“Dólares: Son esos imprudentes billetes americanos
que tienen diverso valor y el mismo tamaño.”
Jorge Luis Borges
El 13/09 del 2017 a través de la página APORREA.ORG, me fue publicado un artículo el cual titulé (APARTAMOS EL DÓLAR O SEGUIMOS JODIDOS) *. Al instante mi correo electrónico lo bombardearon de preguntas, y comentarios, a pesar de ser poco leído. Algunos de los mensajes con palabras el cual no acostumbro a usar, y menos a repetir. Entre estos irrespetuosos remitentes estaba un señor, quien lanzó un puntillazo, haciendo alardes de ser un experto en economía, pero terminó con una expresión muy simplista y repetitiva para menospreciar la opinión de los que no comparten sus ideas: “No se meta a brujo sin conocer la hierba” No le respondí, porque fácilmente dejaba ver sus deseos compulsivos.
Estoy plenamente convencido del daño, que le han venido haciendo a la economía venezolana, y por supuesto al país en general, desde el mismo momento de la profundización de la dolarización a lo largo y ancho, por el gobierno estadounidense con la ayuda rastrera, y por demás cabrona de los últimos gobiernos de la hermana República de Colombia, del cual no se puede esperar nada bueno, al permitir descaradamente 7 bases militares gringas, exclusivamente para callar al pueblo colombiano, y mantener la amenaza hacia los países que no comparten la política exterior del gobierno estadounidense.
La dolarización se ha venido extendiendo lentamente en nuestro territorio, desde la frontera colombiana, y lamentablemente en estos momentos, encontramos pueblos de los estados: Apure, Táchira, Barinas, Zulia, y Mérida, donde sus pobladores tienen tiempo, que no ven la moneda venezolana de ninguna nominación. Contrariamente a esto, para comprar, aunque sea un huevo, necesariamente tienen que tener pesos o dólares, lo que convierte a estos moradores de estas poblaciones en presas fáciles de la disparidad cambiaria, el cual se ha convertido en un atentado contra el bolsillo del pueblo trabajador. Sin embargo, aumentan las voces con muestras de esperanza, al despertar un cierto grado de conciencia al expresar ¡Lo que nos está matando es el dólar!
Los interesados en la dolarización los podemos ubicar en distintos grupos. Tenemos los totalmente analfabetas e ignorantes –lo peor que le puede pasar a una persona– a pesar de la misiones creadas por el Comandante Chávez; también tenemos los interesados directamente por la moneda, producto del sueño americano, y hasta los bostezos los proyectan con la etiqueta (MADE IN USA); están además los que han contribuido con este atentado en contra del país, después de haber desbancado algunas empresas, donde fungían, como los directores, y se ahora presentan con las ínfulas alborotadas, aprovechando la situación producto de los desenfrenados aumentos por el manejo criminal de la moneda estadounidense, para ofrecerse, como los salvadores; otro grupo no tan numeroso: los arrendadores, quienes no conforme con el aumento del valor del dólar, acrecientan la cantidad, y esto significa un aumento agregado, contribuyendo a la quiebra de negocios, y al desalojo de inquilinos. A un amigo, le pasaron el alquiler de 20 a 40 dólares, y este en cuestiones de días, echo un salto por encima de los 10 mil bs; resultado: cierre del negocio.
En Caracas pude presenciar algunos casos contradictorios, que tocan la dolarización: el primero, en una venta de hamburguesas y perros calientes; llegó un señor, con el típico acento maracucho, y al preguntar por el precio de una hamburguesa, no creía el que veía en la cartelera, la respuesta ¡siete dólares! al sacar la cuenta con la calculadora del teléfono, multiplicando por 43500 el precio del momento, le resultó 304500, al instante exclamó ¡Que molleja, ni rellena de oro!. El segundo caso, un vendedor de mandarinas, las estaba vendiendo dos kilos por 20000 bs, y al hacerle la observación, comparando el precio con las de Acarigua, donde el precio no baja de 20000 por kilo, me respondió: “Señor, gracias por la sinceridad, pero yo, pienso en bs, y en el Bolívar de carne y hueso, el que nos dio la libertad” el amigo, no siguió disertando sobre el tema, porque lo interrumpí para darle las gracias, y marcharme.
Estos ejemplos tan sencillos, pero muy significativos nos permiten conocer la visión de dos comerciantes; uno actúa, como si estuviera en una calle de New York; el otro simplemente realizando su actividad con el sentido de patria, defendiendo el símbolo monetario venezolano, cuando la jauría sigue empeñado en devorárselo. Por eso, pido a los economistas y escribientes defensores de la dolarización una explicación a las siguientes preguntas ¿Por qué en Europa, con países menos dependientes tecnológicamente al dólar, tomaron la decisión de crear su propio símbolo monetario? ¡Quién entiende a los comerciantes desaforados presentando al dólar, como la salvación y terminan quebrados? ¿Será que aprendieron armar la trampa, y después no pueden evadirla, y de paso culpando a Maduro, cuando es el único Presidente suramericano enfrentando al dólar a pesar de la férrea oposición por un grupo de vende patria dirigida desde los Estados Unidos?