Hace algún tiempo, hemos advertido, que el Estado venezolano debía activarse en la creación de acciones necesarias para eliminar ese caos en el cual la oposicion nacional internacional, han sumergido al pueblo venezolano, (guerra económica y conexos). Con motivo de la reelección del Presidente Maduro, lo escribimos así:
Dos tareas que la revolución debe acometer después del 20M, esas son:
Primero, el Gobierno revolucionario debe meter en cintura a la inversión privada, regulando la actividad comercial, financiera, inversionista, etc., con criterio socialista humanista y comunista, para revertir la aberrada situación actual en el país, caracterizada ésta, por producir un desplazamiento de la política y el Estado, como ductor y regidor del devenir de la Patria, por parte de la inversión privada, con la complicidad de los aberrados medios de comunicación, convertida -la inversión privada- ahora en la infeccion que enferma la Patria, llegando al extremo de perforar y destruir con saña inaudita cualquier politica creado por las autoridades e instituciones venezolanas, para favorecer al pueblo.
Por otro lado, el Gobierno debe realizar una adecuación de los medios de comunicacion de la revolución, para coadyuvar efectivamente en la concresión de un importante nivel cognitivo del pueblo, que le permita identificarse con los objetivos de la revolución -adquirir conciencia- para conquistar la justicia social, tanto tiempo negada. Para ello la revolución bolivariana debe producir procedimientos y estrategias, para enfrentar con éxito la pugna entre la comunicación oficial, legal, adecuada y oportuna, y el hecho comunicacional aberrado, que lo constituye la desobediencia de la ley y el orden y que deviene en una contradicción o negación del objetivo de la información.
Bajo el uso y abuso sesgado e interesado del gran poder económico mundial, la economía y la comunicación han trastocado su objetivo principal, y han sido convertidos en una especie de paraestructura del Estado-nación, que la contrarevolucion hace gravitar negativamente sobre la vida del pueblo, para afectar y descalificar la revolución bolivariana. al anular con la inversión privada toda la política como ductor de la república, dicho coloquialmente la economía llegó a ser el ente que dirige al país, o sea el capital privado engulló a la política.
Aunque, verdaderamente la economía y los medios de comunicación, son factores o disciplinas subalternos frente a lo político y social, ellas, han cobrado preeminencia, preponderancia y fuerza en la vida de los pueblos, creando un caos, en el cual todos los factores que deberían actuar armoniosamente, hacen lo contrario (caos) ocasionando un incremento del costo de la vida en dinero, y un gran daño a la paz necesaria -temor y desaliento- en la vida diaria del ciudadano. Además producen importantes utilidades ilegales a perpetradores y operadores de la agresión delictual económica.
Hoy aspiramos y lo vemos como una etapa superada -tal es nuestro optimismo- que a partir de este 20 de agosto, con la aplicación del Programa de recuperación económica, podamos decir y sentir plenamente, que llegó la hora de la Política, subordinando a la economía y su más nefasto aliado: la comunicación manipulada por la contrarrevolucion mediante los medios de comunicación nacionales e internacionales de la derecha.