Análisis del negocio del petróleo (no del gas) en Venezuela: Realidad, desafíos y perspectivas para el 2025 y el venidero futuro

Comenzaré describiendo las características del Petróleo Venezolano y la Faja Petrolífera del Orinoco. Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo, con un estimado de 296.500 millones de barriles, de los cuales el 87% se concentra en la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO). Esta región, que abarca 55.314 km², contiene crudo pesado y extrapesado, con densidades que oscilan entre 8° y 22° API. Este tipo de petróleo requiere procesos de mejoramiento para ser comercializable, ya que su alta viscosidad y contenido de azufre lo hacen difícil de refinar directamente.

La FPO está dividida en cuatro campos principales: Ayacucho, Carabobo, Boyacá y Junín, con reservas estimadas en 1,36 billones de barriles. Actualmente, se producen alrededor de 900.000 barriles diarios, de los cuales 600.000 son extraídos por PDVSA y el resto por empresas mixtas como Chevron, que juega un papel clave en la producción y exportación.

El petróleo de la FPO es procesado en mejoradores y refinerías para convertirlo en crudo más liviano (entre 16° y 32° API), apto para la exportación. Entre los derivados más importantes se encuentran gasolinas, diésel, asfalto y coque. Las refinerías clave incluyen Petromacareo, Petrourica y Petrocarabobo, que forman parte del Circuito Refinador Nacional, con una capacidad actual de 1,3 millones de barriles diarios.

Los principales mercados de exportación son Estados Unidos, China, India y Europa, aunque las sanciones han limitado el acceso a estos mercados tradicionales. Actualmente, gran parte del crudo se vende con descuentos en mercados secundarios, como Asia, debido a las restricciones impuestas por las sanciones.

Desde 2019, las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea han limitado significativamente el procesamiento de crudo venezolano en refinerías europeas. Sin embargo, en Estados Unidos, Chevron ha mantenido una excepción para procesar y exportar petróleo venezolano, especialmente a refinerías en la costa del Golfo. Esas sanciones han afectado severamente la industria petrolera venezolana. Estas medidas incluyen la prohibición de transacciones con PDVSA, la limitación de acceso a tecnología y financiamiento, y la restricción de exportaciones a mercados clave. Como resultado, la producción petrolera ha caído de 2,5 millones de barriles diarios en 2015 a menos de 1 millón en 2024.

La renovación de licencias a empresas como Chevron ha permitido cierta recuperación, pero la incertidumbre política y la dependencia de estas licencias hacen que el sector sea vulnerable. Además, las sanciones han dificultado la importación de diluyentes necesarios para procesar el crudo extrapesado, lo que ha reducido la eficiencia de las refinerías.

Los retos y desafíos futuros, hablando de recuperación de la producción, Venezuela necesita aumentar su producción a al menos 1,5 millones de barriles diarios para estabilizar su economía. Esto requiere inversiones en tecnología y mantenimiento de infraestructura, así como la eliminación de sanciones que limitan el acceso a mercados y financiamiento. Con la diversificación de mercados, es crucial encontrar nuevos mercados para el crudo venezolano, especialmente en Asia y África, donde la demanda de energía sigue creciendo. Esto implica mejorar las relaciones diplomáticas y comerciales con estos países, y creo que PDVSA tiene que poseer su propia flota naviera. Por otra parte, la sostenibilidad ambiental, en el proceso de la explotación de la FPO debe equilibrarse con prácticas ambientales sostenibles para minimizar el impacto ecológico, se que se hace algo al respecto, pero entre el bosque de Uverito, sus zonas adyacentes y el propio río Orinoco hay mucho daño, más si se toma en cuenta aumentar la producción, la acumulación de chatarras y algunos derrames hay que solucionarlo de inmediato. Esto incluye la adopción de tecnologías limpias y la rehabilitación de áreas afectadas por la extracción.

Tampoco debemos olvidar la innovación tecnológica, nuestra industria requiere modernización, especialmente en la extracción y procesamiento de crudo extrapesado. La inversión en hidrotratamiento, hidrocraqueo y coquificación retardada es esencial para mejorar la calidad del crudo y aumentar su valor comercial, aquí creo que es necesario abrir nuevas refinerías, es hora de exportar mas derivados que el mismo crudo. Eso llevaría indudablemente a una mayor estabilidad política y económica. La incertidumbre política y la falta de confianza en las instituciones dificultan la atracción de inversiones extranjeras. Es necesario un consenso político que permita la estabilidad y el crecimiento sostenido del sector petrolero.

A dónde iva nuestras exportaciones de petróleo. Veamos, las principales refinerías en Estados Unidos, Alemania, Bélgica e Inglaterra que procesan o procesaban el Petróleo Venezolano: Estados Unidos es uno de los principales destinos del petróleo venezolano, especialmente para refinerías en la costa del Golfo de México, que están diseñadas para procesar crudos pesados y extrapesados, como el de Venezuela. Algunas de las refinerías más destacadas incluyen: Refinería de Port Arthur (Texas): Con una capacidad de procesamiento de 600.000 barriles por día (bpd), es una de las más grandes del mundo y procesa crudo venezolano para producir derivados como gasolina, diésel y combustible para aviones. Refinería Baytown (Texas): Perteneciente a ExxonMobil, tiene una capacidad de 572.500 bpd y también procesa crudo venezolano para obtener derivados como lubricantes y productos petroquímicos. Refinería Garyville (Louisiana): Con una capacidad de 522.000 bpd, esta refinería de Marathon Petroleum procesa crudo venezolano para producir gasolina, diésel y otros combustibles. ¿Cómo haremos para volver a ese pasado? Habrá qué ceder mucho al imperio, y eso no será fácil, a no ser que volvamos al estado paternalista, al mismo modelo económico, a los mismos patrones sociales y culturales de la Venezuela que tanto deseábamos cambiar para mejor.

En Europa, Alemania no es un destino principal para el petróleo venezolano debido a las sanciones de la Unión Europea. Sin embargo, algunas refinerías en el pasado procesaron crudo venezolano antes de las restricciones. Entre ellas: Refinería de Karlsruhe: Con una capacidad de 300.000 bpd, esta refinería procesaba crudo venezolano para producir gasolina, diésel y otros derivados antes de las sanciones. Aquí, qué nos daría Alemania a cambio. En Bélgica, cuenta con una de las refinerías más importantes de Europa, que históricamente ha procesado crudo venezolano: Refinería de Antwerp: Con una capacidad de 360.000 bpd, esta refinería procesaba crudo venezolano para producir gasolina, diésel y otros derivados antes de las sanciones de la UE. Con Bélgica yo esperaría a que ellos tocaran nuestra puerta, de modo de no caer en el chantaje de comprarle sus fusiles y otros materiales bélicos. No nos conviene, ya es tarde. Y en el Reino Unido, las refinerías también han procesado crudo venezolano, aunque en menor medida debido a las sanciones. Entre las más destacadas se encuentra: Refinería de Fawley: Con una capacidad de 270.000 bpd, esta refinería procesaba crudo venezolano para producir gasolina, diésel y otros derivados. Igualmente que Bélgica, no tenemos nada que sacar del Reino Unido.

Las refinerías que procesan petróleo venezolano en estos países producen principalmente: gasolina, utilizada para transporte y vehículos ligeros. El diésel, usado en transporte pesado y maquinaria industrial. Los combustibles para aviones, esencial para la industria aeronáutica. Lubricantes y productos petroquímicos, utilizados en la industria manufacturera y automotriz. La pregunta que duele hacerse es sí aún vamos a seguir vendiendo materia prima para importar productos derivados de esa materia prima que les vendemos, cuando deberíamos estar apoderandonos de dichas tecnologías para ampliar nuestra base industrial y exportar mas y mas los derivados que de dichos recursos podremos sacar.

En conclusión, el petróleo sigue siendo el pilar de la economía venezolana, pero su futuro depende de la capacidad del país para superar los desafíos actuales. La combinación de inversiones estratégicas, innovación tecnológica y una política exterior más flexible podría permitir a Venezuela recuperar su posición en el mercado energético global. Sin embargo, esto requiere un esfuerzo coordinado entre el gobierno, el sector privado y la comunidad internacional. Pero qué pasaría si el gobierno de Venezuela continúa con la política del Estado paternalista en la economía y en la estructura social que tanto daño ha causado al país. Hay mucho que hacer al respecto. Hay mucha necesidad de plantear otro modelo.



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Miguel Angel Agostini


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