La Agricultura: “estómago del Estado”

El Dr. Juan Agustín de la Torre fue Rector de la Real y Pontificia Universidad de Caracas entre 1790 y 1791 y para introducir cambios en la universidad, promovió el establecimiento de nuevas cátedras, la divulgación del pensamiento renovador de las ciencias, para así reemplazar “la educación puramente fraseológica por una enseñanza basada en las ciencias útiles”. El 25 de abril de 1790, escribió un trabajo titulado Discurso Económico. Amor a las letras en relación con la agricultura y comercio. En este trabajo plantea la necesidad de acabar con la pobreza industrial y el atraso de la agricultura, de producir el conocimiento, la invención y el perfeccionamiento de la maquinaria para tecnificar el cultivo del café, el algodón y el añil.

Este Rector renovador afirmó que “ninguna nación ha hecho progresos de consecuencias por las armas, por las artes, agricultura y comercio hasta que se ha entregado al indispensable cultivo de la ciencia” y estaba convencido que el país estaba privado “de muchos conocimientos indispensablemente necesarios y muy importantes para los usos y necesidades de la vida civil” y categóricamente sostuvo que “La Agricultura es el estómago del Estado” promoviendo todo apoyo para el desarrollo de la actividad agrícola como centro de la actividad económica.

En tiempos de revolución bolivariana, en el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras debería ser estudiado el Discurso Económico del Dr. Juan Agustín de la Torre como referente para el diseño de los planes a implementar. Asumiendo que la agricultura es la piedra angular del Estado, se debería considerar los siguientes aspectos: la tenencia de la tierra, la infraestructura y vías, los procesos comerciales de la producción agrícola, el trabajo agrícola, la conservación de alimentos, calidad de suelos y agua para la agricultura, la producción de semillas, pero lo más importante sería considerar la formación integral del hombre, el niño y la mujer del campo.

En lo particular, la formación integral para la producción de alimentos y en consecuencia lograr la seguridad y la soberanía alimentaria del país, debe partir de las demandas del conocimiento del contexto agrícola venezolano, que según nuestro análisis está muy distante de lo que hoy ocurre en las aulas de las instituciones educativas y centros de investigación. Partiendo de la premisa cierta según la cual “la agricultura es el estómago del Estado”, entonces deberíamos dar suprema importancia a la planificación de un sistema de educación agrícola sustentado en el valor social del conocimiento. ¿Esto qué significa?

Significa que la educación y el trabajo agrícola tienen que ser la fuente para diseñar las estrategias de formación, producción e investigación pertinentes y satisfactorias de las necesidades agroalimentarias de la comunidad y del país entero.

La educación agrícola sustentada en la realidad del contexto del campo venezolano, pudiera contribuir a resolver los nudos críticos que obstaculizan el logro de los objetivos estratégicos planteados en el Plan de la Patria: disminución significativa de la pobreza crítica, masificación de la producción de alimentos, seguridad y soberanía alimentaria, fortalecimiento de la red de ciencia y tecnología para la agricultura, producción de conocimiento liberador, organización social y económica del campesino.

Solo así la agricultura se constituirá en el “estómago del Estado”.



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Salvador Camacho


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