El Padre Libertador, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, tenía bien claro cuál era -desde su visión- el mejor Gobierno, y lo enunciaba: "El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política" (Discurso de Angostura, feb. 1819). Años después, reafirmaba su visión en su mensaje de convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá (1826): "La mejor forma de gobierno es la que puede dar al pueblo el máximo de seguridad política, de seguridad económica y de seguridad social". Correspondió al Padre Libertador, en su visión de futuro, proponer un gobierno participativo en que al Pueblo, le corresponde un rol protagónico, "Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables: la igualdad y la libertad", afirmaba en febrero de 1819, en su discurso ante el Congreso de Angostura. No faltaron, quienes le acusaron de "dictador", pero el Padre Libertador con sus obras les restregaba en sus rostros, su visión Democrática de la gestión del Buen Gobierno. Así, que una vez completada la independencia del Perú, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, convoca a Congreso Constituyente el 10 de febrero de 1825. El Padre Libertador, colmó la América de Constituyentes, pues, contrario a lo que le acusaban sus opositores, fue un fundador de Repúblicas: "Señor. ¡Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta! Yo, pues, me cuento entre los seres más favorecidos de la Divina Providencia, ya que he tenido el honor de reunir a los representantes del pueblo de Venezuela en este augusto Congreso, fuente de la autoridad legítima, depósito de la voluntad soberana y árbitro del destino de la nación.", iniciaba así, su célebre Discurso ante los constituyentes de Angostura.
Hugo Chávez Frías, el Bolivariano que más pudo desarrollar a plenitud el legado del Padre Libertador, imbuido como estaba de sus ideas y pensamientos, pudo plasmarlos en la Constitución Bolivariana de 1999. Allí, se consagra que: "La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos" (CRBV, Art. 5). Corresponde al Pueblo, regir los destinos del Gobierno que se ha dado mediante la elección democrática, y debidamente convocada por el Poder Electoral Nacional. Pero, la Constitución Bolivariana, no reduce a la mera elección de sus gobernantes la actuación del Pueblo, sino que consagra el Principio de la Corresponsabilidad, mediante el cual, la actuación del Pueblo no se reduce a la mera elección, sino que la actuación y conducción del Gobierno surgido de la elección popular, debe convertirse en un acto de Participación Protagónica del Pueblo en ese Gobierno por él electo. ¿Cómo desarrollar esa participación? Una forma, es mediante la consulta sobre temas trascendentales que tengan que ver con la conducción de la gestión de Gobierno. Otra, bien pudiera ser la recientemente puesta en práctica por el Hno. Presidente Nicolás Maduro, y su demanda de propuestas de corrección y cambios en su gestión de Gobierno que, a la fecha, ya ha involucrado a 1 millón de venezolanos y venezolanas, reunidos en asambleas populares de las cuales han surgido una variedad de fórmulas para corregir y reimpulsar la gestión del Gobierno Bolivariano, presidido por el Presidente Constitucional Nicolás Maduro.
Si bien, las mismas se han centrado en problemas concretos de la realidad nacional, en lo que a esta nota se refiere, nos centraremos en el equipo de gestión que debe acompañar al éxito tales propuestas, su perfil y cualidades. Nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, siempre hacía incapié en las características que debía reunir el buen Ministro o Ministra. Chávez, siempre colocaba como primer requisito para entrar a formar parte de su gabinete: "… compromiso pleno, con este proyecto, un compromiso de amor, que a uno le duela eso es amor, si a uno le duele algo es porque uno lo ama, si a uno le duele alguien es porque uno lo ama, el dolor de alguien, entonces falta eso mayor compromiso de amor, sentimiento por este proyecto" (HCHF, 2004). Quien ama la causa que defiende, y por la que trabaja, de seguro se entregará en cuerpo y alma en función de los objetivos supremos que le encargue el Jefe del Estado, la Revolución Bolivariana y, en definitiva, el Pueblo. Chávez, en sus recomendaciones a sus ministros y ministras, siempre les enfatizaba con el ejemplo: "Estamos obligados al estudio permanente, a la reflexión permanente. No hay revolución sin teoría revolucionaria, no hay una práctica eficiente si no está iluminada por una teoría y una dialéctica". En la misma línea, Chávez, invocaba la crítica y autocrítica como un Principio fundamental del hacer diario.
Escuchar al Pueblo, debe ser un ritual permanente para el buen gobernante, el buen ministro o ministra: "La autocrítica es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándose como al vacío. Es para actuar ya, señores ministros, señoras ministras."[…] "Díganme ustedes cuántos ministros, ustedes, mis queridos compañeros, se han ido a dormir en un barrio tres días; dígame quién…" Sentir los dolores del pueblo con el pueblo, era un clamor de exigencia que siempre tenía en Chávez su asidero. Después de la tragedia de Vargas, el Comandante Chávez, se autocriticaba: "Fuimos muy eficientes pero luego yo pedí informes, mandé para allá varios ministros y tal y tal. Y me trajeron que para vivienda falta tanto, aprobado, creo que fueron 100 millones, para la carretera falta tanto, para el acueducto tanto y le aprobé los recursos, para enfrentar la emergencia sobre todo darle créditos o apoyo financiero a quienes perdieron su pequeño negocio, aprobé también como que 20 millones, ¡Nada de eso se ha invertido! Mi querido Ernesto, ¡Ni un centavo! Te das cuenta de la gravedad de eso Nicolás, entonces a mí me da dolor y vergüenza ¡Ahora, el dinero está allí por Dios! Nicolás, yo quiero establecer responsabilidades en esto…"[…] "¿Qué dirá el pueblo de Cumanacoa? Chávez nos engañó…" Menos burocracia y más ministros y ministras del pueblo, y consagrados al Pueblo, era una exigencia constante del Comandante a sus colaboradores y colaboradoras de mayor confianza. Menos confort en sus oficinas y más calle, al calor del Pueblo, era su consigna fundamental.
A la llegada a Gobierno del Hno. Presidente Nicolás Maduro, esos clamores del Comandante Chávez, adquirieron connotación institucional y Gobierno de Calle, se le llamó. Duró poco, esa extraordinaria experiencia de contacto directo: Pueblo-Gobierno. Ni que decir, que con la sola participación del Hno. Presidente Maduro. Ni uno solo de sus ministros o ministras, se antojó de impulsar tal iniciativa de contacto directo con el Pueblo. Tan solo, la experiencia inédita del Hno. Ministro de agricultura Wilmer Castro Soteldo, que producto de su programa televisivo semanal Cultivando Patria, se mantiene en contacto con los productores agrícolas –directamente- en sus asentamientos, que son presentados a la opinión pública nacional y, a través de los cuales, podemos apreciar los avances que en materia de producción agrícola y pecuaria, progresa el campo venezolano en Revolución. Esta experiencia, bien vale considerarla para lo que debiera ser una relación directa: Gobierno-Pueblo, u otra como pudieran ser, interpelaciones directas mediante un programa televisivo, que bajo la conducción de un animador se permita la comunicación directa Pueblo-Ministro o Ministra, al estilo Aló Presidente. Ya sea, vía telefónica o redes sociales, tuiter. Un programa diario de una hora, por el cual se presenten semanalmente los ciudadanos y ciudadanas, ministros y ministras. Es hora de avanzar hacia esos niveles de mayor interrelación: Pueblo-Gobierno. Que la Rendición de Cuentas, no se reduzca a un simple librote, bien gordo por cierto, que enclaustran los miembros de la Constituyente en alguna caja de archivo. La misma debiera ser objeto del escrutinio del Pueblo.
En definitiva, quienes deben integrar el nuevo Gabinete Ejecutivo, deben ser hombres y mujeres comprometidas con el Programa Revolucionario, el Plan de la Patria. El cual, deben conocer a plenitud e incluso, Hno. Presidente Maduro, le sugerimos una evaluación previa a quien usted convoque a formar gabinete. Que le indique, cómo va impulsar la concresión del Plan Patria en su gestión ministerial, y si es una terna de candidatos y candidatas que está considerando, designe una junta evaluadora. Democratice esa designación, con representación del Partido de la Revolución, fuerzas aliadas y representación del Poder Popular. Que el nuevo Equipo de Gobierno Bolivariano, surja de una amplitud de opiniones en el entorno patriótico y bolivariano que le permitan asumir a Usted, la decisión más acertada. Haga realidad su principal consigna de Gobierno: ¡Juntos todo es posible! Pues hagámoslo posible…