Se trata de e-transacciones como el Bitcoin o el Drago que empiezan a calar entre los usuarios y con los que ya se pueden comprar artículos o servicios sin tener que pagar con moneda centralizada si no a través del valor que los usuarios quieran darle a sus operaciones virtuales. El dinero ya no es contante ni sonante, también virtual.
El poder de la Red está siendo tal que ésta no solo genera relaciones sociales o negocios. También crea nuevas monedas de pago que están empezando a hacerle sombra al euro o el dólar. "Internet no solo es generador de empresas, nuevos nichos de mercado o relaciones interpersonales. Cada día el ciberespacio se revela como el lugar de mayor creación de ideas. El poder de las conexiones de usuarios a través de la Red es tal que se están empezado a dar interesantes movimientos económico-sociales capaces de crear diferentes monedas de pagos descentralizadas y ajenas a ningún gobierno", Exprese en un artículo de prensa en el año 2001.
Basta, observar dos ejemplos, en la nueva moneda virtual en dos tendencias. el Bitcoin y el Drago. "Podemos pensar bien en el bitcoin -la moneda electrónica de intercambio indirecto que no depende de los valores que marque un banco o institución central y que se fija a través del valor que le quieran dar los usuarios y de la cual actualmente hay un total de 9.8 millones de bitcoins en circulación con un valor total de 96 millones de dólares – bien en el Drago, la nueva divisa que la isla canaria de La Palma pretende extender como un sistema de moneda local. En ambos casos lo que está ocurriendo es algo insólito: se quiere establecer una nueva moneda de carácter virtual que genera y sea la forma de pago de gran parte de las transacciones online", recalca Juan Merodio Un conocido negociador en las redes.
Nosotros desde aquí creemos que existe el idioma español, pero no, nosotros hablamos castellano, Cervantes creó el castellano y no el español como quiso Franco hacerle creer a sus propios conciudadanos. Pues, las naciones vienen creando monedas para utilizarlas en sus espacios físicos.
Canadá, Islandia, Suiza, China y Rusia, vienen fundando ciudades para insertar la criptomoneda y lograr que los mejores ciudadanos, las utilicen.
China es un caso especial porque, si bien concentra la mayor cantidad de "granjas para cultivar" criptomonedas en el mundo (gigantescas bodegas con ordenadores puestos en estanterías), tiene el problema de la velocidad de conexión.
Otros elementos que influyen en menor medida en la elección de un buen lugar para tener una granja son sus condiciones logísticas, la facilidad para instalarse en el país, el costo del arriendo y de la mano de obra, y el precio del hardware.
En estas granjas, que en realidad puede instalar cualquier persona, las computadoras resuelven desafíos matemáticos para conseguir las monedas virtuales. Como son máquinas poderosas, consumen una gran cantidad de energía eléctrica. Y como se calientan en poco tiempo, requieren ser refrigeradas o estar -idealmente- en un clima frío.
La ciudad de Irkutsk, en Siberia, ha recibido el apodo de capital en Rusia porque el costo de la electricidad es cinco veces inferior que el de Moscú.
Viendo el gran interés de los inversionistas por instalar granjas en esa ciudad, dos empresarios locales, Iliá Frolov y Dmitri Tolmachev, diseñaron un prototipo de casa que aprovecha el calor producido por los servidores.
Hasta ahora la minería es una actividad legal en Rusia, aunque el gobierno planea crear un marco regulatorio. Pero es que algunos funcionarios del gobierno han reconocido que tienen granjas e incluso un parlamentario propuso crear una "ciudad minera" en Siberia.
El Banco Central del país ha mostrado escepticismo. Incluso uno de sus funcionarios afirmó que el negocio de las criptomonedas es una especie de pirámide financiera que puede colapsar en cualquier momento.
Las mayores redes mineras (minning pools en inglés), donde los inversionistas agrupan varios servidores y se distribuyen los dividendos, se encuentran en las provincias chinas de Xinjiang, Neimonggu y Heilonggiian y Sichuan, donde el clima es frío y la electricidad barata.
En estas zonas, los mineros llegan a acuerdos con el gobierno para conseguir buenas condiciones de operación.
Hay otras partes del mundo que albergan redes mineras, como por ejemplo suiza e Islandia, la exrepública soviética de Georgia y república checa, además de Venezuela, que pese a lo caluroso de su clima ofrece condiciones atractivas para el negocio por el bajo costo de la electricidad.
En Estados Unidos, una zona popular para instalar los servidores ha sido el condado de Chelan, en Washington, que tiene unos de los menores costos de electricidad del país.
La competencia técnica entre las empresas que hacen minería de datos en el sector de las criptomonedas es fuerte por la alta rentabilidad que puede dar el negocio.
Pero como también hay un gran nivel de riesgo, los dueños de los computadores buscan desesperadamente la mejor manera de reducir sus gastos de operación.
En esa línea, hay varias compañías que han desarrollado chips más eficientes para procesadores de última generación, con el fin de abaratar los costos de producir las criptomonedas, ese preciado oro electrónico que podría terminar convirtiéndose en humo.
Si no ha logrado Putin regresar a las ex repúblicas soviéticas independientes a firmar parte de una sola unidad, menos creo que Rajoy consiga apaciguar los aires independentistas de Cataluña y quizá algunas otras autonomías.
Los problemas gigantescos de las autonomías es su total diferencia cultural y la persistencia de Madrid en quererlos ahí, como provincias peseteadas; no hubo un líder que pudiese meter la mano y vender la idea de una federación de estados, similar a los EEUU. Y es que la democracia en la península es relativamente nueva, no llega a medio siglo, y eso es nada en estos años del tercer milenio: nada, y es la falla radical de Rajoy y compañía.
Veremos, la reacción de Venezuela.