Renuncia masiva de profesores a los sindicatos burócratas

Las maestras y los maestros venezolanos podrán situarse en una mejor posición favorable con respecto a la lucha por la indexación salarial y la exigencia al gobierno neoliberal de maduro de firmar una convención colectiva justa, siempre y cuando renuncien masivamente a estar afiliados en las federaciones burocráticas que hoy usurpan la representación de los educadores. Esta iniciativa tiene la importancia de demostrar dignidad profesional, soberanía programática e independencia organizativa.

De tal manera, los educadores venezolanos están obligados a deslastrarse y no delegar más la representación de sus beneficios contractuales en quienes han entregado al estado patrón los intereses genuinos de los trabajadores de la educación. Y en consecuencia, deben construir un instrumento de lucha propio, novedoso y creativo en sus prácticas. Es que las actuales y ya caducas burocracias sindicaleras, no han hecho, hasta ahora, otra cosa sino vivir de la plusvalía (descuentos sindicales) de los trabajadores de la educación, chupando como vampiros, la esperanza y la buena fe de los profesores, y en resumen, terminan es haciéndole daño a los intereses del gremio docente venezolano.

Las maestras y los maestros venezolanos requieren de un movimiento gremial de nuevo tipo, en el cual se comprenda a las reivindicaciones laborales y a la educación dentro de una síntesis de un proyecto de país. Por eso es que los docentes en esta lucha necesitan construir su propia organización, con las actuales burocracias sindicaleras no es posible alcanzar la integración de la tríada: derechos laborales-razón educativa de calidad-república de productores libremente asociados. Por consiguiente, ganarle la lucha por la indexación salarial, al gobierno en su afán destructivo de la educación, se convierte en un objetivo estratégico que deben tener trazado y bien claro las maestras y los maestros venezolanos, sin embargo, para llegar hasta este objetivo es imprescindible que se liberen de las burocracias sindicaleras y soporten todo su espíritu de lucha en un nuevo tipo de organización gremial y con la mencionada tríada como concepción.

Para que las maestras y los maestros venezolanos puedan impedir la continuidad de fracasos y frustraciones, necesitan conseguir cambiar la correlación de fuerzas a su favor en septiembre, deberán, pues, comenzar haciendo las cosas de forma radicalmente distinta y no permitir más que los sigan manipulando las burocracias sindicaleras a favor de ellos y del estado patrón.

La profunda crisis educativa actual no envuelve solamente a los maestros, esta es una crisis ambiental, holística que afecta a toda la sociedad y por ende interrumpe el desarrollo de todo el país. Por tanto, la nueva organización gremial debe incluir a los estudiantes, a las madres, a los padres y los representantes e igualmente a las organizaciones y a los movimientos sociales. En este sentido, lo que en septiembre se reiniciarán son las luchas de las clases sociales despojadas y empobrecidas contra un gobierno que desprecia la educación, porque sencillamente es un gobierno que no tiene un proyecto de país soberano e independiente, sino, que su proyecto se reduce en vender a Venezuela a precio de gallina flaca a las transnacionales capitalistas, y en el menos peor de los casos, pretenden aplicar en el país el proyecto de la coalición global hoy liderada por la Unesco, por lo tanto, eso deja al descubierto que este gobierno no tiene el más mínimo interés de invertir el 7% del producto interno bruto en el desarrollo del sistema educativo, y las burocracias sindicaleras lo saben y además lo secundan en estos despropósitos como chupasangres. Un país sin educación deja de existir como un estado-nación y termina convirtiéndose tristemente en un casino y prostíbulo de vicios, juegos y azares.

Podemos concluir entonces que, según la experiencia que el pueblo docente ha tenido a lo largo de éstas luchas por la indexación salarial y por la firma de una convención colectiva justa se sabe de antemano que el gobierno no querrá sino negar los derechos laborales con la venia de las burocracias sindicales. Negándose reconocer la nueva organización gremial que los trabajadores de la educación en Venezuela tienen garantizado constitucionalmente. De ser este efectivamente el escenario futuro entonces al pueblo docente, a las madres, a los padres y a los estudiantes, no le dejarán otra opción que destituir al gobierno neoliberal y antipopular de maduro-fedecámaras por un gobierno patriótico, nacionalista y que asuma la responsabilidad de Estado-Docente.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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