Las y los profesores: El secreto mejor guardado de las universidades públicas

En un artículo reciente hice referencia a la falta de estadísticas en la educación universitaria (ver: http://www.aporrea.org/actualidad/a232264.html). Señalé que esta deficiencia de datos sobre la educación universitaria imposibilita la planificación y la sana administración. También es esta situación una muestra de la poca importancia que se le da a la estadística en nuestro país. Por otro lado, la falta de datos estadísticos facilita la demagogia y la corrupción, y dificulta la evaluación. Un buen ejemplo de esta situación nos la muestra Benardo Ancidey en su artículo sobre los cupos universitarios (ver: http://www.aporrea.org/educacion/a234166.html). Pero resulta que nuestras universidades públicas no solo ocultan información cuantitativa, sino que hacen pública muy poca información cualitativa. Un examen de las páginas web oficiales de varias universidades públicas, revela que la información acerca de las y los profesores que trabajan en esas universidades es un secreto muy bien guardado.

Si uno vista una página web de universidades de muchos otros países, uno encuentra información cualitativa y cuantitativa detallada sobre todos y cada unos de las y los profesores que en ella trabajan. Esa información es importante para valor la calidad de la universidad. Entre la información suministrada está una fotografía reciente (la mayoría autoriza su publicación), sus títulos de pre y postgrado, su condición de contratación y dedicación y un enlace donde se puede revisar la producción intelectual de cada uno (artículos publicados, libros, ponencias, etc.) las cuales incluso están disponibles para su consulta en línea, y premios y otras distinciones que han recibido. También se suele publicar información estadística sobre el número de profesoras y profesores, razón profesor:alumno y otros indicadores de interés. Hacer pública esta información, no solo permita valorar la calidad de la universidad como ya indiqué, sino que también le sirve de orientación a las y los estudiantes para seleccionar la universidad que más le convenga, a la comunidad para conocer que hacen las y los profesores cuyos sueldos y otros beneficios son financiado son fondos públicos. Esa información cualitativa y cuantitativa es utilizada por las organizaciones públicas y privadas que realizan rankings universitarios.

Acabo de consultar las páginas web de las universidades de Oriente (UDO), Central de Venezuela (UCV), de los Andes (ULA), del Zulia (LUZ) y Carabobo (UC), cinco universidades públicas autónomas, y la Universidad Nacional Experimental Simón Bolívar (USB). En la página web principal de la UDO hay un enlace que conduce a un repositorio de datos donde se puede hacer búsqueda de publicaciones por autor, sin embargo no hay información sobre los autores. El resto de la información suministrada en la página de la UDO es sobre trámites administrativo y noticias de actividades de las autoridades, muy poca información académica. En una vista rápida a muchas otras páginas web de universidades nacionales públicas no encontramos información visible sobre las y los profesores que en ella laboran. En la página de la UCV no me fue posible localizar un enlace que conduzca a algún sitio con información sobre las y los profesores. Por ejemplo, en la página web de la Facultad de Ciencias hay un directorio del personal pero uno tendría que conocer le nombre del profesor para poder localizar algún tipo de información. La ULA presenta en la página web de alguna facultad presenta información, aunque limitada (solo nombre, foto y correo electrónico) de sus profesores. En el caso de LUZ algunas facultades publican un directorio de sus profesoras y profesores donde solo indican un correo electrónico de contacto. En la página web de la UC solo hay información sobre las y los profesores que ocupan algún cargo de autoridad. Por último, en la página web principal de la USB no se encuentra información disponible sobre sus profesores. Este comportamiento de estas universidades demuestra el poco valor que le asignan a la información acerca de sus personal académico que en ellas trabaja, la poca importancia que le dan a la información sobre su personal académico como indicador de la calidad de cada universidad. Podemos decir que en términos generales nuestras universidades ocultan la información relevante sobre las y los profesores que en ellas laboran.

¿Por qué ocultan las universidades nacionales información sobre los profesores que en ellas laboran? ¿Por qué las y los profesores no han manifestado públicamente la conveniencia de la publicación de dicha información? Adelanto tres respuestas a estas preguntas. Primera, predomina en nuestras universidades la cultura de la no información, no hay tradición en nuestras universidades de publicar información relevante sobre sus actividades. La mayoría prefiere permanecer en el anonimato, tanto institucional como personal. Segunda, las universidades nacionales consideran irrelevante la información sobre sus profesoras y profesores como indicador de la calidad. En estas universidades el discurso sobre la calidad lo han centrado en los mecanismos de selección de los estudiantes que a ellas ingresan. Tercero, a muchas profesoras y profesores les conviene que no se publique información sobre ellos a la sociedad en general, porque se podría poner en evidencia muchas deficiencias de nuestras universidades. Podrían quedar en evidencia aquellos profesores que trabajan en más de una universidad o en otras instituciones violando las normas de incompatibilidad. Otro aspecto a tomar en consideración es que la publicación s¡de esas información permitiría auditar con facilidad las nóminas de personal académico.

En resumen, la información relevante sobre las y los trabajadores académicos es uno de los secretos mejor guardados por nuestras universidades públicas. Propongo que el MPPEUCT dicte una resolución donde obligue a las universidades públicas a publicar en sus sitios web la información relevante sobre sus profesoras y profesores. Esta información debería contener: a) títulos académicos, b) reconocimientos y premios académicos, c) dedicación, d) categoría, e) área temática de investigación (se elaboraría una clasificación en conjunto con las universidades), f) lista de publicaciones (con acceso libre cuando sea posible) y g) condición de contratación. Cada universidad podría agregar a esta lista cualquier otro indicador que considere relevante.



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Julio Mosquera


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