Según publicación presentada por Bloomberg en fecha Abril’2020, a escasos días de haberse oficializado su nombramiento en calidad de encargado al frente de PDVSA, Asdrúbal Chávez [https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-04-28/pdvsa-s-new-head-has-been-planning-a-drastic-reorganization] informaba su intención de elevar el nivel de producción en el "corto plazo" hacia un millón de barriles por día, desde el nivel de cierre de dicho mes de 737.000 BPD/624.000 OPEP directo/secundario.

Caso idéntico al del "mal general" que prometió elevar la producción en el mismo millón de barriles sin haber calentado silla en Noviembre’2017. Es lo que parece ser una práctica común de quienes en realidad desconocen el negocio, atreverse a ofrecer cifras al boleo, sin siquiera haber agotado el debido diagnostico.

Contrario a lo ofertado e igual que su predecesor, al cierre de Julio’2020 la producción criolla se había abatido hacia 392.000/339.000 BPD según formato OPEP directo/secundario; representando la desaparición de 345.000 BPD; es decir, del 47% de la producción recibida en Abril, aunque en realidad el desplome, del cual él es en efecto responsable, es de unos 473.000 BPD, es decir, del 54% al compararse con la producción existente para el momento del nombramiento de la comisión presidencial hacia el cierre de Febrero’2020.

Por el lado de las exportaciones la catástrofe es de similar magnitud, al mostrar un derrumbe hacia niveles de mediados de los 1940.  Con Asdrúbal Chávez las exportaciones de crudo Venezolano pasaron desde unos 849.000 BPD en Abril, a unos 388.000 BPD en Julio, representando una disminución de 461.000 BPD; es decir, del 54%, aunque al compararse con las cifras del mes de Febrero, el desplome en las exportaciones representa unos 692.000 BPD; es decir, el 64%.

En ambos casos, los envíos a Cuba continúan en ascenso porcentual, ocupando en la actualidad el 23% de nuestras exportaciones. Ese 23% prácticamente no produce ingresos en divisa sino en especies, constituyendo un verdadero crimen contra la nación y sus ciudadanos.

Al nivel de actividad actual, el desgaste de las operaciones sin taladros predice el cierre de una gran porción de los pozos de la FPO, de donde proviene cerca del 58% de la producción total en la actualidad. Ello plantea la factibilidad de un escenario lapidario de producción, hacia el entorno de los 150.000 @ 200.000 BPD.

Por supuesto que las sanciones podrían tener algo que ver, pero seria incorrecto otorgarles toda la responsabilidad, ya que lo que en realidad sucedió y ha sido el centro de todo el descalabro actual, ha sido la criminal e imparable descapitalización y endeudamiento a la que ha sido sometida PDVSA, particularmente, desde 2007-2008.  Descapitalización y endeudamiento que le han impedido blindarse para enfrentar debidamente una sanciones predecibles desde incluso 2011-2013. Claro está, predecibles de haber contado nuestra industria además, con una verdadera directiva con clara visión de conjunto.

La combinación de un estado y una directiva de PDVSA ineficientes, con temor a todo lo que tenga que ver con la tecnología y el progreso, arcaicamente dependientes de una renta, a la postre facilitó el camino a las sanciones.

Si las sanciones han sido un hecho desde 2017: ¿qué impidió elevar sustancialmente su propia capacidad de almacenamiento, crecer en potencial y negociar flotas privadas sostenibles nación a nación para entregas tanto locales como en destino?

• Por cada 50 MMBbls de almacenamiento se requieren unos $900 millones.
• Son los pozos perforados y no completados (DUC) los que hoy, en ausencia de taladros sostienen aun de pie la producción de EEUU.
• El negocio de "tanqueros" con PetroChina, en el JV de Singapur con "CV Shipping Pte" se cae porque le cruzan el seguro; un verdadero error de principiantes.

EL MINISTRO:

La burocracia y la corrupción se comen a PDVSA dijo N. Maduro en Twitter recientemente [https://twitter.com/einsteinmillan/status/1296354293080043520?s=11], utilizando el mismo refrito, con las mismísimas palabras que expresó en Noviembre’2016:

"…. Nicolás Maduro, aprobó este miércoles 23 de noviembre de 2016 un decreto para [https://www.elcomercio.com/actualidad/nicolasmaduro-reestructuracion-pdvsa-petroleo-venezuela.html] una "reestructuración absoluta" y "un golpe de timón" de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), para "vencer la corrupción y la burocracia" que, según dijo, están presentes en esa empresa".

Cuatro años más tarde, la destrucción, la burocracia y la corrupción no solo han escalado exponencialmente, sino que además la acompañan fortalecidas, la corrupción, la ineficiencia y la incompetencia. Es decir, pareciera que N. Maduro ni le importa, ni hace seguimiento a sus propias palabras.

Mientras PDVSA se hace añicos desde adentro por acción de sus cada vez más incapaces directivas, por el lado del ministro de petróleo T. El Aissami, al igual que con su predecesor; el mal general, todas las reuniones de la OPEP son; según él, exitosas.  Todas son una [http://www.laverdad.com/economia/170549-venezuela-participa-en-la-xxi-reunion-ministerial-de-la-opep.html] conquista para Venezuela porque; según él, "… la "sólida unidad" de los países de la OPEP+ "nos permitirá superar los efectos negativos provocados por la pandemia del Covid-19".

Según el ministro [http://www.radiomundial.com.ve/article/tareck-el-aissami-opep-representa-la-garant%C3%ADa-de-la-estabilidad-energ%C3%A9tica], "la Declaración de Cooperación de la OPEP+ representa una garantía absoluta de estabilidad energética y la defensa del derecho soberano de los pueblos y naciones sobre sus riquezas y recursos naturales."

La triste declaración del ministro de petróleo presupone que el éxito de Venezuela y de la gestión de PDVSA, depende de que el mundo supere los efectos negativos de la pandemia y no de que nuestra industria sea cada vez más competitiva, rentable y eficiente. Como si el alza en el nivel de producción y exportación dependiesen de que se erradique el COVID y no, de que se erradiquen el "reposerismo", la incompetencia y la ineficiencia.

Su declaración además presupone falsamente, que durante las criminales invasiones ocurridas por petróleo contra Libya e Iraq, la postura de las naciones miembro de la OPEP evitó que ocurriese la tragedia actual y el saqueo a los que han sido y son, en efecto en la actualidad, sometidos dichos países: ¿Cuántas voces de la OPEP se han alzado en favor de estas naciones y pueblos inocentes destruidos injustamente por occidente?

Al "revolucionario" Tarek parece habérsele olvidado la posición de nuestros pares de la OPEP; particularmente sus más prominentes miembros, ante las sanciones contra Irán y Venezuela. Cuantos de ellos abiertamente condenaron las mismas?

Por el contrario, son esos mismos países constituidos en torno a la OPEP en general y sus más prominentes miembros en particular, los que aprovechan el descalabro y la desgracia de nuestra PDVSA y de nuestra nación, para ocupar y arrebatarnos nuestros mercados. Son esos mismos los que se valen de la paupérrima gestión de nuestra industria, traducida en una criminal perdida de producción y exportación, para balancear los mercados en nombre de un acuerdo de recorte. Y son los que a la postre, solo defienden sus propios intereses.

Mientras Venezuela y PDVSA continúan por el camino del despeñadero, el resto de los países productores que si toma en serio su industria, sigue adelante; construyendo sus naciones. Pero PDVSA y Venezuela siguen por el camino de su propia destrucción y de paso, regalando sus recursos a terceros.

Mientras el descalabro en la nación Venezolana se agrava y mientras Tarek piensa que todo se debe a la pandemia, nadie hace nada por procurar un necesario y urgente giro de timón en PDVSA.  Entre el cierre de 2017 y 2020, el país ha dejado de percibir por producción caída, sobre los $83.000 millones, mientras pasó de exportar 1.818.000 BPD, para llegar hoy a 388.000 BPD. Mientras la burocracia, el clientelismo y la pérdida de valores hacen mella a lo interno, Tarek culpa la pandemia y las sanciones.

A juzgar por la pasividad ante tal nivel de destrucción, PDVSA con certeza podría ser ofrecida por pedazos a postores esencialmente desconocidos. Dios salve a Venezuela de llegar a suceder dicha posibilidad, ya que si con las empresas mixtas la rebatiña fue de proporciones colosales, no quisiéramos imaginarnos lo que podría pasar de llegarse a suceder una privatización en masa, sin haber madurado y procurado instituciones trasparentes y preparadas técnica y sobretodo éticamente.

Como ya antes habíamos expresado, con total seguridad, tanto intereses chinos como rusos, al igual que corrientes pro Biden solo esperan la realización de las elecciones parlamentarias, para poder naturalizar negocios que ya seguramente tras bastidores han acordado con el gobierno de Maduro. Pero si antes, durante la bonanza de un barril a $110 y 3.300.000 BPD de producción, no se logró nada sustentable para el país, más que la destrucción de la que hoy son testigos los Venezolanos, pueden tener la total certeza que ahora con menor razón se podrá lograr algo beneficioso, dado el preocupante nivel de deterioro institucional, económico, social y político que muestra Venezuela.