Los jubilados congelados de Pdvsa

Muy lejos quedaron los tiempos de la IV República y de la Pdvsa de la meritocracia, cuando los jubilados se paseaban por los pasillos de la industria petrolera en busca de ayuda para comprar medicinas y para que les aprobaran a través de AJIP, la fiestita de fin de año, como único regalo por los años del esfuerzo creador del trabajador petrolero, en la mayoría de los casos, superior a los 25 y 30 años ininterrumpidos de servicio.

Con la llegada de la Revolución Bolivariana y luego de haberse superado el paro petrolero, la realidad no parece haber cambiado mucho; porque en la mentalidad de algunos ejecutivos de la industria, parece no existir la idea de que algún día van a salir jubilados y no se ven retratados en el espejo de los jubilados congelados de la Pdvsa Socialista.

Es bueno recordar la valentía y el papel estelar que cumplieron muchos de los jubilados petroleros, en la mayoría de los casos revolucionarios; sobre todo en las refinerías y en los pozos, en los días difíciles para levantar la industria, cuando los apátridas quisieron destruirla con el nefasto paro de los años 2002 y 2003.

Una de las realidades, que parecen más bien una ironía por no decir una injusticia en la historia de la industria petrolera, es la manera como han sido tratados los trabajadores que pasan a retiro. Esta realidad contrasta mucho más si la comparamos con las figuras amparadas a través de los convenios colectivos y la nueva Ley del Trabajo; medidas que son aplicadas en otras instituciones del Estado como Ministerio de la Defensa, Cantv, Ministerio de Educación Superior y las universidades del país, que homologan a sus jubilados.

Nadie puede entender por que se creó un mito de que el trabajador petrolero cuando se jubila, sale millonario; cosa que desde luego ocurría con la meritocracia rancia y burguesa de la IV República, quien hacía negocios en dólares a través de la bolsa de valores y terminaba con viviendas y propiedades en el exterior; así como con cuentas en bancos en las islas del Caribe y hasta en Suiza. (Cuentas por revisar)

Ni hablar de quienes hicieron los matrimonios de sus hijas en París y llevaban a los invitados de su fiesta, en los aviones de la industria petrolera; cosa que sabemos ha desaparecido en la nueva Pdvsa revolucionaria; y si existiesen alguna raras excepciones, pudieran ser revisadas con lupa, a través de la nueva Ley Habilitante.

Los sueldos de los jubilados petroleros, por una vieja tradición laboral heredada de las empresas trasnacionales, con resultados del pasado expresados en su odiosa discriminación entre nóminas separadas de los trabajadores petroleros (menor, mayor y ejecutiva), parecen hoy desaparecer, para dar paso a un nuevo reto; el asumido por parte de la nueva gerencia socialista y una clase obrera sindical, participativa y protagónica, que busca un nuevo camino en la industria revolucionaria.

Si bien es cierto, nos alejamos de la meritocracia; todavía podemos encontrar en la industria petrolera nacional, a pesar de los avances y logros de la Revolución Bolivariana, algunos rezagos que frenan y congelan en el tiempo, la homologación y las pensiones de los trabajadores jubilados petroleros.

La excusa permanente han sido, los acostumbrados bonos que por sus altos intereses y grandes volúmenes de dinero involucrado, generaban los fondos de pensiones de Petróleos de Venezuela, los cuales todavía parecen alimentar este adefesio. Muy fresco está en el ambiente petrolero el descarado escándalo denunciado a través de los medios de comunicación, público y notorio, del robo de los citados fondos.

Recientemente se dio a conocer la información, de que una Corte de los Estados Unidos, exactamente en el Distrito de Connecticut, designó el abogado John J. Carney, supuestamente, para proteger los bienes congelados del banquero venezolano - norteamericano y ex funcionario de Pdvsa - Francisco Ittaramendi, demandado por el desvío de 53 millones de dólares pertenecientes al fondo de pensiones de los trabajadores jubilados de la industria petrolera venezolana.

Más allá de esas triquiñuelas y manejos dolosos, heredados de la IV República, la actual junta directiva de Pdvsa ha tratado por todos los medios de rescatar tales montos. En reseña periodística, escrita por Erika Hidalgo López, se conoció que “el Fondo de Pensiones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) obtuvo una utilidad neta de 2.245 millones en bolívares al cierre del 2012”, esto fue expresado en un comunicado de prensa de la empresa Pdvsa en julio del presente año.

De acuerdo a la información, para las esperanzas de los jubilados congelados de la nueva Pdvsa, “el informe presentado por José Pereira, director ejecutivo de Finanzas y Rafael Salazar director ejecutivo de Recursos Humanos, los activos del fondo alcanzaron un monto de 10.663 millones en bolívares, una cifra superior al 23% de lo registrado del 2011”.

A medida que transcurre el tiempo los jubilados petroleros consideran que sería oportuno que el actual Presidente de Pdvsa, ahora dedicado a las altas finanzas; muy a pesar de sus compromisos de alta volumetría y arquitectura financiera, se acordara de la homologación de los jubilados de la industria, quienes se mantienen congelados en el tiempo en sus pensiones.

Esta materia laboral a la luz de la justicia laboral de la gerencia y de las federaciones petroleras, dejaría muy en claro el verdadero sentido de justicia social y de solidaridad revolucionaria del actual ministro y presidente y de la junta directiva de Pdvsa para con el trabajador petrolero, quien tantos aportes le ha brindado al país a lo largo de los años y más ahora, en los tiempos de la Revolución Bolivariana impulsada por el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías.


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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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