La economía venezolana: cuentos y verdades

Por el engaño

Decía Bolívar en el Discurso de Angostura: "Por el engaño se nos ha
dominado más que por la fuerza". Por el engaño se ha mantenido al
pueblo venezolano bajo la dominación de un cúmulo de intereses
vernáculos y extranjeros; por la ignorancia se ha querido impedir que
disponga de los recursos para sobrevivir. Disipar engaños, iluminar
oscuridad es la meta del último libro de Pasqualina Curcio: La
Economía Venezolana: Cuentos y Verdades.

Un fraude económico

Toda dominación clasista se constituye sobre un fraude económico,
político y cultural. Nuestras sociedades originarias en Venezuela no
estaban divididas en clases sociales, salvo en algunos casos de
estratificación incipiente. Los invasores europeos articularon un
sistema para vivir a costa del trabajo de los invadidos: convencerlos
de que ni ellos ni su trabajo valían nada. Con variantes, el engaño
perdura hasta hoy.

Invitaciones al suicidio

Durante nuestra Historia hemos padecido bajo el poder de farsantes que
nos han repetido el mismo engaño con instrumentos ideológicos
diferentes. Durante la Conquista y la Colonia la religión predicó que
no teníamos alma y que éramos menores sometidos a tutela. Durante la
República Oligárquica la Ideología Ilustrada mintió que los pobres no
éramos buenos ciudadanos porque no teníamos propiedad y por tanto
tampoco derechos políticos. Durante la Oligarquía Liberal y las
Dictaduras Andinas, el positivismo de Indias nos diagnosticó como
bárbaros, descendientes de razas "inferiores", a ser sustituidos por
inmigración caucásica. Los populismos implantaron el Desarrollismo,
según el cual para salir del atraso debíamos entregarnos totalmente
al capital trasnacional. Veamos cómo Pasqualina Curcio refuta tantas
invitaciones al suicidio.

El cuento de la flojera

Embuste antológico que pretende legitimar toda explotación es el de la
supuesta flojera del venezolano. La campaña arranca con los cronistas
de Indias. Gonzalo Fernández de Oviedo dice que: "esta gente de su
natural es ociosa e viciosa, e de poco trabajo e melancólicos e
cobardes, viles y mal inclinados". López de Gomara llama a los
indígenas además «holgazanes, vanagloriosos, vengativos y traidores».
Fray Tomás Ortiz los califica como "haraganes, ladrones, mentirosos
y de juicios bajos y apocados". El aguacero de descalificaciones llega
hasta la contemporaneidad. Que levante la mano el lector que no haya
escuchado variaciones sobre el cuento. ¿Será verdad que somos
perezosos? Pasqualina Curcio demuestra con números precisos que
desde 1920 hasta 2013 la economía venezolana ha crecido 14.277%. Y
que entre 1976, año de la "nacionalización" de la industria petrolera
y 1998, inicio de la Revolución Bolivariana, el producto interno bruto
(PIB) aumentó 76%. También señala con números irrefutables que ya en
Revolución, desde 1999 hasta 2013 el PIB creció 57%, y que si se toma
en cuenta el periodo completo a partir de la nacionalización de la
industria petrolera (1976-2013) el PIB en Venezuela se incrementó
160% . ¿Cómo es posible que en un país de flojos el PIB crezca
14.277%. en 99 años?

El cuento de la monoproducción

Cuando se plantea la pregunta anterior, viene la justificación
fraudulenta: Ah, porque somos una economía monoproductora, no
producimos más que petróleo. Aquí de nuevo convoca Pasqualina Curcio
las cifras del BCV. En promedio, desde 1920, el 84% del total de la
producción nacional es no petrolera, mientras que sólo el 16%, es
petrolera. Estas magnitudes han fluctuado: desde 1920 a 1975, cuando
la producción petrolera era privada, generaba en promedio el 41% del
producto total nacional, mientras que la producción no petrolera era
superior y representaba el 59%. Tras la nacionalización del petróleo,
entre 1976 y 2018, la producción del país ha sido ha sido en promedio
15% petrolera y 85% no petrolera. En los últimos años, la proporción
de producción petrolera ha disminuido: entre 1999-2018, fue en
promedio 13,9%, y el año 2012 fue tan solo 10,8%. Es falso que la
mayor riqueza que Venezuela genera provenga de los hidrocarburos:
históricamente sucedió lo contrario.

El fraude de las inversiones extranjeras

Aclaradas las patrañas básicas, las demás se disuelven por sí mismas.
Por ejemplo, la que miente que, ya que no trabajamos y no producimos
nada, debemos entregarnos incondicionalmente a las inversiones
extranjeras. Pero éstas han sido modestísimas frente a sus
descomunales beneficios. Como también demuestra Pasqualina: "Según
datos tomados de la Balanza de Pagos publicada por el BCV, desde la
nacionalización de la industria petrolera en 1976 y hasta el año 2018,
las inversiones extranjeras privadas suman US$ 57.562 millones. Algo
así como el 4,54% con respecto al total de las exportaciones
petroleras de Venezuela durante el mismo período. Recordemos además
que las exportaciones petroleras representan el 98% de las
exportaciones totales y además están a cargo del sector público. En
otras palabras, la inversión extranjera privada en Venezuela ha sido
históricamente marginal". ¿Qué dirán entonces aquellos que sostienen
que para atraer supuestas inversiones extranjeras debemos entregar la
soberanía, exonerarlas de tributación, inmunizarlas contra las alzas
de impuestos, permitirles que tribunales de otros países decidan sobre
cuestiones de orden público interno, incluso prestarles los capitales
que se supone que deberían traer?


El problema central

Tras demoler muchos mitos más, como el de "la emigración masiva" o el
del "dinero inorgánico" concluye Pasqualina: "El problema de la
economía venezolana no es el petróleo, ni el hecho de que solo
exportemos hidrocarburos, claro que si se diversificaran las
exportaciones seríamos menos vulnerables ante los cambios en los
precios internacionales de este producto. El problema central de la
economía venezolana es el uso que se ha dado a los ingresos petroleros
los cuales han superado todos los años las importaciones, incluso
recientemente en el marco de una guerra económica contra el pueblo de
Venezuela que ha implicado, entre otros aspectos, la caída de las
exportaciones". Recuperar esa producción y esos ingresos y darles un
uso socialista es la tarea de todos.



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Luis Britto García

Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo. http://luisbrittogarcia.blogspot.com

 brittoluis@gmail.com

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