Atípica y súbita baratura del petróleo = Preíndice de una posible prosperidad fuera de EEUU y de no incondicionales suyos; más na´.
Las transacciones del Mercado de Futuro son artilugios financieros revestidos de comerciales-todo legalito, como solía expresarlo la recordada señora Lina Ron-o sea, mecanismos ventajistas asumidos principalmente por los grandes capitalistas, fabricantes e intermediarios, frecuentemente autofinanciados por la banca privada que es como decir “pasar dinero de uno de sus bolsillos para otro del mismo pantalón”.
Los casos más emblemáticos-eufemismo de terroríficos-son el petróleo proveniente de países tradicionalmente controlados por las patas yanquis, y el oro, además de commodities de la cesta básica mundial.
La presente baratura del petróleo, la que se atribuye a una sobreoferta inducida por EEUU con miras a dañar economías rebeldes, podría ser , en segundo plano, una simple escaramuza financiera o un señuelo mercantil y político que escondería los verdaderos objetivos de unas ventas a futuro cuando suba la demanda de muchas economías que están emergiendo a pasos acelerados en los pueblos del Mesosur americano, de la China Popular, de la Rusia impertérrita y de países que van saliendo encadena y masivamente de la tenebrosa hipnosis yanquista que es como decir del “opio capitalista”.
Bien resguardas esas reservas a futuro mediante contratos de fiel cumplimiento les garantizaría a los vendedores a futuro revenderlas bien caras tan pronto las exigencias de energéticos y otras materias de costo fabril lo vayan manifestando, con lo cual, a largo plazo, este perverso imperio comercial seguiría entorpeciendo el futuro mismo de estas nuevas economías.
De allí la suprema importancia de no seguir vendiendo a precios de gallina flaca lo que más temprano que tarde tendrán precios de gallinas bien gordas, con precios, si no muy elevados, en franca y viable recuperación de precios hacia arriba, bien arriba.