Sin padecer las consecuencias del saboteo que la oposición dominante ejecuta en Venezuela a los servicios públicos, además del feroz ataque que, apoyándose en el delito de usura, a diario hacen disminuyendo al poder adquisitiva de la moneda, conlleva a que, para apreciar desde la distancia las razones para la emigración inusual de Venezolanos, sea primero imperioso internalizar que Venezuela está sometida a un ataque bestial por importantes sectores, sumisos al poder de corporaciones ya corroborado, sin duda alguna, que son corruptos ( Pedro Pablo Kusinski y asociados que lidera el así denominado cartel de Lima, Mariano Rajoy del Partido Popular español, Uribe Velez de Colombia, reseñado con el número 82 en un documento desclasificado por la DEA, etc.) que, incluyendo al Parlamento Europeo, que en nada ha contribuido para evitar los problemas del viejo Continente, como los desahucios en España, se han plegado con extrema sumisión al decreto que (desprestigiando el Premio Nobel de la Paz) Barack Obama emitiera en marzo del año 2015, catalogando a un país pequeño (en extensión, número de habitantes y poderío militar) como Venezuela ser una amenaza para los Estados Unidos de América.
La emisión del referido decreto Obama era el requisito legal para generar un bloqueo financiero y diplomático brutal que impide la entrada de alimentos, medicinas y otros insumos que Venezuela requiere para que la población mantenga condiciones de vida normales, lo cual venía haciendo con relativa normalidad hasta la aparición del referido decreto Obama. Y no podía ser de otra manera. Este decreto se emite en apoyo a una confabulación de entes internos y externos a Venezuela para, en el contexto del derrocamiento suave de gobiernos por Gene Sharp y la Fundación Albert Einstein de Estados Unidos, deponer al gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
En efecto, obedeciendo miserablemente órdenes externas, la oposición venezolana dominante con mucho dinero mal habido, conectada con personajes influyentes de redes mafiosas internacionales (como los ya mencionados), y reunida esencialmente en cuatro partidos políticos denominados Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, todos de igual o peor calaña que el Partido Popular español, decidieron (por carecer de apoyo popular) romper la paz reinante en Venezuela ejecutando etapas del referido plan de Gene Sharp, con el propósito de causar una explosión social en el país (como la ocurrida en febrero de 1989, conocida como el Caracazo) esperando que la misma conllevara al derrocamiento del Presidente Maduro.
Así, el bloqueo diplomático y financiero internacional a Venezuela impuesto por el decreto Obama refuerza toda una serie de acciones del plan Sharp que, para tomar la Presidencia de Venezuela, ya habían iniciado miserablemente los macarras de la referida oposición dominante en el país. Entre otros aspectos, la etapa inicial consistió en un ataque brutal a la estabilidad mental de la población siguiendo un esquema que (perfeccionado en el manual de Sharp) habían aplicado en Chile (cuando derrocaron al Presidente Allende) y que comenzó por establecer un marcador paralelo del cambio del Bolívar, la moneda Venezolana, debilitando su poder adquisitivo; también, como les indica el manual Sharp, desaparecieron del mercado productos básicos buscando desmoralizar al individuo (con la ausencia de, por ejemplo, papel higiénico, toallas sanitarias y demás productos de higiene personal); igualmente causaron crímenes selectivos de celebridades, figuras públicas y líderes sociales haciendo creer que eran producto del hampa común, cuando en realidad eran asesinados por criminales (terroristas-mercenarios) traídos al país del extranjero por la mencionada oposición dominante de Venezuela para cometer tales asesinatos (esto se puede apreciar en lo que sucede actualmente en Nicaragua, donde sin recato alguno se aplica el plan Sharp, en el mismo orden de acciones criminales que se ejecutaron en Venezuela).
Estas acciones, siguiendo el plan Sharp, fueron intensificadas con supuestas protestas sociales que llevaron a quemar personas vivas, además de incendiar institutos escolares, sedes de Universidades, centros de salud, instituciones gubernamentales (llegando al extremo de secuestrar a la población que realizaban sus actividades cotidianas en esas instituciones, incluyendo niños menores de cinco años en sus centros de estudio).
Como carecen del apoyo popular y los mismos seguidores de la oposición fueron agobiados por tales actos terroristas, tal plan violento les fracasó con el saldo adicional que sus mismos seguidores los despreciaran porque estos criminales los secuestraron en sus propias urbanizaciones y les obligaban a pagar comisiones para transitar por su vecindario (tal como ocurre actualmente en Nicaragua) e incluso les impidieron recibir atención médica (muchos adultos mayores opositores murieron infartados porque les impidieron salir para los centros médicos o asfixiados por el humo de los incendios que estos terroristas-mercenarios hacían en las urbanizaciones que secuestraban).
Después que estas acciones violentas fueron rechazadas, primero por el rotundo fracaso de un plebiscito que el 15 de julio de 2017 organizó la oposición en Venezuela pidiendo elecciones presidenciales adelantadas, y segundo por una masiva participación de la población Venezolana el 30 de julio de 2017 a la elección (convocada por el Presidente Maduro) de la Asamblea Nacional Constituyente, donde, contrario a la participación del plebiscito, incluso participaron mayoritariamente los seguidores de la oposición venezolana a quienes, por haber sido amenazados por sus propios líderes con ser quemados vivos si asistían a votar en sus centros de votación regular, se les habilitó un centro de votación especial. Para evitar que les impidieran trasladarse a votar, muchos durmieron días antes en las cercanías de tal centro electoral), estos macarras de la oposición deciden arreciar su guerra de evitar que la población tuviese acceso a bienes y servicios: arreciando el ataque a la moneda; ejerciendo el delito de usura en los precios de los productos; practicando el acaparamiento y el contrabando de extracción de alimentos y otros productos (gasolina, cobre, oro, etc.) a países vecinos; arrecian el bloqueo evitando que el país pueda comprar alimentos, medicinas y demás insumos.
Todo este accionar miserable hace que haya una escasez notoria de productos de primera necesidad y medicinas, pero solo en abastos de los sectores de clase media y populares del país, como bien lo reseño el New Herald en su reportaje del Buddha Bar caraqueño y un ejecutivo vasco de visita en un barrio rico del país. A este incremento al ataque contra el poder adquisitivo de la moneda también hay que agregarle los constantes ataques terroristas-mercenarios que dejan a la población sin servicio eléctrico, de telefonía y de transporte. Todo ello acompañado de una aterradora campaña mediática internacional, que sobrepasa cualquier otro acto similar en la historia de la humanidad de noticias falsas (fake news) que se haya ejecutado contra país alguno.
Y este majarete de noticias falsas de la mediática internacional contra Venezuela incluye todo lo publicado referente al tema de la emigración del país, que se sucede como la respuesta de la población contra los intentos de esta oposición miserable de ocasionar una revuelta social con sus nuevas acciones. Esto es, en lugar de responder violentamente y volcarse a las calles en la ansiada explosión social buscada por los macarras de la oposición dominante en Venezuela, la población decidió emigrar, derrotando nuevamente las expectativas del plan Sharp que sumisamente han seguido estos miserables de la oposición dominante en Venezuela. De esta manera, mediante la emigración, en Venezuela se ratifican que no quieren un país sumido en la violencia que ha creado en otros países la aplicación del plan Sharp.
Ahora bien, un aspecto que ha dejado salir a la opinión pública esta emigración de Venezolanos (y que se intenta ocultar) es la naturaleza anti-inmigrante de los gobiernos de países como Colombia y Perú donde se han suscitado campañas contra los emigrantes Venezolanos, siendo estos países los que más emigrantes han aportado al mundo, incluyendo sus nacionales que emigraron a Venezuela hace bastante tiempo. Y allí entra la gravedad del asunto: resulta que un número importante de los emigrantes Venezolanos a Colombia son descendientes de los más de cinco millones de Colombianos que viven en Venezuela y que por tanto son también ciudadanos Colombianos. Así también ocurre con un buen número de los emigrantes Venezolanos a Perú, que también son hijos de los no menos de dos millones de Peruanos que viven en Venezuela desde hace mucho tiempo y que por tanto también son Peruanos. Lo que oculta la mediática internacional es el grotesco acto de que los gobiernos de Colombia y Perú hacen lo posible por desconocer y negarle a sus ciudadanos los respectivos documentos de identidad. Esas violaciones a los derechos humanos los ignoran convenientemente el secretario de la OEA, Luis Almagro que, bautizado por Pedro Pablo Kusinski como un perrito obediente, mueve el rabo en señal de asentimiento a cualquier enviado de los Estados Unidos.
Para agravar esta situación irregular de los emigrantes, recientemente se hizo público el fraude que los partidos políticos de la oposición venezolana que hemos mencionado anteriormente hacen con las solicitudes de asilo por motivos políticos: cualquiera que les pague recibe el formulario de postulación para recibir el beneficio de asilo por persecución política. Esa es la razón de la existencia de un importante número de asilados políticos en Estados Unidos y otros países. Son producto de un fraude a las normativas de asilo político por parte de la oposición dominante en Venezuela que, como se ha demostrado, está vinculada a grupos mafiosos de influencia internacional.
Es decir, estos macarras de la mencionada oposición dominante venezolana no les ha importado desacreditar tan importante figura, como lo es el asilo político, para ejecutar sus malsanos intereses. Definitivamente deben ser repudiados por la comunidad internacional y sometidos a la justicia por violadores de los derechos humanos. De haber cometido en Estados Unidos los actos terroristas que hemos mencionado, toda esta oposición dominante en Venezuela ya hubiese sido condenada a muerte. Por solo participar en protestas no violentas, muchos de los que participaron del denominado Occupy Movement en Estados Unidos y otros países han sido condenados a años de cárcel. En España, varios raperos han sido condenados a años de cárcel por simplemente ser autor y cantar canciones de protesta, nada parecido a los actos terroristas que en Venezuela ha causado la oposición.
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