Este viernes 30 de agosto, el dirigente de la Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores y Trabajadoras, CBST, Wills Rangel, ha colocado en el debate público nacional la propuesta de cambiar el anclaje del Salario Mínimo Nacional del medio Petro como unidad de cuenta al medio Petro divisa. La pregunta obligada es: ¿Cuál es la diferencia? Y, la respuesta es –sustancialmente- importante pues mientras que el Petro como unidad de cuenta en su valoración va a depender de los caprichos de los burócratas del BCV y el Ministerio de Planificación; el Petro divisa, varía en relación a como fluctúan las divisas internacionales relacionadas con su valor (el euro, dólar, el oro). En una situación como la actual, en que el BCV ha optado por el monetarismo como fórmula de salvación para mitigar el fuego inflacionario, que pulveriza los menguados ingresos de los venezolanos y venezolanas; es obvio, que el Petro como unidad de cuenta -dicho organismo- lo va a congelar indefinidamente, habida cuenta que el ente emisor como regente de la política monetaria de la República, procura restringir la circulación monetaria del Bolívar, es decir, menos bolívares en circulación en la economía nacional; lo cual, como ya está ocurriendo, dejando las puertas abiertas para que sean los dólares quienes cubran la demanda de dinero en una economía tan dinámica como lo es la venezolana, permitiendo por esa vía, formalizar el proceso de dolarización de la economía "venezolana", hecho inédito en toda nuestra historia como nación independiente y soberana. Garantizar menos bolívares en circulación, implica restringir toda posibilidad de incrementos salariales a la clase trabajadora. Es la vieja fórmula –fondomonetarista- que acusa a los incrementos salariales de ser los responsables de las alzadas inflacionarias; mientras, todos los demás bienes que circulan en la economía nacional crecen diariamente. De neoliberalismo, también está imbuido nuestro Banco Central de Venezuela. Hugo Chávez, tenía una opinión totalmente distinta y contradictoria a la de los directivos del BCV, y así lo manifestaba: "Si nosotros no acabamos con el neoliberalismo, el neoliberalismo acabará con nosotros y con el futuro del mundo" (Palabras de Hugo Chávez en el Foro Social Mundial, Porto alegre, Brasil, 26-01-2003).
En artículo previo (Salarios, precios y ganancias), hablamos de la importancia de no ceder la Atribución presidencial de la definición de la Política Salarial de la Revolución en los directivos del BCV. Ocurrió, la premisa allí prevista, la contradicción entre la política monetarista neoliberal ejecutada por el BCV y la política de protección social de la Revolución Bolivariana. Batalla que se libra, en medio de una realidad de brutal agresión imperialista que utiliza la moneda dólar, como misiles "inteligentes" para destruir la economía nacional, en lo fundamental, la capacidad adquisitiva del factor Trabajo. Wills Rangel, al manifestarse en defensa del valor Trabajo, lo hace consecuente con los Principios revolucionarios que definen su actuación como militante revolucionario del PSUV, en consonancia con definiciones programáticas establecidas por el Partido de la Revolución, en su III Congreso Partidario de 2014: "El papel del Estado debe orientar el proceso de acumulación hacia la satisfacción de las necesidades básicas de la mayoría de la población y la defensa de la soberanía" (Documento Fundamental de la Comisión Ideológica y Programática). Estableciéndose, en dicho Congreso, como dinámica de colaboración entre Partido y Gobierno lo siguiente: "El PSUV debe definir correctamente su relación con el gobierno, por un lado, y con los movimientos sociales, por el otro. En cuanto al primer aspecto, no se puede convertir al partido en un apéndice del gobierno ni en muro de contención de los reclamos de los diversos sectores sociales. El partido debe colaborar activamente a elevar la calidad de la gestión pública a través de la contraloría, la participación, la orientación política. Más aún, el ente rector de la política gubernamental debe ser el partido". (Documento Fundamental…). Hugo Chávez, siempre orientaba su gestión de gobierno en lo fundamental hacia las mayorías comprometidas: "Debemos ser un Gobierno real y verdaderamente obrerista, un Gobierno de los trabajadores y trabajadoras, en las palabras y en los hechos: no pueden haber prácticas institucionales, gubernamentales que contradigan nuestra definición obrerista" (Las líneas de Chávez, 2010).
Tratándose de un Gobierno Obrerista, como también lo proclama el Presidente Constitucional, Hno. Nicolás Maduro, las organizaciones sindicales -auténticamente revolucionarias- deben gozar de la más amplia autonomía sindical, que les permita ejercer la contraloría social sobre los órganos de Gobierno, en aras de no convertirse en apéndices burocráticos del Estado Bolivariano, pervirtiendo su condición de órganos de expresión del Poder Popular organizado y cortando así, sus vínculos de relación con el pueblo venezolano. Es por ello, que reivindicamos la postura crítica del Hno. Wills Rangel, quien de manera autocrítica, señala que mientras los trabajadores y trabajadoras cumplieron con su cuota de sacrificio en función del país, acatando el Petro como unidad de cuenta; la burguesía, incumplió con su cuota parte de los Precios Acordados, en su conducta ya tradicional de gozarse al país, sin aportarle nada positivo. Chávez, que los conoció a cabalidad, los describía plenamente para que nadie se engañe: "Los capitalistas convierten todo en mercancía y le ponen un precio arbitrario que ellos dicen que depende de las leyes del mercado, que si la oferta, que si la demanda, la mano invisible del mercado, lo cual es una gran falacia, es una gran mentira" (Las líneas de Chávez, 2010).
La dialéctica dólar-Petro, señala que de seguir subiendo brusca y planificadamente desde Washington el dólar de guerra, en igual proporción lo haría el Petro divisa. De allí, como ya señalábamos en artículo previo (Salarios, precios y ganancias), el chillido de los comerciantes ante el cobro en Petros de los tributos municipales. Ello, conllevaría a propiciar un shock a esa burguesía atada al imperialismo, y los obligaría a conducirse por senderos de un diálogo nacional en procura de frenar entre todos y todas, las criminales alzadas del dólar imperialista artificialmente, con el único objetivo de dañar la economía nacional y causar molestias en la población venezolana. La cosa, no debe quedar solo en los salarios y las pensiones, sino que es la hora de dar el salto hacia el Petro como referente nacional de moneda complementaria, en vez de esa política absurda promovida por el BCV de dolarizar nuestra economía. Cuba, país hermano del cual han copiado, mala copia por cierto, tardó un poco más de 20 años para deshacerse del dólar como moneda referente de su economía interna, y dar a luz su propia moneda: el Peso Cubano. Y los cubanos, tuvieron que hacerlo obligados por condiciones objetivas propias de la desaparición del Bloque Soviético y la agudización del bloqueo imperialista de los EEUU, que restringieron la capacidad de acceso al mercado internacional y limitaron su fuente de ingresos en divisas a solo el turismo internacional. Venezuela, no está en una situación similar, ya que cuenta con apoyos importantes de China, Rusia, Turquía y la ONU, que le garantizan accesos importantes al mercado internacional de bienes y servicios, que le abren un boquete bien grande al bloqueo imperialista de EEUU, situación que no tenía Cuba cuando se inician las agresiones imperialistas. Esa política del BCV, de procurar una dualidad monetaria en Venezuela para luego aplicar como vulgares recetas las aplicadas en Cuba, no hacen más que prorrogar en el tiempo, la crisis inducida de la moneda nacional: el Bolívar, cuando de lo que se trata es de innovar en acciones monetarias y para ello fue creado el Petro, realidad ante la cual, hasta el propio socio principal de EEUU, el Reino Unido, ha comenzado a explorar para echar andar su propia criptomoneda.
Pretender, como pretende el BCV, solucionar los problemas generados por el capitalismo con más capitalismo y neoliberalismo, parafraseando al Che, es cosa de locos, muy propio de aprendices de brujas que muy poco conocen de la materia a la cual se les ha encargado dirigir en beneficio del país. Sus renuncias, por cierto, serían bien recibidas y aclamadas por el pueblo…¡#NoMoreFakePetro!