Según nota de prensa reciente [http://www.radiomundial.com.ve/article/venezuela-asume-la-presidencia-de-la-reuni%C3%B3n-ministerial-del-fpeg-para-el-2019], Venezuela en medio de la más aguda crisis energética jamás registrada en su historia contemporánea, asume la presidencia del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG). Durante su escueta intervención, Quevedo expresó lo siguiente:

“Desde nuestro país vemos nuestros recursos energéticos como el motor de desarrollo de los pueblos del mundo, desarrollo socioeconómico. Pregonamos la visión de impulso de los pueblos, colocando siempre al ser humano como eje central “.

“…hizo un llamado a los integrantes del Foro a fortalecer y establecer políticas adecuadas en el ámbito gasífero, y a evaluar el comportamiento de este mercado a escala mundial.”

Dicha declaración surge pocas horas después de la fracasada reunión de la OPEC en Abu Dhabi, que conllevó de forma instantánea al deterioro del barril en un orden cercano a US$7.3 y donde la representación de Venezuela pasó casi desapercibida ante los medios internacionales y entre declaraciones asiladas y sin profundidad. Como respetar en ese complejo medio de la OPEP a alguien quien pocos meses antes ofrece una producción de 2 MMBD para el cierre de 2018, para presentarse ahora a decir que será para mediados de 2019 [http://contrapunto.com/noticia/manuel-quevedo-promete-a-la-opep-que-venezuela-producira-un-millon-de-barriles-mas-en-2018-209468/] y como muestra presenta un derrumbe sostenido de producción?

Hay que ser caradura para hablar de desarrollo socioeconómico y uso racional de recursos energéticos en un país como Venezuela, que teniendo las reservas petrolíferas más grandes del mundo y las 7mas reservas gasíferas del planeta, presenta un déficit absoluto; de haberse mantenido el mismo nivel de industrialización y consumo de 2006 que ronda 3500 @ 3.900 MMPCD desde entonces. Cuando se quema a diario en exceso a 200.000 barriles de diesel termoeléctrico, porque simplemente no hay gas para sustituirlo.

Hay que ser caradura para hablar de uso racional del gas, cuando se queman y se arrojan a la atmosfera más de 1.200 MMPCD. Cuando se desinflan proyectos de recobro mejorado descontinuados en la región de norte de Monagas en una cifra cercana a 2.000 MMPCD @ 2.500 MMPCD [https://www.aporrea.org/energia/a265848.html], ocasionando un cuantioso daño patrimonial a la nación.

Hay que ser caradura cuando hoy por hoy, Venezuela aun con esas ingentes reservas gasíferas que exceden 201 BScF, ha dejado de producir en términos absolutos una cifra cercana a los 3.000 @ 3.400 MMPCD desde 2016, fecha para la cual producía cerca de 7.900 MMPCD, rondando hoy los 4,600 @ 4.900 MMCD; aun con los proyectos costa afuera, viéndose forzados como antes señalamos, a desinflar activos petrolíferos para poder compensar tal derrumbe.

Llama la atención que dicho desinfle de activos ocurre precisamente desde la entrada de las empresas mixtas en el entorno al 2010-2011. Sin embargo, de esos 3.000 @ 3.400 MMPCD dejados de producir desde 2016, alrededor de 2.200 MMPCD han sido dejados de producir específicamente desde la entrada de Quevedo a PDVSA, como consecuencia asociada al desplome en la producción de crudo y el estancamiento de costa afuera.

Quizá la motivación real del país anfitrión; Trinidad y Tobago, en la persona de su primer ministro no debe ser otra que el mantener comprometido a quien le ofreciera en bandeja de plata el gas del campo Dragón en Mariscal/Deltana [https://www.aporrea.org/energia/a268396.html]. Oferta esta por cierto que constituye un verdadero problema latente y en potencia que tendremos que heredar los Venezolanos, producto de las decisiones tomadas al boleo por quienes desconocen el negocio.

Es penoso y denigrante ver como Venezuela sea el único país dentro de la OPEP, que cambia sus representantes varias veces al año y el único (que recordemos) cuyo ministro funge también como presidente activo de la empresa petrolera nacional. Es esa misma improvisación la que ha alentado ese círculo vicioso de destrucción y peor imagen que ha conllevado al desastre mismo de nuestra industria. Nadie se deje engañar, en Venezuela existen tres claros vectores ortogonales entre si, en su visión sobre el futuro de PDVSA;

• Gobierno
• Oposición que encapsula el grupo asociado al sabotaje de 2002 así como factores y mercaderes del poder transnacional
• Aquellos que piensan que PDVSA puede ser rescatada para el bienestar de todo el país

Desde el lado del gobierno, tal y como lo hemos venido advirtiendo desde 2008, no existe posibilidad real de rescate ni voluntad de cambio, sino de control, lucro de grupos de poder y utilización partidista e individualista. Bajo ese escenario el país no va a recuperar la producción ni en 2018 ni en 2019, ni nunca [https://www.aporrea.org/energia/a268599.html] ya que lo que prevalece no es la preservación y construcción de la institución. En este caso, no existe la vocación, capacidad técnica, experticia, ni visión estratégica para poder aglutinar los elementos necesarios para esa deseada reconstrucción.

Desde los factores de oposición asociados al sabotaje petrolero de 2002 y grupos del poder financiero transnacional, el panorama se presenta algo más difuso y plagado de ligerezas. Da la ingrata impresión que para este sector no existen los 150.000 empleados cuyo pensamiento, necesidades y orientación no es compatible con la manera de pensar de otrora y que de seguro defenderán con sudor y sangre sus espacios conquistados para bien o para mal. Allí no hay cabida para un “escenario de caída y mesa limpia”. Los defensores de esta opción se presentan con la misma arrogancia que siempre los ha caracterizado; arrogancia esta que como hemos demostrado y salvo contadas excepciones, no tiene basamento alguno, ni razón de ser [https://www.aporrea.org/energia/a271730.html], [https://www.aporrea.org/energia/a260689.html].

Los planteamientos a grosso modo de algunos representantes de dicho segmento, hablan de masificar la privatización, de endeudar y/o de mimetizar las mismas leyes y mecanismos que prevalecen en los EEUU; es decir, donde el dueño de la tierra es el dueño del subsuelo y sus recursos, hablan de negociar pozos con empresas, es decir, toda una especie de “zambumbia indigesta”. Seria un grave error intentar privatizar masivamente bajo la [https://www.aporrea.org/tiburon/a270190.html] coyuntura cultural, social, legal e institucional del país y eso señores, no se cambia de la noche a la mañana.

Adentrándonos ya en la tercera opción, nuestras propuestas a grandes rasgos han sido ya presentadas en múltiples artículos anteriores, conservando el nivel de detalle en nuestro poder. Sin embargo, tan o más importante que dicha propuesta es el liderazgo. El liderazgo que lleve sobre sus hombros el real rescate de PDVSA debe estar divorciado de la arrogancia, de ese aire de superioridad racial-hitleriana-aria, que abundaba en la PDVSA azul y entender que los tiempos han cambiado. Comprender que quien en lo adelante lleve sobre sus hombros la responsabilidad de PDVSA, debe ser un hibrido del hombre preparado, visionario y estratega, con el hombre de sentimiento social rebosado de patriotismo. El liderazgo que lleve sobre sus hombros el rescate de PDVSA debe contar con el apoyo irrestricto de todos los sectores del país.