Qué tiempos aquellos en el que los barloventeños tenían como atractivo ir de paseo los fines de semana a las haciendas de cacacao. Paseo que se realizaba a pie, bajo el canto y la llovizna de las chicharras.
El cacao ocupaba la mayor cantidad de hectáreas sembradas entre todos los rubros agrícolas existentes en las regiones productoras de cacao. De allí que la mayoría de la población asentadas en esas regiones vivian de la producción del cacao.
Familias enteras se levantaron en Venezuela, gracias a la generosidad de esta tierra, como muy pocas en el mundo, que tienen las condiciones únicas para reproducir el grano del cacao.
Por más de dos siglos Venezuela fue el primer productor y exportador de cacao del mundo.
Constituyendo el cacao, el rubro agrícola que le proporciono la primera divisa al gobierno y también los recursos para pagar su primera deuda externa.
De ese entonces para aca han transcurrido más de doscientos años, época en la cual a los ricos le llamaban "LOS GRANDES CACAO" que no eran otros que los dueños de las grandes haciendas de cacao.
Pero como decía el recordado "CAYITO APONTE" siempre hay un pero,con la aparición del petróleo, que al principio fue considerada como una bendición, termino en el estiércol del diablo como lo sentencio Juan Pablo Pérez Alfonzo, fundador de la OPEP.
Su aparición fue el comienzo del fin de la época dorada del cacao.
Estados que habían sido grandes productores de cacao, se vieron afectados por la explotación del petróleo, descubierto en sus territorios.
A raíz del boom petrolero, comenzó a descender la producción de cacao, dejando de ser Venezuela el primer productor y exportador de este rubro, para convertirnos en el primer exportador de petróleo.
Error histórico, del cual jamás nos hemos recuperado.
Con el cacao, Venezuela tenia autonomía en el manejo de sus producción y comercialización, en cambio con el petróleo, nos convertimos en un país dependiente de las empresas transnacionales, que imponían las reglas del juego, hasta hace 15 años con la llegada al poder del Comandante Chávez.
Todo lo que vino detrás de la explotación petrolera, fue pobreza a niveles críticos, corrupción, disputas políticas por el control de nuestra empresa petrolera, por parte de los lacayos del imperio norteamericano.
Contrario a todo eso, el cacao a pesar de las condiciones desfavorables que tenían nuestros productores medianos frente a los mayoristas compradores de cacao, manteníamos dominio pleno sobre su producción y comercialización exterior.
Nunca fue el Cacao un agente perturbador de nuestra economía, por el contrario fue un baluarte en el soporte de nuestra renta nacional, y de nuestro incipiente desarrollo económico.
De un tiempo para acá, el petróleo se convirtió en el centro de la corrupción del siglo Pasado y de lo que va del presente.
El petróleo de hoy es un agente de guerra que provoca invasiones de naciones, destrucción de pueblos, derrocamientos de gobiernos y desestabilización de economías.
Esta conflictividad generada por la disputa del petróleo, nos ha traido a los tiempos que estamos viviendo en Venezuela, lo que ha obligado a nuestro gobierno a marcar distancia con las políticas mono productoras que por más de cien años se centraron en la explotación petrolera.
El grito desesperado del Presidente Nicolas Maduro, tratando de salirse de la camisa de fuerza que ha significado haber abandonado la diversificación de nuestra producción nacional, acción que está incidiendo notablemente en la crisis que estamos viviendo, nos indica que realmente llego el momento para que el cacao, vuelva a constituirse en el proveedor de divisas que tanto necesita el país, en las circunstancias actuales.
El cacao es el único rubro agrícola, después del azúcar y el café que tienen mayor demanda a nivel internacional, lo cual es una ventaja para el país que tiene tradición productora de cacao.
Tradición que de ser explotada con racionalidad y criterio de grandeza como lo soñaba el Comandante Chávez, nos proporcionaría una importante cuota de las dividas que requiere el país, para seguir desarrollando su política social, sin tener que hipotecar su independencia económica.
Una vez más el cacao, puede demostrar que se crece en tiempos de crisis
Ahora queda en manos del Presidente Maduro, asumir una posición a tono con los momentos difíciles que vive nuestra población.
Posición que pasa por reconocer que seguir haciendo malabares con los pocos dólares que está produciendo el petróleo, no vamos para ninguna parte.
Por lo tanto se impone dictar medidas contundentes para que el pueblo se sienta identificado con la necesidad de volver al campo a producir de todo, pero sincerando la política cacaotera, dotándola de acompañamiento oportuno, en materia de asistencia profesional, tecnológica, financiera, jurídica,
Además de una política social integral que cubra la atención medica, habitacional, educacional, recreativa, alimentaria, en fin que no haya excusa para que los nuevos productores abandonen nuevamente el campo, como ocurrió en el pasado reciente por carecer en sus comunidades agrícolas las cosas básicas para subsistir en el medio rural.
A parte de estos elementos, debe incorporarse un plan de mejoramiento de las vías agrícolas, pero no al estilo de la cuarta, que solo patroleaba y engrasonaba las vías, lo que hacía que en tiempo de inviernos eran intransitables.
Pero además deben contar con servicio de transporte rusticos, público, o propios, suministrados por el gobierno.
Finalmente es indispensable el acondicionamiento de la infraestructura existente y la que haya que construir, tales como procesadoras, salas de moliendas, descacarillados, centros de acopios, patios de secados y galpones, así como la multiplicación de la entrega, de semillas, fertilizantes, implementos de trabajo.
El cacao de Venezuela ocupa un lugar privilegiado entre los países productores de cacao, más en estos tiempos que el cacao de barlovento fue declarado recientemente en Francia como el mejor del mundo,
Calificación significativa, toda vez que a raíz de salir esa información en los medios internacionales, los países que no son productores de cacao, pero que tienen tradición como fabricantes de chocolates y otros productos derivados del cacao, volcaran sus búsquedas hacia nuestra frontera con el fin de conseguir la materia prima mas calificada para elaborar sus productos.
Distinción que tiene muy orgulloso a los productores de cacao de la región barloventeña.Pues no es para menos saber que son los productores del "MEJOR CACAO DEL MUNDO"
Presidente Maduro, es el momento de comenzar a desmontar Leyes, Normas y Reglamentos obsoletos que rigen la materia cacaotera, desde cuándo Gómez.
Hay que introducir cambios profundos en el manejo de las políticas relacionadas con la siembra, cultivo, producción y comercialización del cacao, por parte de los entes del estado.
Muchas de esas reglamentaciones están hechas a La medida de los agentes que desde siempre han controlado la producción, comercialización y exportación del cacao.
Pongamos a volar nuestro cacao, para que vaya fronteras a fuera a producir los dólares que estamos necesitando en Venezuela.
Por supuesto que este despliegue pasa por la instrumentación y puesta en marcha de una nueva actitud gubernamental hacia los productores de cacao, ofreciéndole medidas de seguridad a los que ya están instalados y los tantos otros que atiendan el llamado del gobierno.
Al respecto sugiero al gobierno del Presidente Maduro, que debido a la importancia que tiene este rubro para el desarrollo productivo del país, que el cacao sea declarado producto estratégico para la economía nacional, obligando por un periodo determinado que toda la producción del cacao que se obtenga en Venezuela, sea vendida a la Corporación Socialista de Cacao Venezolano, que cuenta con un plantel humano capacitado para enfrentar el reto.
Además que el propio gobierno adelante con agresividad un plan de recuperación y mejoramiento de todo el parque industrial relacionado con la comercialización del cacao, que están operando a media en las regiones productoras de cacao.
Por otra parte que el gobierno asuma la visión de nuestro gigante eterno, que pensaba y actuaba en grande, tanto es así que en cada área de importancia para desarrollar nuestra economía, tenía un proyecto, los cuales dejo plasmado en el plan de la Patria.
En el cual teorizaba su visión geoestratégica de convertir a Venezuela en una potencia económica, para ello soñaba con instalar una red ferroviaria que atravesara el territorio nacional y más allá de nuestra frontera. Objetivo movilizar rápido, seguro y a bajo costo nuestros productos. Potencio la pesca, creando la flota pesquera mar afuera y fortaleció la pesca artesanal, decreto la creación de los más sofisticados centrales azucareros, para procesar las toneladas de azúcar que consume el país. Comenzó la construcción de la planta procesadora de cacao más grande de toda América en el Estado Sucre.
Sueños que se han visto trastocado por la corrupción que sigue presente en nuestra revolución.
Flagelo que debemos seguir atacando a fondo para que podamos alcanzar los sueños del Comandante Chávez.
Hagamos de la crisis una oportunidad para avanzar hacia otro modelo productivo y generador de divisas, sin necesidad de hipotecar nuestra independencia económica y una de nuestras herramientas para lograr ese fin, lo constituye el tratamiento que de ahora en adelante demos al desarrollo de la producción del cacao.