el cumplimiento del Instructivo Presidencial que deberán cumplir rigurosamente los dueños y dueñas de las panaderías, a destacar: la venta del pan debe iniciarse a partir de las 07:00 am y durante todo el día, debe haber pan para el pueblo. El 90 por ciento del trigo que suministra el Gobierno Revolucionario y que importa a dólar subsidiado, debe orientarse a la elaboración de pan francés y canillas, los predilectos del pueblo, y el resto a otros derivados del trigo que estimen los dueños y dueñas de la panadería. Prohíbe el condicionamiento de la venta del pan, como ocurre por ejemplo con algunas panaderías ubicadas en Metrocenter que expenden una bolsa contentiva de 10 panes francés (Bs 1.300,00), imposibilitándole la posibilidad a quien quiera adquirir un solo pan o dos, hacerlo. Por lo demás, mantienen activas las colas. Finaliza dicho Instructivo, reprendiendo aquellos y aquellas dueñas de panadería que pretendan desconocer la voluntad gubernamental y/o popular de restituir la producción del pan del pueblo, con la efectiva fórmula de que aquellas panaderías que incumplan con el Instructivo, serían intervenidas y colocadas a la orden de los CLAP, para su puesta en funcionamiento y garantizarle así, el pan al pueblo.

Los hechos, vienen demostrando cuán eficientes suelen ser los métodos revolucionarios para someter al adversario contrarrevolucionario. Ya el pan, comienza a aparecer en las panaderías, para satisfacer la demanda popular del alimento de trigo, en franco crecimiento. Con ello, se desmiente a los sesudos asesores presidenciales que se niegan a asumir la Revolución como una forma de vida y creen que, tímidas respuestas presidenciales a los dramáticos problemas de la intensa lucha de clases que vive nuestra República, les permitirán correr la arruga y esperar a futuros escenarios de altos precios petroleros, para poder dar solución a urgentes problemas, que hoy claman por la respuesta oportuna y eficiente. Muchas de las respuestas a los problemas que hoy afronta nuestro proceso revolucionario, nos las dejó nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, en su accionar durante 14 años de Revolución Bolivariana, su legado histórico, hacia allá es que debemos mirar y no, hacia fórmulas fracasadas ya derrotadas por la contrarrevolución imperialista. Hasta estos momentos, producto de las inspecciones, un solo panadero preso, ningún comercio ha sido intervenido y transferido a los CLAP, algunas panaderías condicionan la venta y otras aún, siguen resistiéndose a dejar de fomentar las colas. En el aspecto organizativo popular, importante resaltar, que han nacido 119 nuevas panaderías comunales con el apoyo del gobierno Municipal y Nacional. Por los momentos, vamos triunfando y derrotando la guerra del pan que decretó la burguesía y el imperialismo contra el pueblo de los Libertadores, el pueblo venezolano.

En esta dinámica de lucha de clases, intensa lucha que vivimos en la Venezuela Bolivariana, se cumple la cita de García Márquez para el caso chileno y los planes imperialistas, ya en curso para el derrocamiento del Presidente Socialista camarada Salvador Allende, citemos al Gabo: "…en aquel momento, el ajedrez político había escapado a la voluntad de sus protagonistas. Arrastrados por una dialéctica irreversible, ellos mismos terminaron convertidos en ficha de un ajedrez mayor, mucho más complejo y políticamente mucho más importante que una confabulación consciente entre el imperialismo y la reacción contra el gobierno del pueblo" (Chile, el golpe y los gringos. (Crónica de una tragedia organizada), Gabriel García Márquez). El dueño o dueña de la panadería se convierte en una ficha más, un mercenario más, a favor de la causa imperialista contra la Venezuela Bolivariana y que procura el derrocamiento del Gobierno Revolucionario del camarada Presidente Maduro para someter al país, y su pueblo, a los dictámenes imperialistas del libre mercado neoliberal; tal cual, hoy padecen los pueblos de la Argentina con Macri y de Brasil con Temer, pueblos hoy sometidos a desmedidas políticas de ajuste neoliberal aún más brutales, que las vividas por nuestro pueblo en febrero de 1989. Por ello, rememorar el Chile de 1973, y leer titulares del golpista diario El Mercurio, tales como: Chile sin Pan, en letras grandes y resaltadas en negrillas, en el centro de sus páginas, nos permite apreciar cuán poco creativo ha sido el imperialismo en sus métodos y estrategias golpistas. Y cuánta, bastante experiencia, ha acumulado por décadas y décadas, en el uso de los alimentos y demás productos, de la economía en general, como armas de destrucción de gobiernos y pueblos, para luego someterlos a sus dictámenes.

Cada quien, ya seleccionó su trinchera en esta batalla por la liberación del pan. De un lado, las y los patriotas, el pueblo organizado en Poder Popular, su Fuerza Armada Bolivariana y su Gobierno Revolucionario encabezado por el camarada Presidente Nicolás Maduro y demás instituciones del Estado Bolivariano que hoy, las circunstancias les reclaman más firmeza y mano dura contra la contrarrevolución imperialista y sus mercenarios de Fevipan, Consecomercio, Fedecámaras, la MUD y los diputados oposicionistas de la Asamblea Nacional burguesa. En la trinchera de enfrente está como de costumbre, la contrarrevolución imperialista que poco a poco ha venido manifestándose contra el Instructivo Presidencial, el Plan 700 y la creación de nuevas panaderías con la mano del Poder Popular, las panaderías comunales. Inadmisibles, posiciones intermedias que tan solo procuran ocultar sus simpatías por la guerra de los dueños de las panaderías contra el pueblo. Aplaudible sí, posiciones como la de Fetraharina en vocería de su presidente Juan Crespo, quien sin pelos en la lengua ratificó el apoyo de esa organización de las y los trabajadores a la medida presidencial, enfatizando que: "Si entras en una panadería, consigues cafetería, lunchería, heladería, pizzerías, refrescos, consigues toda una cantidad de rubros que le da una plusvalía a la empresa como para que se sostenga. No entendemos y lo denunciamos hace un tiempo, que si hay tortas, si hay minilunch, si hay pasta seca, debería haber pan". Repudiables sí, opiniones como las de los comandantes de la guerra económica contra nuestro pueblo, tal es el caso de la presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos quien a las pocas horas del anuncio hecho por el camarada Vicepresidente Tareck el Aissami, ya amenazaba a todo el país con desaparecer el pan. Mientras, se mostraba desafiante a los poderes públicos y, en especial, al Poder Popular. Proponiendo como soluciones a la problemática, que les otorguen las divisas (dólares) para importar la materia prima (el trigo) y más capitalismo, libre mercado; atacando –obstinadamente- a los CLAP. En la misma vertiente, el presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, revierte la culpa del problema hacia el Gobierno Nacional, como responsable de no otorgarles las divisas y, al no hacerlo, no hay materia prima. La pregunta a este par de sinvergüenzas sería: ¿Y por qué no producen los dólares para adquirir las materias primas que requieren para producir? ¿Hasta cuándo van a vivir parasitando del Estado, del rentismo?

En la vertiente política, no podían faltar los vividores de la MUD. Así, Julio Borges el diputado usurpador de la presidencia de la Asamblea Nacional fijó posición a favor de sus financiadores en los siguientes términos: "Siguen condenando a los venezolanos a pasar hambre. Amenazar a las panaderías no es la solución a la crisis alimentaria que hay en el país. Estas nuevas medidas que obligan a las panaderías a vender pan todo el día es un atropello al pueblo y un show demagógico", el mundo al revés le diría Galeano. Acompañado, en su defensa de la delincuencia panadera, por el diputado José Guerra quien manifiesta su defensa en un tuiter enviado el pasado 17 de marzo: "Quieres saber a qué se debe la crisis del pan? Respuesta. El gobierno monopoliza la importación de trigo y su distribución. Ahí el problema". Defensa balurda ésta, realizada al hampa panadera por ese par de delincuentes políticos, uno muy recordado por hechos de corrupción ocurrido en la vieja PDVSA y la fundación de un partido de derecha, y más recientemente, por hechos de corrupción ejecutados por la empresa brasilera Odebrecht, que involucran a su compañero de partido Capriles Radonski.

Medias verdades, aluden los diputados oposicionistas para justificar la guerra del pan y responsabilizar al Gobierno Revolucionario de las acciones emprendidas contra el pueblo por parte de sus agentes económicos (Fedecámaras y Consecomercio). Al respecto, bueno traer a colación un trabajo realizado por los compañeros de 15 y último, publicado el pasado 26-08-2016 y que titularon: "Algo podrido huele en las panaderías", en el que resumen parte de las causas del problema de abastecimiento del pan, leámoslo: "Para el pan que consume la gran mayoría de los venezolanos y venezolanas, se requiere importar trigo, pues, por razones climáticas, en nuestro país es imposible producirlo en las cantidades que se requieren. Esta importación la realiza el Estado a través de CASA. Luego, el trigo en granos se le entrega a las procesadoras, que son ocho, todas privadas, y de las cuales las dos más importantes son MONACA –perteneciente al Grupo Polar– y Cargill. Y aquí es donde empieza lo bueno. Cada una de estas empresas tiene respectivamente 27,11% y 37,97% del control de mercado de la molienda del trigo. Es decir, entre ambas concentran el 65,8% del negocio. Si sumamos a la tercera de las empresas involucradas, Molinos Carabobo Sociedad Anónima MOCASA, que concentra el 17,03%, estamos hablando que entre las tres manejan 82,11% del mismo. Es decir, el trigo que alimenta a 30 millones de venezolanos y venezolanas y que es importado por el Estado a tasa DIPRO para garantizar un precio accesible a los derivados del mismo, es apropiado en el camino por tres molinos privados de los cuales pasa a depender el negocio…" Es completamente falso, de toda falsedad, lo afirmado por el diputado Guerra, el Gobierno no monopoliza el trigo. Al contrario, hasta la fecha, lo transfiere a privados quienes sí monopolizan y manipulan el producto, utilizándolo en función de sus intereses políticos. Hora ya, de quitarles esa atribución y de no seguir haciendo el papel de tontos útiles para su causa, en desmedro del pueblo.

La guerra por el pan del pueblo, se ganará en la medida en que el Gobierno Revolucionario entienda que una sola es la trinchera en la que debe abordar sus soluciones, y esa no es otra sino al lado del pueblo, con el pueblo y en beneficio del pueblo. Esa es, la única salida para salir victoriosos de esta nueva batalla que emprende nuestra Revolución Bolivariana…

Caracas, 18-03-2017



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Henry Escalante


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