La Luna y el Bachiller Mujiquita

La Luna y el Bachiller Mujiquita

Carlos Mendoza Pottellá

Don Rómulo Gallegos caracterizó en su Doña Bárbara  al “Bachiller Mujiquita”, un personaje que hacía gala de su rastacuerismo ante los poderosos.

Era un intelectual, bachiller, al servicio de Ño Pernalete, el militar Jefe Civil del pueblo, ante quien se prosternaba cada día.  Ese nombre pasó a formar parte del léxico venezolano de las décadas de los 30 a los 70 para denominar a los adulantes.

Leoncio Martínez, Leo, lo popularizó como personaje de caricaturas en “Fantoches”, lo cual le valió varios encierros. Guillermo González lo interpretó en la miniserie de TV “Doña Barbara” de 1974.

Hoy lo recordamos algunos sobrevivientes de esas épocas.

A pesar de lo que dice la sabiduría popular de que “a palabras necias, oídos sordos”, he decidido responder por esta vía a un moderno mujiquita intrigante que se escuda tras la defensa de la exclusividad  científica y la omnisciencia ingenieril para enfrentar a la piratería de algunos economistas entrometidos, como el suscrito.

Sus artículos en Aporrea están siempre dirigidos como chismes a Clark Maduro, Superbigote, en un ejercicio de suprema adulación.

En la última de esas advertencias de los peligros que acechan al destinatario de sus mensajes, me alude directamente, por mi inveterado atrevimiento de opinar sobre recursos y reservas petroleras, siendo un economista que nunca ha visto un perfil de sísmica  tridimensional.

“SUPERBIGOTE, lo que verás, en este escrito, son mis comentarios, de lo que creo, en el artículo escrito por Mendoza Potellá (MP), son falsedades, medias verdades y reconcomios publicado en Aporrea: https://www.aporrea.org/energia/a313255.html”.

El enlace que sigue es el propio chisme, del cual extraigo otros párrafos:

 https://www.aporrea.org/energia/a313497.html

“MP donde bota la bola como "geólogo" es cuando dice "… los depósitos de la Formación La Luna en todo el norte de la América del Sur desde Ecuador hasta el norte del Brasil…" El "geólogo" MP no sabe, y no tiene porqué, que en la tierra se puede tener formaciones geológicas con litologías muy parecidas, con misma edad geológica aproximada, incluso con el mismo nombre, pero depositadas en cuencas sedimentarias diferentes y esto último es lo que la hace diferente y no decir que es la misma Formación.  Pero el "geólogo" MP dice, alegremente, que la Formación La Luna, ubicada, mayormente en el estado Zulia, se extiende desde Ecuador hasta Brasil. De repente, la Sociedad Venezolana de Geólogos le otorga un "Honoris Causa" por su descubrimiento.”

Por cierto, y antes de responder a lo anterior, voy a citar también un párrafo donde reconoce, sin querer, lo dicho por mí en torno a la “certificación” de reservas probadas en 2005:

Lo que si le debe quedar claro a Ud, amigo lector, lo que hizo, la empresa Ryder Scott, que se contrató para el Proyecto Magna Reserva, fue reportar, mayormente, los Recursos Contingentes de La Faja y, en menor grado, las reservas probadas. Fue después, el MPPP institución competente la que estimó las reservas probadas que se reportaron en sucesivos eventos hasta llegar a los 313 mil millones que señala MP. Nada ilegal.

¡Exactamente lo dicho por mí!

Tal y  como queda registrado en un cuadro que he presentado reiteradamente en los  últimos 5 años:

221.218 millones de barriles de “revisiones” a punta de lápiz, sumados pudorosamente en el transcurso de 5 años, entre 2006 y 2010.

Una “decisión soberana”, política, tomada ejecutivamente por el Ministerio, de “estimar” un 20 por ciento de factor de recobro en la Faja, para llegar a los mismos 260.000 millones que venían siendo voceados desde 1980 por los impulsores del “escenario Faja” y el abandono de los “pocitos” de las áreas convencionales, tipo Boscán.

Esa operación política tuvo algo que ver con los 500 y tantos millones de dólares que se le pagaron a Ryder Scott para determinar unos recursos contingentes cuya magnitud ya había sido establecida con anterioridad (2003) por el US Geological Service,  tal como reseñé en el artículo que me refuta Mujiquita y cuyas cifras reproduzco aquí de nuevo con sus referencias de entonces:

(Miles de Millones de Barriles de Crudo – Trillones de Pies Cúbicos de Gas)  (8)D:\DOWN\Venezuela Petróleo y Transición V PG2 (1).docx - _edn42

 Regional distribution of estimated technically recoverable
heavy oil and natural bitumen in billions of barrels (BBO).

The largest extra-heavy oil accumulation is the Venezuelan Orinoco heavy-oil belt, which contains 90 percent of the world's extra-heavy oil when measured on an in-place basis. (9)

[8] US Geological Survey,  An Estimate of Recoverable Heavy Oil Resources of the Orinoco Oil Belt, Venezuela /  https://pubs.usgs.gov/fs/2009/3028/pdf/FS09-3028.pdf

[9] Strategic Petroleum Resources, By Richard F. Meyer and Emil D. Attanasi / U.S. Geological Survey, Fact Sheet 70-03, August 2003 - Online Version 1.0  U.S. Geological Survey

Vale decir, unos recursos técnicamente recuperables, a partir de los cuales se podrían determinar reservas probadas, pero después de un detenido estudio técnico económico, político, financiero y de mercado.

Cosas que, por cierto, y sin querer hacer un retruque de exclusividad profesional a la manera de nuestro Mujiquita moderno, van más allá de las competencias de geólogos e ingenieros petroleros, aunque estén fundamentados en sus datos y hallazgos.

Como MP, tampoco, es ingeniero de yacimientos y todo lo que pasa en ese mundo le es ajeno, no sabe que el campo Kern River, de la Chevron, en California, Estados Unidos, el cual produce un petróleo pesado ha llegado en la actualidad a un factor de recobro cercano al 90 por ciento. De manera que, si nosotros, en Venezuela, investigáramos que hizo Chevron en ese campo y con las adaptaciones a los campos de petróleo de La Faja, Yo estoy seguro que un 20 por ciento de recuperación en La Faja se está quedando corto.

Una seguridad que le surge de su condición de geólogo e ingeniero petrolero “con más de treinta años en la cadena de valor de la industria”, pero que pretende hacer olvidar a los desprevenidos lectores lo que él sabe de sobra y mejor que yo: Que los factores de recobro dependen de muchas características de cada crudo, entre ellas,  sus gravedades específicas, tipos de yacimiento, contenidos de gas y agua etc. Que no se pueden extrapolar los posibles rendimientos de campos de petróleos de 30 o más grados a los de crudos extrapesados de 3 a 7 grados.

Pero que también dependen del tipo de tecnología que deba aplicarse en cada caso y, nuevamente, para su molestia,  de las variables económicas, costos, precios, oferta, demanda y perspectivas del mercado a mediano y largo plazo que esas diferencias físicas comportan.

Por lo demás, no voy a entrar a discutir si soy un tránsfuga ex embajador y asesor del BCV, beneficiario de pensiones y sueldos y que por ello estoy incapacitado moralmente para opinar sobre las políticas públicas petroleras.

Esa es su opinión de Torquemada, inquisidor y supremo guardián de la pureza política revolucionaria, de la cual ha hecho gala desde 2017, refutando mis primeros artículos en Aporrea sobre “Recursos, Reservas y Fantasías”. Un estilo policial que en su momento me hizo recordar el cuento del espía ruso establecido en Margarita durante la Guerra Fría, de idéntico apellido.

 https://www.aporrea.org/actualidad/a254181.html

Al mejor estilo del soplón, deslizó su sospecha sobre mis veladas intenciones antipatrióticas y sugirió investigar a esos “nosotros”, conspiradores en nombre  de quienes yo hablaba. Aguzaba su perspicacia, malinterpretando el uso por mi parte de esa inconveniente, pretenciosa y pedante fórmula mayestática reservada a los reyes y a los papas. Por ello, y  tal como prometí entonces, no la volví a usar. Temeroso además, porque uno nunca sabe las consecuencias de esas lógicas paranoicas.

https://www.aporrea.org/energia/a253927.html

https://www.aporrea.org/energia/a254088.html

https://www.aporrea.org/economia/a254433.html

Por ahora, sólo quiero referirme a mi actual osadía y piratería al mencionar un tema geológico,  cuando me referí a la Formación La Luna sin saber de qué estaba hablando.

Para ello, cumplo con mostrar el oscuro origen de mi atrevimiento pirata:

Formación La Luna: La cuna del petróleo

Tomas Villamil

Vice Presidente Adjunto de Exploración - ECOPETROL

Tomado de Carta Petrolera,  Julio-Agosto/2000.

Colombia guarda una gran riqueza en La Luna. Y no es precisamente en el cielo nocturno, sino, por el contrario, a kilómetros de profundidad en la tierra. Es una formación, catalogada como una de las mejores rocas generadores de petróleo en el mundo. El experto en este tema, el geólogo Tomás Villamil, vicepresidente Adjunto de Exploración de Ecopetrol, quien le ha dedicado buena parte de sus estudios de Ph. D. y posdoctorado, explica por qué:

La Formación La Luna es un paquete de rocas ampliamente distribuido en el norte de Suramérica, cuyo origen -hace más de ochenta millones de años- definió el mundo energético actual, la economía de los países que encabezan el mapa suramericano y la propia existencia de Ecopetrol.

Pero ¿qué es la Formación La Luna? ¿Cuál es su distribución? ¿Su riqueza? ¿Por qué se formó? ¿Cómo era el planeta en ese tiempo? ¿Cómo era Suramérica cuando se depositó? ¿Cómo era el mar que la cubría? ¿Qué permitió el depósito de La Luna?, y ¿cuáles eran las condiciones químicas y físicas del mar de La Luna? Las respuestas a cada una de estas preguntas son tema de amplio debate, de muchos artículos escritos y de extensa investigación en universidades de todo el mundo.

Hace aproximadamente 94 millones de años se inició el depósito de la Formación La Luna, en un proceso que duró 14 millones de años. Las características fundamentales de esta unidad de rocas son su color negro o gris muy oscuro, su tamaño de grano muy fino y su abundante contenido de fósiles.

Esta formación es de importancia crucial en la geología del petróleo del norte de Suramérica, pues representa una de las mayores generadoras de hidrocarburo en el planeta. La cantidad de barriles de crudo in situ probados que provienen de La Luna, excede los (2'000.000'000.000) dos millones de millones de barriles, cuyo factor de recobro varía entre 10 y 40%, dependiendo de muchos factores.

Esta cifra, como referencia, es 30% superior al petróleo in situ de Arabia Saudita, donde hay unos 1´700.000´000.000 barriles in situ y unos (261.000'000.000) 261 mil millones de barriles recuperables (el recobro es mayor en Arabia Saudita, debido a los excelentes reservorios). La mayor acumulación de petróleo in situ del mundo -1,5 trillones de barriles- está en Venezuela oriental y fue generado por la Formación La Luna.

La presencia de la Formación La Luna en esta parte de Suramérica es, sin duda, el factor determinante que hace que países como Ecuador, Colombia, Venezuela y Trinidad estén en el mapa petrolero mundial.

Muchos nombres y una sola formación

La Formación La Luna es una unidad de rocas ampliamente distribuida que localmente recibe diferentes nombres y esto genera confusión en su entendimiento regional. La Luna se extiende desde la parte central de Ecuador, donde es llamada Formación Chonta. Está ampliamente distribuida en Colombia y es denominada Villeta, Chipaque, Gachetá, La Luna, San Rafael y más. Se extiende hacia el occidente de Venezuela, donde se llama La Luna al norte del piedemonte sur de los Andes de Mérida y denominada Navay en las cuencas de Barinas-Apure y Guanare. En el oriente de Venezuela se halla ampliamente distribuida y es conocida como Formación Querecual. La Luna también se encuentra presente en Trinidad; allí recibe el nombre de Naparima Hill; en Guyana, Suriname, y llega hasta el norte de Brasil, pero no genera mucho petróleo, porque no está enterrada a la suficiente profundidad.

La Luna tiene equivalentes muy similares en regiones diferentes de América del Sur. En Estados Unidos, rocas similares y de la misma edad son conocidas como Greenhorn y Bridge Creek. En Marruecos, Argelia y Túnez tiene equivalentes y se llega a extender hasta Alemania. La distribución regional de ésta en Suramérica y de rocas similares en el mundo nos permite proponer un origen único y de muy amplia distribución, posiblemente global, para todas estas rocas.

Su origen:

La Luna se depositó en su apogeo, durante el Cretácico superior, hace unos 92 millones de años. En esta época, la Tierra era diferente a la de hoy en día. África y Suramérica estaban muy cercanos, Norteamérica se hallaba separada completamente de Suramérica por un océano de cientos de kilómetros de ancho y gran parte de Centroamérica no existía o no estaba en su posición actual.

La mayor parte de Colombia, Venezuela, Ecuador y Trinidad estaban cubiertas por un extenso mar y las cadenas montañosas de hoy no existían. Las cordilleras central y occidental de Colombia se encontraban sumergidas bajo el mar de La Luna, principalmente porque su relieve topográfico era muy bajo y porque el nivel del mar se hallaba unos 200 a 300 metros más alto que el de hoy.

El océano Pacífico de hace 92 millones de años era enorme; ocupaba mucha más área que hoy en día. La distancia entre Bogotá y Sydney, cruzando el Pacífico, era unos 3.500 kilómetros superior a la actual.

Colombia, durante la época de depósito de La Luna, estaba cubierta en su mayor parte por un mar relativamente somero, que tenía características especiales. Este mar se extendía desde la parte central de la cuenca de los Llanos, hacia el occidente, hasta llegar a océanos relativamente profundos cerca de lo que hoy es el Valle del Cauca. Hacia el norte, este mar somero se extendía hasta regiones costa afuera de la región Caribe y más al norte de la península de la Guajira. Este extenso mar determinó la distribución amplia de la Formación La Luna.

Características:

El mar somero que permitió el depósito de la Formación La Luna tenía características que no se hallan en los océanos de hoy. El mar contenía muy poco oxígeno disuelto, era muy tranquilo y circulaba verticalmente, en contraste con la circulación horizontal del mar actual.

El clima en la época de depósito de La Luna era mucho más cálido que el de hoy; no había hielo en los polos y la evaporación representaba la mayor causa de la circulación de aguas profundas. Actualmente, la circulación oceánica profunda está dominada por aguas frías y densas que vienen de la formación de hielo en las regiones polares. Estas aguas frías y densas viajan hacia la región ecuatorial, donde se encuentran con masas de agua provenientes de otras regiones frías. Durante el depósito de La Luna, las aguas densas eran generadas por evaporación ecuatorial y creación de aguas más saladas y, por consiguiente, más densas y más cálidas.

Ahí está la clave: aguas más cálidas contienen por naturaleza menos oxígeno y este hecho hace que la materia orgánica que se acumula en el fondo marino no sea oxidada de manera rápida y eficaz, como lo es en los mares actuales. Esa materia orgánica preservada por enterramiento, debido a sedimentos marinos, y no descompuesta por oxidación, es la que al ser calentada y expuesta a presión, genera los hidrocarburos. Las condiciones paleoceanográficas referidas fueron las responsables de la acumulación de la Formación La Luna y de su calidad como roca generadora de hidrocarburos.

Una de las preguntas más simples y fundamentales para el entendimiento de la Formación La Luna, su distribución, características generales, riqueza y paleo- clima (clima del pasado, hace unos 92 millones de años) es: ¿Qué causó la elevación del nivel del mar en esa época? La respuesta es muy compleja y difícil de explicar; sin embargo, intentaré hacerlo de manera simple.

Comenzando hace unos noventa millones de años, se aumentó la velocidad de generación de corteza oceánica en el mundo (la corteza oceánica se genera en cadenas montañosas submarinas llamadas dorsales oceánicas y se consume por debajo de continentes a lo largo de márgenes de subducción, la masa de la corteza oceánica se preserva a través del tiempo porque lo que emerge por un lado, se consume por otro). Esta aceleración de la generación de corteza se enfocó en tres lugares de los océanos: uno cerca de Borneo, otro alargado al este de India y el más grande y de mayor impacto en lo que ahora es el mar Caribe.

La corteza oceánica mantiene su masa, pero no su volumen. La corteza nueva y caliente tiene menor densidad (mayor volumen) que la corteza vieja y fría y esta diferencia de volumen causada por aceleración de la creación de corteza desplaza agua marina hacia arriba y hacia los lados. En resumen, el fondo rocoso del presente mar Caribe, en su historia, fue el responsable directo de la deposición de la Formación La Luna y del cambio reconocido mundialmente asociado con esta subida del nivel del mar global.

El mar de esos tiempos

La Luna contiene abundantes fósiles, la gran mayoría de estas especies no existen hoy en día. Estos fósiles nos permiten reconstruir la vida en el mar de La Luna hace 92 millones de años.

En tierras aledañas al mar de La Luna habitaban dinosaurios, reptiles, mamíferos y aves. Sin embargo, estas comunidades no dejaron registro en regiones del norte de Suramérica. En el mar de La Luna habitaban reptiles marinos, peces, amonitas que, en general, estaban adaptados a vivir en aguas pobres en oxígeno. Los reptiles marinos no tenían problema con contenidos bajos de oxígeno en el agua porque respiraban aire, pero los demás animales que habitaban este mar estaban especializados para sobrevivir en condiciones de poco oxígeno.

En el mar de esos tiempos, también habitaban microorganismos y gran parte de ellos eran devorados por otros organismos más grandes y caían al fondo como materia fecal diminuta; estas acumulaciones de microorganismos (que también murieron y cayeron al fondo como eventos de mortalidad en masa) fueron los que aportaron gran parte de la materia orgánica que da el color negro a estas rocas y que, en últimas, generaron la gran mayoría de los hidrocarburos encontrados en el norte de Suramérica.

En general, puede decirse que el mar de la Formación La Luna era de color muy oscuro a negro, ya que su fondo era completamente negro y había mucho material orgánico en casi toda la columna de agua; era también poco agitado y por su ambiente reductor (bajo en oxígeno y rico en H2S) debía oler muy mal.

Era, en resumen, un mar relativamente somero, de unos 200 metros de profundidad promedio, muy oscuro, que olía parecido a lo que huele el río Bogotá hoy, que estaba habitado por animales adaptados a ese tipo de condiciones. Químicamente el agua de este mar y sus sedimentos eran ricos en elementos de fácil disolución en aguas de bajo oxígeno; por lo tanto, la señal química de la Formación La Luna es bastante diferente a la de las rocas que están arriba, más jóvenes, y debajo, más antiguas.

El mar de esa época era cálido, más cálido que el de hoy, circulaba más lentamente, y era algo más salado. Las condiciones del mar de La Luna son difíciles de imaginar, especialmente porque hoy no existe nada igual ni parecido, aun teniendo en cuenta algunas comparaciones que se han hecho con el Mar Negro.

Espero que el lector pueda hacer desde ahora la observación de las rocas negras que se ven por las carreteras Bogotá-Villeta, Bogotá-Mesitas, y las carreteras que en general van de la cordillera Oriental al valle del Magdalena, con una mirada diferente. Hay que recordar que estas rocas, cuyo origen primario fue una subida del nivel del mar global y que se formaron en un mar poco agradable, son la causa de la función social de nuestra Empresa.

Tomado de Carta Petrolera,  Julio-Agosto/2000

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Mi conclusión es que diversas escuelas de geólogos pueden o no estar de acuerdo con el Doctor Tomás Villamil, sin que por eso ninguna de ellas pueda ser acusada de pirata.

Es una discusión acerca de lo sucedido desde hace más de noventa millones de años, y sobre la cual yo no tengo ni los instrumentos cognitivos, ni la autoridad para dirimir quién tiene la razón.

Pero si entiendo los distintos puntos de vista, sin ser geólogo, después de haber tenido profesores de esa materia desde 1972, en las clases magistrales previas a la fundación del Postgrado en Economía y Administración de Hidrocarburos en 1974,  como alumno a partir de 1975 y hasta mi jubilación en el 2000, después de 28 años de servicio como asistente de investigación, profesor y Coordinador durante los 14 últimos.

Tiempo suficiente para que se me pegaran, así fuera por ósmosis, algunos conocimientos de gente como Aníbal Martínez, Francisco Gutiérrez (primer Jefe de la Oficina de la Faja del MMH), Gustavo Coronel, Juan Jones Parra, Ricardo Corrie, Carlos Alcántara  y Orlando Méndez, a cuyas clases asistí como oyente, alumno, contertulio, y fanático del tema.

Debo explicar, finalmente, que la “mezcolanza” de abogados, economistas, geólogos, ingenieros, contadores, médicos, estadísticos, sociólogos, geógrafos, antropólogos, historiadores, que han cursado ese postgrado en el transcurso de estos 48 años (ver registros en FACES UCV)  es el resultado de la voluntad del Profesor Francisco Mieres de hacer un postgrado multidisciplinario, precisamente para evitar el encasillamiento  tecnocrático en las parcelas exclusivamente técnicas del tema.

Por eso, los ingenieros cursaron economía y política petrolera, marco legal de los hidrocarburos, análisis de estados financieros petroleros y los abogados y economistas cursábamos tres cursos técnicos, sobre exploración, producción, refinación y petroquímica. Uno de mis últimos exámenes como alumno fue, precisamente, la interpretación de un perfil electrónico, tema sobre el cual nos transmitió  sus rudimentos, durante todos estos años, el Geólogo Orlando Méndez quien sigue siendo profesor allí.

Y una materia básica, aparte de tener que pasar un examen previo de suficiencia en ingles, era precisamente inglés petrolero, cuyo carácter indispensable explicaba el Profesor Mieres con humor negro, entre otras cosas: “para que no queden patidifusos cuando algún pretencioso especialista les eche en cara que ustedes ni siquiera saben lo que es “enhanced recovery”. (Pronunciado en inglés con acento cumanés)

Verbigracia:

Como MP, tampoco, es ingeniero de yacimientos y todo lo que pasa en ese mundo le es ajeno, no sabe que el campo Kern River, de la Chevron, en California, Estados Unidos, el cual produce un petróleo pesado ha llegado en la actualidad a un factor de recobro cercano al 90 por ciento. (Mujiquita, loc. cit.)

¡Quién diría que 48 años después un pedante le daría la razón al Profesor Mieres! 

ALGUNAS REFERENCIAS:

https://www.aporrea.orgautores/mendoza.potella

https://petroleovenezolano.blogspot.com/

Carlos Mendoza Pottellá

29 de Junio de 2022



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Carlos Mendoza Potellá

Economista. Investigador Petrolero. Docente. Blog: http://petroleovenezolano.blogspot.com

 cmendop@gmail.com      @cmendop

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