PDVSA: Oferta de Producción 2018

Transcurrido algo más de 4 meses de la hasta ahora inocua oferta del millón de barriles de Manuel Quevedo [http://www.el-nacional.com/noticias/petroleo/quevedo-promete-subir-produccion-pdvsa_214560], no es mucho lo que hay que celebrar. A juzgar por los resultados de su infortunada permanencia en PDVSA, pareciera ser que su oferta iba más bien dirigida a restar un millón de barriles por día y no a sumarlos.

Nuestra industria petrolera era hasta hace poco la más estable y significativa fuente de ingresos con la que contaba la nación. Luego del sabotaje petrolero y hasta 2007-2008 su fortalecimiento era visible, como visible era su aporte al estado. Con el arranque del funesto plan siembra petrolera, alrededor del 2007-2008, todo comenzó a dar un giro abrupto; desfavorable para el país y desfavorable para PDVSA. La voluminosa masa de dinero que inyectaba un creciente ingreso, producto de una producción que remontaba consistentemente a la par que los precios del barril, "abrió" los ojos a más de un corrupto. La empresa pasó a ser objeto del deseo de todos aquellos que veían en ella acceso fácil a poder y dinero. Si antes se criticaba la industria por ser un estado dentro del estado; una caja negra con gastos secretos, corrupción y tráfico de influencias; a partir de 2007-2008 esa PDVSA que tanto criticaban esos mismos políticos de hoy, había resurgido aun con mayores vicios. Se daba inicio al tercer intento de destrucción de PDVSA luego del plan de "outsourcing" y privatización de L. Giusti de mediados de los 90 y del sabotaje petrolero de 2002.

En medio de un galopante aumento de producción y precios del barril (excepto parte de 2009), PDVSA comenzaba a hacer aguas. Su aporte neto al país caía a medida que se adentraba en negocios oscuros, corrupción galopante, destrucción de procesos, y descuido de activos con elevada producción y bajo costo de reposición; activos que otrora balanceaban los costos y suplían una sólida cesta para exportación, para adentrarse en la mayor corrupción y trafico de influencia jamás visto en la historia reciente de Venezuela. PDVSA iba dirigida a convertirse en la letrina del mundo petrolero.

La realidad de la profunda crisis iniciada a partir de 2007-2008 se hace visible más tarde a raíz del derrumbe de los mercados energéticos en 2014 y alcanza su clímax de allí en lo adelante, hasta llegar al grave estado de deterioro en que actualmente se encuentra. Si algo hay que reconocer a Rafael Ramírez es que se opuso con determinación a la dañina penetración militar de PDVSA y H. Chávez lo entendió así cuando le exigió a Raul Baduel que lo dejara "trabajar". Ramírez entendía que mientras pudiera satisfacer las necesidades de divisas de Chávez para honrar su creciente gasto político, el estaría prácticamente blindado en el cargo.

Desafortunadamente, la suerte lo acompaño hasta Junio’2014. Su supuesta habilidad política estuvo sustentada en un barril signado por el desplome y una empresa que dirigida directo al deterioro moral, ético, operativo y financiero. Con el desplome del barril y el arraigamiento de la ineficiencia y corrupción como patrón "aceptado" de comportamiento institucional en PDVSA, el impacto de un estado cada vez más sediento de dinero para poder mantener su base clientelista y populista, para comprar acceso a apoyo político interno e internacional y para satisfacer la demanda de una sociedad cada vez más dependiente de insumos, bienes y servicios foráneos, terminó por convertirla en una empresa hoy por hoy colapsada; a las puertas de su desaparición.

La PDVSA de hoy enfrenta un marcado y creciente nivel de entropía tipificado por pugnas internas de poder, persecución y hostigamiento del personal, operaciones decadentes, ineficientes y cada vez más costosas. Por un aumento severo del gasto y una inexorable caída del nivel de ingresos, a pesar del incremento sostenido del precio del barril que viene gestándose de forma sostenida desde inicios del 2016.

La industria petrolera se maneja con conocimiento, experiencia y exposición mundial; no con consignas vacías. Esa PDVSA de hoy donde todo el mundo pareciera reportar solo a M. Quevedo y temer a cuanto soplón ande suelto, no tiene esperanzas de subsistir. No tiene la menor esperanza con su actual presidente, junta directiva ni menos aun, su devaluada gerencia. No tiene la menor esperanza bajo su comprometido clima organizacional y sus poco saludables indicadores financieros y operacionales.

La directiva de esa PDVSA pareciera solo servir para pasearse por las áreas operacionales arengando, levantando el puño haciéndose propaganda a si mismos, mientras la crisis se agrava. Esa PDVSA de hoy amerita ser intervenida; totalmente reinventada. Requiere de la urgente privatización de ciertos eslabones de su cadena de valor, operaciones, activos y sobretodo sanear y reducir su fuerza hombre. Requiere rescatar su institucionalidad y sobretodo, el respeto a la línea de mando. Desafortunadamente, el respeto no se impone, se gana.

En una empresa donde las funciones medulares son explorar, producir, procesar y comercializar, no existe un solo representante de esa junta directiva calificado, con experiencia y experticia en ningunas de esas áreas. No existe allí un solo experto en yacimientos, en producción, en planificación estratégica, en refinación, ni en mercados. En que se sustenta entonces la toma de decisiones allí dentro?

La figura anterior expone la comparación de la producción real (verde) versus la predicción efectuada a finales de 2017 en términos de dos escenarios posibles. Las expectativas en términos de mejora de la producción no se vislumbran en el panorama al menos en lo que queda de 2018, dificultando e impidiendo la monetización de cualquier eventual alza del barril ante el imparable deterioro. De continuar por esa vía, las consecuencias serán severas para la industria y Venezuela. Se detendrán operaciones y procesos selectivos por falta de insumos/servicios, estará cada vez más impedida de importar crudo y productos, se verá forzada a ceder mercados o vender crudos fuera de especificación a mayor descuento. La abrumadora caída de producción aunada a la galopante ineficiencia operacional continuara empujando los costos de producción a un nivel prohibitivo, llevando a marginal la operación. PDVSA tendrá forzosamente que reducir el tamaño de su FFHH y sus beneficios, y traerá consigo el "atizamiento" del entorno interno y con ello la probabilidad cierta de un escenario apocalíptico.



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Einstein Millán Arcia

Asesor Petróleo y Gas "Upstream" & RE SME/Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979. Ha publicado y presentado en diversas revistas y conferencias internacionales más de 12 trabajos especializados en materia de Petróleo y Gas. Ha escrito más de 300 artículos de opinión y sido citado en materia de petróleo y gas en: spglobal.com, aporrea.org, NoticiasVenezuela.org, Plattsblog, Oilpro.com, las armas de coronel, Vanguardia de España, segurosybanca.com, The Slush Pit (Oklahoma Oil & Gas News), Energy Economist, Kaieteur-news & Stabroeknews Guyana, Sputnik-news y Los Ángeles Times.

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