¿Son "neutros" los Controles Cambiarios?

El propio camarada Jesús Farías, se encargó de abrir un boquete a su propuesta de levantar el Control Cambiario. En una especie de "adenda" a su propuesta original: "Ideas para el debate económico", hecha pública en Aporrea, el pasado martes 10; la misma, es objeto de correcciones de fondo, que desvirtúan su versión original. Es así, que en artículo publicado en Aporrea, este lunes 16, bajo el título: "Aclaratoria al Profesor Eleazar Díaz Rangel", el también Profesor Jesús Farías, detalla a fondo su propuesta: "El esquema propuesto de mercado libre de divisas es solo para los actores privados que actualmente tranzan al dólar "negro". El Estado no pondrá divisas ahí, entre otras cosas, porque no las tiene. Las divisas en manos del Estado se contrajeron brutalmente con el control de cambios".

No compartimos, la apreciación del Prof. Farías en cuanto a que haya sido responsabilidad del control de cambios la contracción "brutalmente" de las divisas en manos del Estado, puesto que sería como darle vida propia a dicho instrumento de política económica, lo que desmienten cifras aportadas en investigaciones realizadas por la también Profesora Pascualina Curcio, que ponen en evidencia que el 70 por ciento del ingreso petrolero se fue a manos privadas. Sería, también desconocer que después que el Comandante Chávez puso el ejecútese al control cambiario, Venezuela, según cifras del BCV, cuando aún las publicaba, entre el cuarto trimestre de 2003 y el tercero de 2008, acumuló 20 trimestres continuos de permanente crecimiento económico, a un promedio del 10,9 por ciento inter anual. Las importaciones, en dicho período, se dispararon a más del 330 por ciento, mientras que las exportaciones, aumentaron en 154 por ciento. No obstante, lo más significativo de dichas cifras, es verificar que las importaciones de bienes de capital (maquinarias y equipos): que representaban el 11,1 por ciento del total importado en el año 2000, con la vigencia del control de cambios, llegaron a sumar el 32,2 por ciento, como expresión del impulso dado al proceso industrializante del país. Respecto a la inflación, en 2000 y 2001, años en que la economía creció, fue del 13,4 y el 12,3 por ciento, respectivamente. En 2002, debido al golpe contra Chávez, los sabotajes y conspiraciones contra la economía nacional, se disparó al 31,2 por ciento. En el 2003, año de puesta en práctica del control de cambios, también como resultado de los complots y el paro petrolero, fue del 27,1 por ciento. En 2004, año marcado por el elevado crecimiento de la economía, la inflación cayó al 19,2 por ciento, y en 2005, bajó a menos del 14,46 por ciento. La reducción de esos dos años, está asociada al aumento de la producción industrial, al apoyo a pequeños y medianos productores agrícolas –a través de créditos, instalaciones de almacenamiento, silos, frigoríficos, medios de transporte–, a la supresión de intermediarios, al combate contra los monopolios privados, al control de precios sobre más de 200 productos básicos a partir de 2003, y al establecimiento de 15.726 Mercados de Alimentos (Mercal) en el territorio nacional. Tal programa, concebido como la Misión Alimentación, que vende productos hasta en un 40 por ciento más económicos, alcanzó cerca de 15 millones de consumidores. Con el control de cambios, Hugo Chávez, puso en vigencia una vigorosa política social de amplio espectro, que se expresó, según cifras del INE, en una disminución drástica de los índices de pobreza. Si en 1996, el 75,5 por ciento de la población venezolana estaba en pobreza. En 2003, después de poner en práctica el control cambiario, bajó al 62,1 por ciento. Para 2008, ese índice ya manifestaba una reducción sustancial hasta el 9,4 por ciento. Si alguna conclusión, se desprende de la instrumentación del control cambiario por el Comandante Chávez, es que gracias a éste instrumento de política económica, Venezuela, vivió la mejor época en toda su historia republicana.

Pero, devolvámonos al Prof. Jesús Farías, quien propone, ni más ni menos, que la privatización del sistema cambiario en Venezuela. Algún incauto, pudiera aprobar dicha propuesta bajo la explicación de que los privados pueden hacer con su dinero lo que les venga en gana, y ciertamente pudiera haber algo de razonable en su modo de pensar, solo que, quienes acordamos vivir y convivir en este vasto espacio territorial que hemos convenido en llamar la República Bolivariana de Venezuela, y nos hemos dado mediante referendo popular una ley suprema que llamamos Constitución, que regula todas nuestras actuaciones, objetos de ser reguladas, debemos estar al tanto que en esa ley magna, está establecido en su Capítulo II, Artículo 156, Num. 11, que esa materia es de la competencia exclusiva del Poder Público Nacional. Siendo, el Banco Central de Venezuela, el órgano en que la Constitución delega esa competencia, según lo previsto en el Artículo 318. En conclusión, la propuesta del Prof. Farías es inconstitucional, habida cuenta, que a los privados la Constitución Bolivariana no les atribuye potestades de formular y ejecutar políticas en materia monetaria, mucho menos, sí de la ejecución de las mismas se desprenden efectos sobre el conjunto de la población venezolana, como en efecto, lo tienen. Sorprende, sí, que alguien que es Constituyente, fue diputado de la Asamblea Nacional, Ministro de Comercio Exterior, además docente universitario y líder político de amplia trayectoria, se le haya escapado este pequeño y gran detalle en la formulación de su propuesta pública. De procederse, en los términos expuestos por el Prof. Farías, se rompería el equilibrio propuesto en la Norma Constitucional, que en su Exposición de Motivos, establece que la acción del Estado es considerada esencial para el funcionamiento cabal del Estado Social de Derecho y de Justicia, citemos esa Exposición de Motivos: "se plantea un equilibrio entre Estado y mercado, en razón que el problema no es más Estado o menos Estado, sino un mejor Estado y el mercado no es un fin en sí mismo, sino un medio para satisfacer las necesidades colectivas…" Dejar en manos privadas, el manejo del sistema cambiario; tal cual, está ocurriendo en la actualidad con el llamado dólar paralelo o dólar de guerra, no sería otra cosa, sino jugar a la insatisfacción de las necesidades colectivas, tal cual está ocurriendo actualmente, provocándole mayores penurias al pueblo venezolano. Más que una solución, el Prof. Farías propone a los venezolanos y venezolanas, incrementar sus penurias.

El Prof. Farías, ha ganado adeptos a su línea de pensamiento que bien pudiéramos ubicar en el campo liberal burgués, del laissez faire, laissez passer, propugnando la retirada del Estado de sus responsabilidades en materia cambiaria, y depositando la responsabilidad del manejo de las mismas en sector privado de la economía, valga decir, la burguesía. Ya, ese solo elemento nos da una definición del carácter de clase de su propuesta y a quienes beneficiaría. En su "adenda", el Prof. Farías, insiste en su retórica de darle un carácter neutro a los instrumentos de política económica, reiterando que: "Hay quienes afirman que la libertad cambiaria es neoliberal y manifiestan que el control de cambios es revolucionario (algunos afirman incluso que es parte del socialismo). A ellos le recordamos que los controles fueron aplicados por revolucionarios de la talla de Luis Herrera, Lusinchi y Caldera; en tanto que la libertad cambiaria existe en países como China y Vietnam dirigidos por Partidos Comunistas". En la misma tónica, entra al debate el camarada Rodolfo Sanz, apoyando la privatización del sistema cambiario propuesta por Farías, haciendo incapié en que control de cambios: "es una política protectora de la economía. Poco tiene que ver con la ideología de los gobiernos que la han instrumentado, así pues, no es un dogma que pertenezca a ninguna corriente ideológica determinada, de forma que el control de cambio no es sinónimo de socialismo como algunos afirman"(Dólar y control de cambio, Aporrea, 16-07-2018, Rodolfo Sanz).

Siguiendo el mismo razonamiento de los camaradas Farías y Sanz, analicemos el caso del Fondo Monetario Internacional. El FMI, es una institución financiera internacional definida en su web, en términos tan neutros que lo hacen parecer una monjita de la caridad, leamos: "El Fondo Monetario Internacional (FMI) promueve la estabilidad financiera y la cooperación monetaria internacional. Asimismo, facilita el comercio internacional, promueve el empleo y un crecimiento económico sostenible y contribuye a reducir la pobreza en el mundo entero. El FMI es administrado por los 189 países miembros a los cuales les rinde cuentas" (http://www.imf.org/es/About/Factsheets/IMF-at-a-Glance). Sobre esa definición, bien neutra, por cierto, cualquiera pudiera decir que el FMI no pertenece a "ninguna corriente ideológica determinada", por lo que no es sinónimo de capitalismo neoliberal, como se le acusa por sus políticas de genocidio social, puestas en ejecución en los países sometidos a su mandato. Mucho menos, que es un instrumento de dominación del imperialismo sobre los pueblos de este mundo. Quien así lo haga, seguramente será reprendido por Farías y Sanz.

Del control cambiario inerte, fácilmente, los camaradas pueden pasar a proponer como siguiente paso, someterse a un plan de ajuste del FMI. Total, eso no es otra cosa sino un instrumento financiero internacional dirán ellos, del cual, por cierto, Venezuela forma parte o es socio. Farías y Sanz, nos hacen recordar aquella frase de la "dama de hierro", doña Margaret Thatcher, citémosla: "No existe tal cosa como la sociedad. Lo que existe son hombres y mujeres". Para ella, no existía la sociedad, solo hombres y mujeres individuales. Desde la economía política, se asume que la sociedad existe, porque lo económico es algo indisociable de lo político, y que ambas esferas están imbricadas por relaciones de poder. No existe, democracia pura ni Estado neutro, en la lucha de clases. "Las categorías de la economía burguesa son formas del intelecto que tienen una verdad objetiva, en tanto reflejan relaciones sociales reales", concluye Marx en el libro 1 de El Capital, refiriéndose al fetichismo de la mercancía. Cerramos así, el ciclo del rompecabezas y prevemos que el objetivo final, buscado por quienes hoy levantan la bandera del desmontaje del Control Cambiario, es llevar a Venezuela de rodillas al sometimiento del FMI, conducirla por los senderos de un plan de ajuste estructural, tipo febrero de 1989. Esa es nuestra hipótesis.

Por lo demás, manipulan la historia de los controles cambiarios. Decir, que el Control de Cambios es un simple instrumento de política económica, sin contenido de clase alguno, es un irrespeto al intelecto de los venezolanos y venezolanas. Una muestra de desprecio a la capacidad de razonar del pueblo venezolano y un menosprecio a sus elevados niveles de conciencia, que le han inmunizado en gran parte, de las agresiones imperialistas. No son comparables, los controles cambiarios establecidos por Rómulo Betancourt y Hugo Chávez Frías, para nada. En el primer caso, Fedecámaras, no solo aplaudió, sino que estuvo entre los proponentes del control de cambios que implementó Betancourt, en noviembre de 1960. En contraste, en 2003, cuando Chávez decide instrumentar el control cambiario, Fedecámaras, estuvo entre los primeros que levantaron su voz manifestándose en contra de dicha medida. Oposición, que aún mantienen. Betancourt, mientras redujo salarios de los empleados públicos e implementó una política represiva contra los trabajadores y demás sectores sociales que se opusieron a sus políticas antipopulares, utilizó su control cambiario para incrementar los ingresos en divisas y fortalecer a sus aliados en el poder, léase: Fedecámaras. En contraste, Hugo Chávez, empleó los ingresos petroleros que se acrecentaron, producto del control cambiario, para invertirlo en la industrialización del país, en las Misiones Sociales, que surgieron a partir del control cambiario, en reducción de la pobreza con amplias inversiones en salud, alimentación, educación, en fin, en Humanidad. No por casualidad, en 2012, en un acto público realizado en Mariche, con motivo de la inauguración del MetroCable, el entonces Vicepresidente Ejecutivo de la República, Nicolás Maduro, expresaba como balance de la gestión del Control Cambiario, lo siguiente: "En 2003, cuando estaban saqueando las finanzas del país, el Presidente puso un control de cambio y podemos decir a esta hora que ese control ha funcionado bien, bastante bien". No obstante, admitía que se puede mejorar el sistema.

En conclusión, equiparar el control de cambios, puestos en ejecución por los gobiernos de la derecha, llámese: AD o Copei, con relación al ejecutado en Revolución, es de una perversión tal, que sería lo mismo que decir que Betancourt y Chávez vendrían a ser lo mismo. Pues, para su vergüenza no lo son, ni como personas ni como expresión social, pues a Betancourt nunca se le ocurriría decir como lo dijo Chávez, en infinidad de oportunidades: "¡No podemos ceder a ninguna presión de ninguna oligarquía, de nadie! Aquí manda el pueblo, carajo. No manda la oligarquía" (Alocución del Presidente Hugo Chávez, en Miraflores, Publicado el 14 oct. 2008) (https://www.youtube.com/watch?v=DSXlqc-TdcM)

Postdata: Acusamos nota de un camarada economista, y funcionario de Gobierno en aquel entonces, quien nos ha solicitado mantener su nombre en reserva. Nos hace, una observación acerca de lo señalado por el Comandante Chávez, en cuanto a su soledad al momento de hacer la propuesta del Control Cambiario al Gabinete Ejecutivo y a la directiva del BCV. Tratándose de historia viva, hagamos público parte de su relato: "…yo estuve ahí, y fui protagonista directo; no me lo contaron (y me disculpas la referencia en primera persona, pero tengo que hacerla para que se entienda): No es cierto que todo el Gabinete Económico se opusiera al control de cambios en pleno golpe petrolero de finales de 2002. De hecho, fui una de las tres personas que primero supo de la decisión del Comandante Chávez, ya que, primero, el Ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega Soares, me consultó a mí; y llevó la propuesta a Chávez, quien decidió que sí, y el Ministro me informó privadamente, y me pidió una especie de instructivo o pasos para implantar el control de cambios; tanto por confianza y por mantener el secreto, como por mi experiencia previa en el control de cambios de 1983-1989 en el BCV, y porque, me dijo, los opositores del MF no iban a hacerlo bien, además de sacar provecho de la información privilegiada, como sucedió en el BCV en 1983. (…) En el Ejecutivo Nacional, la piedra de tranca era el Ministro de Planificación, Felipe Pérez Martí, quien se oponía de manera férrea e irreductible.(…) Felipe refunfuño, pero el día lunes aceptó la medida; y luego hubo que "torcerle el brazo" al Directorio del BCV, totalmente en contra del Gobierno, era un directorio de Oposición. (…)" ¡Así son las cosas, entre nido de alacranes te veas!



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Henry Escalante


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