Crítica ácida

¿Con qué ganas te creo si el gas me acaba el bolsillo?

La Europa siglos XX y XXI debe estar apenada de haber hipotecado su destino a las fauces salvajes del sistema representativo que los esquilma, los llena de muertes y los domina a placer. Qué pensaría usted si en Venezuela el precio del gas creciera 700 % desde el 2021 a julio 2022, el detalle confirma con sobrada razón que el "viejo continente" está al borde de la recesión, ahora sin guerra mundial en su territorio, aunque sí en conflicto bélico que surgió desde febrero 2022 en la frontera ruso ucraniana.

El gas natural es el mayor desencadenante de la inflación mundial, posiblemente amenace al mismísimo petróleo como combustible que ha definido hasta ahora la geopolítica. Hay necesidad urgentísima de un suministro seguro y diversificado de gas, otro renglón en el cual Venezuela superó la maldad intrínseca del salvajismo mercantilista, nos intentaron e intentan privar de gas introduciendo el tema en campañas que no son política de altura, sino politiquería, por no decir porquerías insustanciales como argumentos.

Una lección indudable es la advertencia del ciudadano Kevin Book, director de la empresa de investigación de políticas energéticas ClearView Energy Partners, para conocimiento de las y los politiqueros que hacen cumbres borrascosas de presidentes y primeros ministros, la operación militar rusa en Ucrania podría considerarse el principal factor detrás de la subida, teniendo en cuenta la disminución de los suministros energéticos rusos a Europa, lo que no previeron propagandistas de la venta de armas motorizados por la "democracia gringa" y sus aliados, entre ellos el Premier británico Boris Johnson, quien tuvo que dimitir luego de imitar a Donald Trump y en forma más desacertada.

El experto Kevin Book está claro en que Europa aspira a diversificar los suministros antes de que llegue la crudeza del invierno, envuelto buena parte del continente europeo en una carrera para asegurarse suministros del gas natural licuado, en medio de recortes por primera vez los europeos se ven obligados a depender del gas comprado EE.UU., mucho más costoso que las adquisiciones anteriores al gigante ruso y los gasoductos abastecedores desde el Kremlin mucho más cercano, evidentes los desvergonzados capitalistas vendedores de armas, quienes merecen aquella frase ideada en Venezuela por un europeo nacionalizado venezolano y narrador de futbol, cuando decía ¡Qué hiciste papaíto!

Los entendidos sabían que la empresa estatal rusa Gazprom advirtió verse obligada a reducir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream una de las principales rutas de suministro de gas ruso a Europa. Claramente se informó al mundo el desatino de las sanciones de occidente a compañías privadas mundiales si estas negocian con los rusos. Empresas que para no privarse de sus relaciones comerciales con Rusia pretenden comprar conciencias mediante coimas o comisiones, en el fondo política sucia originada por el mercantilismo repugnante, el de no perder ganancias debido a las barrabasadas políticas occidentales.

El gas aumentado en Europa en 700 % lo pagan los más pistolas o pendejos afirmaría Uslar Pietri, no en Venezuela como tampoco en otros renglones que resultan casi regalados, los mantiene la revolución a pesar de sanciones inventadas con atroz politiquería en nombre de la "democracia representativa" más falsa que un billete inexistente de dos dólares.



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Luis Sánchez Ibarra


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