Seguimos: La Regalía es una porción en especie, una parte de los barriles extraídos de cada pozo. Desde luego, legalmente PDVSA actúa como si se los vendiera a los empresarios mixtos y estos le pagan en dólares o parcialmente en especie.
La regalía ha sido vendida e impuesta por el Estado Venezolano como una gran conquista soberana. Desde un principio (siglo pasado) el Estado decidió participar en la extracción del crudo a cambio del otorgamiento de concesiones para extracción y explotación mineropetrolera.
Las regalías han representado una suerte de de tributo o servidumbre que debe satisfacer el concesionario (hoy empresario mixto), y todo lo demás ha sido una lucha de regateos y revalorizaciones del cuánto porcentual que el Estado debería recibir como parte de la producción puesta en venta por el explotador. La regalía se ha expresado como una parte de los barriles o toneladas o metros cúbicos extraídos.
El Presidente Isaías Medina Angarita pasó a la Historia por haber logrado el famoso 16,66% del valor de la producción de crudo, derivado y afines. Este porcentaje se aplica en los pozos y luego se le carga a los empresarios según el valor del crudo en el mercado correspondiente en tiempo y lugar. Pero hasta allí.
Ahora yo estoy asomando la posibilidad de que la regalía sea considerada como un valor intrínseco y ex ante que tiene nuestro crudo al natural, antes de ser descubierto y extraído. Sólo así se estaría vendiendo el petróleo y de perogrullo también se estaría recuperando el valor de las inversiones que se realicen por concepto de prospección, extracción y acarreos varios.
De lo que yo hablo y planteo es de imputar contablemente esa regalía al costo de extracción y puesta en venta de todo el barrilaje. De esta manera esa regalía formaría parte integral del valor del crudo que se vendería en el mercado internacional. La ganancia a obtenerse por su venta debería ser extensiva al valor de la Regalía, como si el Estado le estuviera comprando ese crudo al subsuelo patrio. Sólo así podríamos hablar de la recuperación y siembra petrolera.
PDVSA y los empresarios extranjeros han estado burlando (ambos) el pago al Estado por la extracción de un recurso natural no renovable. Es que el Estado venezolano ha asumido un rol meramente parafeudal. Se ha comportado como un simple terrateniente que le ha arrancado a los concesionarios y ahora empresarios mixtos (con inclusión de PDVSA) una parte de su producción obtenida por aquellos, pero no ha vendido sus pertenencias como tales. En el caso de la tierra de labrantío pasaría, ya que al vender la tierra cesaría sus funciones feudales, pero es que estamos hablando de un recurso mueble y no renovable.
Por ejemplo, si fuera una producción maderera, el Estado permitiría la tala de unas hectáreas de árboles, y los vendería y cobraría como tales según este costo más el costo del talaje y transportación. Con el valor así obtenido podría perfectamente resembrar nuevas ha. de árboles maderables o afines. Con la regalía petrolera el Estado se ha limitado a invertirlo en la satisfacción de necesidades públicas y a prestárselo y regalárselos a quienes han fungido de empresarios sin capital propio. Una aplicación que no ha pasado de ser una verdadera depredación de los yacimientos petroleros.
La regalía, tal como a viene aplicando el Estado, no ha pasado de ser una mera participación feudaloide en la extracción, pero ningún gobierno nuestro ha sabido vender ese recurso natural. Lo ha regalado por causa de la incapacidad técnica de quienes han laborado allí en la empresa petrolera desde los mismos tiempos de J. V. Gómez, por la ineficacia de nuestras Contralorías nacionales, y en parte por la venalidad y complicidad de algunos profesionales al servicio mercenario de los extranjeros.