Según datos oficiales, Colombia produce 73.000 b/d de gasolina y consume unos 85.000 b/d, cargando con un déficit de 12. 000 b/d, para atender una demanda de 11.29 millones de vehículos. Mientras tanto, en Venezuela 4.3 millones de vehículo supuestamente consumen 300.000 b/d de gasolina. O sea, teniendo 2.62 veces menos vehículo, estaríamos consumiendo 9.25 veces más gasolina que Colombia. Esta descomunal diferencia entre el consumo de ambos países se explica, por el efecto estimulante que tiene su bajo costo en el incremento de la demanda interna y por el contrabando masivo hacia el país vecino por la misma razón.
Por cierto, "El Tiempo" de Bogotá (28/10/2015) recoge la información del Ministerio de Minas de Colombia, reconociendo que el inventario nacional de gasolina cayó más del 50% a partir del cierre de la frontera. Afirma que este bajón ha evidenciado que la ruta principal del contrabando no es por las trochas sino por el puente "Simón Bolívar" y otros pasos fronterizos. Reconocen que pasa "en las narices" de los funcionarios colombianos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacional (DIAN)", con la evidente complicidad de la GN y los funcionarios SENIAT venezolanos. De otra manera sería imposible el tránsito aduanal diario de 350 cisternas cargadas con un total de 45.000 b/d, según la estimación más conservadora del MPPEP.
Cuando el cargamento arriba al territorio colombiano pasa a manos del Estado aunque en la práctica, hay un acuerdo "implícito" entre éste y las organizaciones de contrabandistas, para permitir que sean estas las que distribuyan la gasolina en los Departamentos fronterizos a un "precio preferencial". Así, Ecopetrol en lugar de enviar a esa zona su cuota de combustible, la destina a cubrir el déficit nacional o a exportar el "remanente". De esta manera y sólo por este concepto, Colombia estaría recibiendo por los "caminos verdes", 3.000 millones de dólares al año procedente de la renta petrolera. A 60 días del cierre fronterizo ha disminuido el contrabando de gasolina como lo refleja el desabastecimiento que desde entonces sufre Colombia, pero esta situación se mantendrá mientras exista esa enorme diferencia de precios, no se ataque la corrupción a fondo y continúe la política del "disimulo" del vecino.