Respuesta a "Los Pobres y la Universidad"



El artículo "Los Pobres y la Universidad" del Profesor Díaz Rangel aborda el importante tema de la exclusión en la Educación Superior Venezolana. Pero contiene información imprecisa que pone en entredicho la acción del Consejo Superior de la USB. Como consecuencia pone también en tela de juicio mi actuación como ex-Presidente de dicho Consejo.

El día lunes 28 de marzo llamé al Profesor Díaz Rangel, quien se comprometió a corregir su error. Y se comprometió también a publicar un texto de mi autoría, en el que aclaro el asunto.

Hasta la fecha este compromiso verbal no ha sido honrado.

Para preservar el derecho a la información veraz, reproduzco a continuación mi respuesta al Profesor Díaz Rangel.

En septiembre del año 2003 hice público un ensayo que documenta mi postura frente al problema de la exclusión universitaria.

http://espanol.geocities.com/gjmata2002/exclusion.html

Saludos solidarios,

Gustavo J. Mata

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Respuesta a "Los Pobres y la Universidad"

En su artículo titulado “Los Pobres y la Universidad”, el Profesor Díaz Rangel aborda el problema de la exclusión de los pobres de la Educación Superior en Venezuela. En este texto se pregunta “¿qué pensaron en el Consejo Superior de la USB cuando conocieron esta (exclusión)...?”

Entre diciembre del año 2000 y mayo del año 2003 representé al Presidente de la República ante el Consejo Superior de la USB. Asumo aquí mi responsabilidad de responder esta pregunta.

Aclaremos primero que en la USB existe un Consejo Directivo, responsable de la administración universitaria y un Consejo Superior, al que compete la planificación y evaluación de la institución, así como la aprobación de su presupuesto.

Durante los años 2001 y 2002 el Consejo Superior asumió como proyecto corregir el problema de la exclusión en la USB. Después de un análisis exhaustivo que garantizó su viabilidad jurídica, económica y académica, el proyecto fue organizado de acuerdo a tres líneas de acción:

La primera, difundir el carácter público de la USB y llamar a los estudiantes de todas las clases sociales a participar en su proceso de selección

La segunda seleccionar, de entre los miles de jóvenes pobres que acudieran al llamado, a un grupo de quinientos. Este grupo sería admitido bajo criterios especiales de selección, que medirían su capacidad intelectual tomando en consideración las condiciones adversas que habrían enfrentado durante sus estudios anteriores.

La tercera, asegurar que el presupuesto aprobado fuese coherente con el interés nacional de combatir la exclusión.

La primera línea dependía sólo de nosotros. Y con sólo trece millones de bolívares realizamos una campaña que logró llenar de pueblo a la USB, aunque fuese sólo el día del exámen de admisión.

La segunda y tercera resultaron no ser compatibles con la agendas políticas de los funcionarios que en el momento dirigían la Educación Superior.

Los tiempos han cambiado. Es el momento de retomar este proyecto.


Gustavo J. Mata
Profesor Titular de Física
Ex Presidente del Consejo Superior de la USB




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Ing. Rafael Nuñez wrote:
Los pobres y la Universidad-
Eleazar Diaz Rangel
Dirigía la Escuela de Comunicación Social de la UCV cuando recibí un informe sobre el estado socioeconómico de los 150 estudiantes que habían ingresado el año anterior: sólo uno era del nivel más pobre, equivalente a E, y 12 al inmediatamente superior (D). A pesar de que a esos estratos pertenecía casi el 80% de la población, se aceptaba menos del 10% ¿Qué podía hacer? Poco o nada. De esos 150, la Escuela había logrado que 50 ingresaran luego de
superar una prueba especial de admisión. Propuse y así se aprobó en el Consejo de Escuela, que cada vez que dos alumnos de colegios privados y liceos públicos pasaran el examen con la misma nota, se favoreciera a los que venían de los liceos.

Muchos años después conocí la tesis doctoral "La exclusión de los pobres de la educación superior venezolana", de Eduardo Morales Gil, aprobada con mención Sobresaliente en la Universidad Simón Bolívar.

Nos impresionó también que en este diario se publicaron varios trabajos basados en su libro, en diciembre de 2003. Allí se refleja esa realidad que vi entre quienes aspiraban a estudiar Comunicación Social, insignificante muestra de lo que entonces sucedía en toda nuestra educación superior.

Voy a mostrarles dos ejemplos:

Caso 1: UCV

Primero el de la UCV, tenida tradicionalmente como la más democrática. Vean este primer dato: en 1981, el 65,19% de sus alumnos venía de los liceos oficiales y 34,75% de los colegios privados; en el año 2000 esa proporción cambió radicalmente: 22,45% de los liceos públicos, y 71,24% de los privados.

En el 81, de las clases más altas (A y B) entró la tercera parte de sus nuevos alumnos (32,58% ) y de las más bajas (D y E) 21,77%, pero 20 años después esos porcentajes fueron 53,29 (A-B) y 6,59 (D-E), respectivamente.

El promedio en 20 años fue de 48% niveles A y B, 36% clases medias y 13% de los pobres, de los cuales sólo 1% llegaba de los niveles de mayor pobreza.

Cabe preguntarse si en alguna agenda del Consejo Universitario este grave problema de la exclusión de los pobres, que se acentuaba cada año, fue motivo de discusión. Seguramente no, y en el supuesto negado de que lo hubiesen discutido no tomaron ninguna medida, pues las tendencias excluyentes no hicieron sino aumentar.

Caso 2: Universidad Simón Bolívar

Veamos ahora el caso de la Universidad Simón Bolívar, tenida como la mas elitesca.

Comenzó en 1981 recibiendo 42,32% de los liceos y 57,68% de los privados, pero en 1999 sólo aceptaba 8,89% de los liceos y ¡84,07% de los privados!

En cuanto a los niveles socioeconómicos, 51,61% eran de los más altos (A y B) y 13% de los más bajos en 1981, pero en 1999 el 74,45% era de A y B, y 0 93% de la D y ninguno de E. Cada día se hacía mas inaccesible a los pobres.

¿Qué pensaron en el Consejo Superior de la USB cuando conocieron esta realidad mostrada irrefutablemente en una tesis doctoral de esa universidad? ¿Se interesaron por esas estadísticas? ¿Les preocupó saber cómo cada día se hacía más elitesca, donde tan difícil era ingresar para un liceísta pobre? ¿Cómo se explica que la USB, que cada año recibe del Estado venezolano 200 mil millones de bolívares, no pueda destinar un insignificante porcentaje para becar a estudiantes pobres?

He mostrado las estadísticas de estos extremos, pero el problema se extiende a toda la educación superior, incluidos los institutos de formación militar.

Naturalmente que este de la exclusión de los pobres no puede atribuirse a la autonomía universitaria, pero se ha desarrollado hasta los niveles a que ha llegado mientras los más fervientes defensores autonómicos parece que nunca pensaron que fuese un problema que les compete.

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Gustavo J. Mata


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