El billete venezolano Vs. El bolívar en Colombia

Gracias a la concepción macroeconómica socialista de Simón Bolívar nuestro signo monetario se fortaleció a tal punto que sacó de circulación a las monedas extranjeras, incentivando la incorporación de la masa trabajadora al sistema de micro finanzas, sustentado en la productividad, la independencia económica y estableciendo un sistema monetario en inmensas reservas en metales preciosos. De esta manera surge el Bolívar como moneda oficial de la Gran Colombia y luego de Venezuela, por el respaldo en oro y plata. Esta estrategia del libertador se mantuvo hasta que el dólar penetró en nuestra economía con la venia de José Antonio Páez como presidente, después de la muerte del Libertador. En el siglo XX, el auge de nuestro cono monetario (incluyendo monedas de oro y plata) coadyuvó a generar inversiones en el país y se inicia una migración de personas, lo cual pone en alerta a los EE.UU., quien genera una crisis política y logra una devaluación del Bolívar frente al Dólar, fijándose una paridad cambiaria de Bs. 3,90 por dólar (en 1.929). Luego, en 1.937, por los ingresos petroleros, el Bolívar se revaluó en Bs. 3,35 y se mantuvo inalterable por 23 años; mientras otras monedas sufrían fluctuaciones (entre ellas el dólar). De esta manera Jairo Larotta narra el origen de nuestra moneda, la cual tomo en consideración para ilustrar y afirmar aquella postura del exministro Luis Salas, de cómo los desajustes de nuestra economía han sido inducidas por el imperio norteamericano. Las devaluaciones hechas a nuestra moneda han sido producto de esa fortaleza que imperó desde la época independentista. Además, nuestra economía es dolarizada por los criminales de la empresa "DólarToday"; generando efectos como la inflación desmedida y descontrolada porque se utiliza como una herramienta política para presionar a los gobiernos y para sabotear la economía. A esta amenaza para tumbar el gobierno de Maduro, se suma Colombia que ha establecido dos sistemas de juego para desestabilizar nuestra economía y es el valor del billete venezolano frente al valor del Bolívar, como símbolo monetario. Nuestro vecino deprecia la moneda venezolana en la frontera bajo el supuesto de que nadie demanda bolívares, pero tienen una fijación muy particular por nuestros billetes venezolanos, especialmente los del nuevo cono monetario, los cuales compran a precios muy tentadores y a su vez revenden por encima de su valor nominal, como una política perversa para dejarnos sin dinero en efectivo y quebrar al país. En Venezuela no se consigue papel moneda, ni del viejo ni del nuevo cono monetario. En menos de un año, los expertos inescrupulosos tienen una buena reserva del papel moneda en la frontera, esto es público y notorio. Adquirirlos del otro lado nuestro billete es muy especulativo. Algo contradictorio, difícil de creer.

Este ataque a nuestra moneda justifica el incremento fraudulento del dólar negro, al utilizar el valor del Bolívar en Cúcuta como una de las variables para sus cálculos, pero también ha servido para que aumente el poder adquisitivo del colombiano en detrimento del venezolano. Si el salario mínimo en Colombia es de 737.717 pesos (un ingreso que no cubre sus necesidades básicas), con la depreciación ese salario lo cambian en bolívares en Cúcuta y obtienen el equivalente a Bs. 5.675.000, eso le da al colombiano (incluye paramilitares y narcos) un gran poder de compra, que para la mayoría de la población venezolana es imposible porque no tiene el poder adquisitivo, porque los salarios son muy bajos, porque no hay efectivo, porque ante una economía dolarizada es cuesta arriba comprar un bien mueble. La retoma del saqueo por la hermana Colombia nos debe poner alertas. El uso ilegal de nuestro cono monetario es peligroso para el país. Los pueblos del mundo deben repudiar esta acción de Colombia. El gobierno venezolano debe exigir a la CELAC, a la ALBA, al Movimiento de Países No Alineados y a la ONU que se pronuncien (no esperamos nada de la OEA). ¿Qué pasaría si esto lo hiciera México contra los EE.UU.? Las consecuencias ya se están viendo: penetración del paramilitarismo en Venezuela, traslado de la frontera para el país, tendremos que comprar nuestros billetes venezolanos a los colombianos para poder sobrevivir en la Patria del hombre que institucionalizó el Bolívar como una moneda solidaria de los pueblos de la Gran Colombia y no como un instrumento para que una nación joda a otra nación. El plan Uribe – Santos de destruir nuestra economía ha dado resultados. Normalizar la frontera parece no ser nada fácil, en virtud de que Santos no está ganado para revertir la frontera en territorio de paz, es un escenario premeditado con el imperio y ahora con el Grupo de Lima. Es urgente resolver este saboteo por criminal, antinatura, inhumano; ya no solo nos saquean la gasolina y el cobre, sino que están atentando contra nuestra dignidad y esto es humillante. Seguir colocando nuestra mejilla es servirnos en bandeja de plata para su perversión delincuencial. Las conspiraciones del dólar contra el bolívar llevan casi dos siglos, no esperemos que el peso colombiano contra el Bolívar sume dos siglos más, o que pasemos a ser una colonia de Colombia. No queremos que continúe el contrabando de nuestro cono monetario, es necesaria la concientización de todos los venezolanos de defender nuestro símbolo monetario. Evitemos que la pequeña Venecia llegue a ser gobernada por los traidores que ayer entregaron la patria, o enterraremos nuevamente a Bolívar y a Chávez. ¡LA PATRIA ES EL HOMBRE QUE NO PISEN, LA PATRIA ES EL HOMBRE!



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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