O sea, antes o después, parece que es posible afirmar la existencia de los venezolanos en paraísos o infiernos. Venezuela ha estado, está o estará en algún momento de su historia, sin opción. Sin duda como cualquier otro país en algún momento. Quizá por primera vez en esta historia nuestra de colonialismos y dominaciones, los países llamados periféricos se atrevieron a efectuar tal gesto de autonomía y reto al orden internacional. Paradójico destino el de Venezuela: una acción de autonomía nos ha devuelto a la sujeción. Hoy más que nunca están limitados los precios del petróleo.
Magros resultados de esta forma peculiar de socialismo de Estado venezolano. La soberbia con la cual retamos al sistema capitalista internacional nos hizo actuar sin la previsión del primer mundo: no nos preparamos para la autonomía a través de la humildad y desplegamos un espíritu titánico que no se correspondía con nuestras voluntades vernáculas. Se desarrolló el delirio de grandezas: el macro proyectismo evolucionó a mega proyectismo como para asegurarse de caer desde bien alto. Y aquí estamos, con las ilusiones perdidas.
La inesperada prosperidad fiscal y la manera como eran distribuidos esos ingresos alteraron el comportamiento nacional. La mayoría compartía la afirmación interesada de quienes aseguraban que el precio del barril de petróleo iba a crecer de mes en mes. Sin pensar que esa súbita riqueza presupuestaria era producto de circunstancias cuyo control y permanencia no estaban en manos venezolanas. Al amparo de esta certeza, gobierno y pueblo se vieron contaminados por el afán de crecimiento y enriquecimiento apresurados. Prisa que abrió paso a los males y corruptelas tradicionales tocadas por el vigor de la modernidad.
Tras la partida del Comandante Chávez, la circunstancia de no contar el Estado con un equipo profesional realmente preparado para manejar el gigantesco patrimonio hizo más fácil su aprovechamiento por los escasos grupos económicos que debido a su larga actuación estaban en capacidad para aprovechar desde el primer momento las nuevas condiciones. Al mismo tiempo surgían improvisadas empresas de maletín en las que se mezclaban altos funcionarios públicos, altos empresarios, dirigentes políticos y unos cuantos agentes del capital internacional. Empresas ya establecidas, grandes y medianas, también aumentaron la dimensión de sus proyectos utilizando la corrupción. Sin caer en la exageración pesimista puede señalarse que Venezuela atraviesa por una de las etapas más críticas más preocupantes en el correr del actual siglo. Crisis que envuelve a todas las instancias nacionales pero dentro de cuyo clima se percibe también señales del comienzo de otro tiempo cuyos definitivos lineamientos es imposible prever.
El pueblo protesta ante el derrumbe de sus posibilidades de ascenso social y económico y frente a la liquidación del signo de movilidad social. Señala con alarma la concentración de la riqueza en pocas manos y somete al país a un régimen de monopolios y oligopolios. Muestran su desasosiego y elevan su protesta todos los sectores frente al descrédito de la autoridad y el simultáneo crecimiento de una actitud colectiva de desconocimiento de la ley traducida bien en burla de sus disposiciones o en la apelación a la violencia como fórmula de solución de cualquier conflicto. La situación es caótica. Hay desabastecimiento en los supermercados, colas inmensas, protestas continuas por la incapacidad de los funcionarios para ponerle coto al desorden, acaparamiento, especulación. Una tremenda mafia organizada y financiada por la CIA y el paraco mayorÁlvaro Uribe;conformada porbachaqueros;que saqueana la pobre Venezuela: combustibles, aceite de motor, cauchos; alimentos e insumos de consumo diario hacia el país vecino. La carne está a Bs. 560/kilo, el queso blanco a Bs. 360/kilo, el queso maduro a Bs. 800/kilo, el jamón precocido a Bs. 600/kilo, el pollo no se halla por ninguna parte, igualmente la leche y el café.
Las medicinas para enfermedades crónicas hace tiempo que desaparecieron.
Señor Presidente: ¡Qué hacemos los enfermos con esos males!, en mi caso particular, tengo mal de Parkinson e Hipotiroidismo, no consigo los medicamentos:Madopar, Triptanol y Eutirox por ninguna parte ¡Qué me recomienda!
Para más vaina parió la abuela, motivado por las presiones de Corpoelec, me vi obligado a cambiar por alto consumo de energía, los dos calentadores eléctricos, planta baja y planta alta, y la cocina también eléctrica, de mi casa, por un calentador a Gas, igualmente la cocina eléctrica, por una de Gas. Ah, no pude comprar los susodichos equipos en Mi Casa Bien Equipada; los bachaqueros, se los llevaron en el pico para Colombia.(Por la cocina y el calentador, ambos a Gas, los pulperos me sacaron un ojo de la cara). Para hacer esa transformación, tuve que tumbar media casa, para comunicar las tuberías de agua caliente desde el calentador a Gas, instalado en la planta baja,con los baños de la planta alta; (gastos de materiales arena, cemento, pintura, albañiles y pintores).
Pero lo más arrecho es, que desde el mes de noviembre, no me envían el dichoso Gas, lo pido y me hacen la señal de costumbre; los camioneros tienen montada una mafia en el Municipio los Salias, de los altos Mirandinos,(Barrio las Minas) por unos señores, llamados los maracuchos, cobran Bs. 100, por cada bombona de Gas de 18 Kgs. Le dicen a uno con descaro, esta es la sopa de Boves, o te bajas de la mula o te jodes.
Las necesidades son tantas, que parece cuento de nunca acabar.
¡Gringos Go Home!
¡Pa’fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar de Martí, de Fidel y de Chávez!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Viviremos y Venceremos!