Es imbecilocracia considerar una bendición la dolarización politiquera que sufre Venezuela. Quienes no tienen NPI -Ni Pequeña Idea- de lo que significa perder la moneda patria, son atrapados en las redes de la estupidización inducida, e inmersos en vericuetos peligrosos destinados a propósito, para que perdamos la soberanía.
Personas de toda edad, preparación y condición social, se vuelven aún más atontadas que las ya disociadas y vidiotizadas, que malforman el criterio de hombres y mujeres, incapaces de contrariar o criticar la conciencia bachaquera nacional, aprovechando lo que sea con tal de oponerse al modelo socialista revolucionario venezolano.
Un médico patólogo y un cirujano fueron detenidos en el Hospital Central de San Cristóbal, por extorsionar a una colega. Víctor C., y Samuel P., así los identifican en la noticia, fueron capturados en flagrancia. Los galenos ofrecieron a su colega 1.500 dólares y un celular, solicitándole alterar el protocolo de autopsia practicado a una joven de 24 años, paciente de los dos médicos cincuentones y malandros.
Un hecho cometido por profesionales universitarios, similar a los delitos de obreros, trabajadores y estudiantes, desde robos hasta homicidios, con el fin de tener dólares negociados por familiares, o en citas de ventas transadas vía internet. La dolarización del país es fuente de ambiciones, propicias para el delito.
Factores opositores que lanzaron la iniciativa de dolarizar nuestra economía, ahora se victimizan. La dolarización fue propuesta por Henry Falcón, candidato presidencial en 2018, y antes lo prometió como solución a la economía, uno de los hermanos Guanipa influyentes de la derecha zuliana. Entonces ¿de dónde viene tan miserable idea?
Pitonisos de Logroño errados en pronósticos, derrotadas sus encuestadoras en recientes comicios, justifican la equivocación con blablablantismo y dicen que un 78 % quiere cambio. Presumo la huida de anunciantes en Datanálisis, que quieren recuperarlos inventando. Luis Vicente León afirma que el dólar es moneda dura, sana y confiable; o está poco enterado del desastre mundial de esa moneda, o Luis Vicente engaña a la gente.
