Hay momentos que son irrepetibles en la historia y los cuales están sujetos a la interpretación que de los mismos haga el liderazgo de vanguardia que asuma los retos y las decisiones para el cambio.
Este es el caso de AJIP, una asociación que agrupa a los jubilados de Pdvsa y sus filiales, unidas por todos los procesos de la industria petrolera nacional, donde soplan vientos de cambio.
Ha llegado la hora de rescatar a la asociación del colectivo de jubilados petroleros para sumar más que restar, para avanzar y no retroceder, para estar a la altura de los nuevos tiempos y no de vivir tan sólo de los recuerdos (época de los campos petroleros).
Si bien respetamos el pasado también los evocamos para inspirarnos y soñar con un futuro el cual todos nos merecemos, por encima de las diferencias siempre presentes entre los seres humanos, las cuales aceptamos y entendemos porque valoramos objetivos superiores que nos unen en torno a un mañana esperanzador.
Queremos una AJIP "como una organización dinámica y gremial que responda a los retos y expectativas del colectivo de jubilados", como lo sostiene el equipo ganador que se enfrenta al pasado.
Queremos un clima de paz, tolerancia y respeto como puntos de honor entre los jubilados.
Queremos unos jubilados (todos como una sola familia) que trabajemos en equipo; una de las características que siempre han prevalecido en el trabajador petrolero y que han garantizado su éxito.
Queremos una nueva Asociación de Jubilados de la Industria Petrolera, AJIP y también CENAJIP para hacer un equipo armonioso con el Patrono (la nueva Pdvsa conformada por los futuros jubilados)
Sin entrar en acusaciones temerarias contra la actual directiva y mucho menos en el plano personal, la verdad es que llegó la hora del cambio.
La sacudida que el colectivo de jubilados (se habla de unos 27 mil y de ellos 14 mil agremiados) ha experimentado en los últimos meses, además de actuaciones quijotescas del pasado y ahora con quienes buscamos nuevos bríos para el futuro, es indetenible.
A las filas de los jubilados se ha incorporado sangre nueva con una visión futurista y a la vez realista, de lo que representa este conglomerado, no solo para la industria sino para todo el país.
Así lo expresa y lo representa el equipo integrado por Héctor Villalobos, Helena Pino, Conrado Araujo, Miriam Cuevas, Rafael Barrios, Tirso Arévalo, Isaac Valero, Tito Graterol, Jesús Pino y Omar Antúnez.
Dentro de los jubilados de Pdvsa existimos personas (nos contamos) con preparación profesional en diversos campos del saber y muchos - la gran mayoría - con experticia y capacitación en el campo del negocio; es decir, en lo medular de la industria del petróleo (perforación, producción, transporte, comercialización, refinación y petroquímica, entre otras).
No puede ser que sólo bajo el amiguismo y las influencias - herencia del pasado - se contraten muchas asesorías con algunos "jubilados privilegiados", mientras que para otra gran mayoría, su destino sea el de "prematuros"; es decir, jubilados que por el capricho personal de algunos ejecutivos “advenedizos”, incluso en los nuevos tiempos de la industria revolucionaria roja rojita (lo dice un chavista, convicto y confeso), son apartados de la industria.
Es digno de admirar el papel asumido por muchos jubilados cuando el paro petrolero (para tumbar a Chávez), quienes salvaron la Patria y también - porque no decirlo - el de muchos ex trabajadores quienes no siendo chavistas, tampoco avalaron la antipatriótica conducta asumida por la "Gente del Petróleo", quienes en verdad eran anti-petroleros.
Es precisamente, mucha de esa gente (con la misma mentalidad meritocrática) quienes se han incrustado como las sanguijuelas (hirudineos) en Ajip; porque los hay también sanos o medicinales, dentro de la industria petrolera (muchos fungen como asesores o contratados en Pdvsa y otros viajan por el mundo para caer en brazos de las trasnacionales).
Debemos buscar una AJIP proactiva y productiva; incluso que genere sus ingresos propios con proyectos que sean de uso y utilidad para la propia industria. Por eso debe haber el interés de los nuevos líderes jubilados por crear una cartera de proyectos para la industria y el Estado venezolano.
Si bien, muchos merecemos descanso, el capital humano y la experiencia acumulada por los jubilados petroleros del país es envidiada por muchas naciones las cuales nunca desechan su mano de obra con experiencia, sino más bien la protegen como una tacita de oro.
Por encima de nuestras diferencias ideológicas o políticas, primero lo primero; el reconocimiento y el respeto a la nueva Pdvsa y también a los líderes gremiales de la industria.
El apoyo para los jubilados se consigue con proyectos serios y no dando lástima o buscando dadivas del Patrón (como en la época de las trasnacionales). Pdvsa más bien debe hacer justicia con una población todavía útil y además, con un futuro envidiable y dispuesta al servicio en la misma industria o en la administración pública.
Los jubilados somos los procreadores de las nuevas generaciones de profesionales (hijos, nietos y biznietos) quienes son un futuro promisor para la industria petrolera y privada de nuestro país, por ello debemos evitar la fuga de cerebros al exterior...
¡Por una nueva AJIP y CENAJIP a la altura de los nuevos tiempos!...
¡Unidad, lucha, batalla y victoria!... ¡Venceremos!