"Per cápita" ha sido y fue en Venezuela una unidad estadística usada para falsear demagógicamente los indicadores económicos y educativos, los de salud, y afines.
Por ejemplo, se usó muy maliciosamente la expresión: "Proteínas per cápita" en el consumo de alimentos para una población venezolana donde un grupúsculo de personas comían hasta en exceso mientras otros ni siquiera comían poco, sino migajas y comidas viejas o desperdicios sacados furtivamente de los basureros visitados por las madrugadas en los depósitos del seo domiciliario antes de pasar el camión recolector de los supermercados y afines[1].
Durante la 4ta. República de Venezuela, en los pocos informes anuales, validos del lenguaje estadístico, apareció mucho el "ingreso per cápita", la "renta per cápita", estadísticos, todos, diseñados para mantener engañado a un pueblo permanentemente ignorante en lo funcional y en lo formal. Este engaño fue muy coherente con el silencio omiso y engañoso que mantuvo la Constitución de 1961 donde apenas en su Art- 103 alude la cuestión de los hidrocarburos además de la ley correspondiente a su manejo, ley diseñada y redactada por diputados chapados a la más servil entrega a los intereses extranjeros.
Hoy, en la presente VR., al venezolano en general les está llegando su "gota" de petróleo en especie o servicios públicos de variopintas formas, en dinero contante y sonante mediante las pensiones y jubilaciones que religiosa y disciplinadamente les está llegando, además de viviendas, mejores vías de comunicación con transportes modernos y subsidiados.
El caso más emblemático de esa gota de petróleo, además de las viviendas para damnificados y familias sin techo, está el reconocimiento y pago del Fideicomiso Universitario que estuvo a punto de ser negado porque durante la 4ta. República ni Carlos Andrés Pérez ni Luis Herrera ni Lusinchi ni Ramón J. Velásquez ni Caldera II jamás estuvieron dispuestos a cancelarlo porque sencillamente el paso de esos personajes por Miraflores sólo tuvo como objetivo el robo descarado para el beneficio personal de Presidentes, de sus lacayos y serviles que incluyó adecos, copeyanos y falsos izquierdistas.
Hoy, pues, se ha restablecido el verdadero significado estadístico y social que pueda tener la renta per cápita, la gota de petróleo per cápita, porque, efectivamente, ahora el petróleo no sólo se siembra en tierra fértil-los venezolanos de buena voluntad-sino que sus propios cosechadores directos son sus nuevos sembradores.
[1] Me tocó viajar temprano desde Valencia hacia Las Tejerías, por eso pasaba alrededor de las 5 am justo por detrás del Supermercado Mini Max de una transnacional. Veía cómo personas de tercera edad hurgaban vergonzosamente en las cestas de desperdicios en búsqueda de tomates y verduras varias desechadas por control de calidad. Por cierto: Ante la arremetida inflacionaria hermanada con el acaparamiento respectivo, ahora no botan tales desperdicios, sino que hasta los tomates y otras hortalizas, verduras y frutas en mal estado son dejadas adrede en los anaqueles y dispensadores correspondientes, y conservan el mismo e inflado precio de los productos de primera calidad, clasificación que ahora dejó de usarse en esos supermercados que no sólo son dueños de tales supermercados, sino de los inmuebles del caso, una apropiación privada de tierra v otros inmuebles venezolanos que el Estado debe ir reconsiderando. Entre la necearía expropiación de medios de producción que caracterizarían a cualquier "socialismo", por pacífico y especial que sea este Socialismo del SXXI, este tipo de propiedad supone penetración o usurpación de tierras al mejorado estilo de los pioneros de la conquista por parte de los invasores del SXVI, porque no es una apropiación feudal, pero sí capitalista.