Quienes desean comprender el rumbo del proceso revolucionario bolivariano ante sus grandes desafíos en el momento actual, es muy importante que tengan la suficiente claridad del por qué a Venezuela se le caracteriza como un país dependiente casi exclusivamente de la renta petrolera, herencia de 180 años de dominio oligárquico que no fue capaz de construir un modelo de desarrollo independiente, porque sostuvo su poder en condiciones de dependencia del Imperialismo, principalmente el norteamericano que ha sido el hegemónico en los últimos 100 años de explotación petrolera.
Para comenzar es necesario aproximarse (para los propósitos de este trabajo lo haremos de una manera bastante sencilla) a la definición de renta petrolera: pudiéramos decir que es la diferencia entre el precio de venta del petróleo y su costo de extracción. Para ilustrarnos hagamos el siguiente ejercicio: Si hoy en Venezuela extraemos un barril de petróleo a un costo promedio de 8 dólares y lo vendemos en los mercados internacionales en aproximadamente a 65 dólares (El petróleo venezolano cerró entre el 8 al 12 de febrero en un precio promedio de 65,70 dólares) pudiera implicar decir que nuestra renta petrolera equivale a mas o menos 57 dólares por barril.
La renta es un fenómeno de la era moderna capitalista. Marx la definió como renta del suelo y la distinguió de lo que es la ganancia por la explotación del trabajo. Coincidió con Smith quien la describía como el excedente que se obtiene de la explotación de la tierra, donde una parte iba al arrendatario capitalista (Salarios de los trabajadores incluidos) y la otra al dueño de la tierra. La renta tiene que ver con la tierra y no es lo mismo que la ganancia. Se da en bienes en donde no aparece el trabajo explotado aunque sí su uso.
En nuestro país 80 mil trabajadores petroleros generan un promedio de entre 50 y 80 mil millones de dólares al año, según los vaivenes del precio de la cesta venezolana. ¡He aquí el núcleo central, lo esencial, de la gran disputa histórica por Venezuela! Que no ha sido otra cosa sino por quién se queda con esa gigantesca suma de dólares: en otras palabras, quién se apropia de la renta petrolera venezolana. La respuesta a la pregunta: ¿Cómo se utiliza ese extraordinario beneficio? es la médula espinal del juego de la política criolla, y es la explicación, en los últimos once años, de la ferocidad con la cual pelean por recuperar sus privilegios las viejas élites desplazadas por el pueblo venezolano con la Revolución Bolivariana.
En 1829 el Libertador Simón Bolívar decretó que la República era titular de los derechos sobre las riquezas minerales del subsuelo que antes eran de la corona española. Este principio el pueblo movilizado en constituyente lo dejó establecido de manera muy clara en la constitución bolivariana en 1999. La victoria popular sobre el imperialismo al pulverizarle el golpe de estado y el sabotaje petrolero en el año 2002 consolidó esa extraordinaria conquista para nuestro pueblo. La renta petrolera no está vinculada directamente al trabajo manual de sus operarios (no es una fábrica de carros o barcos) sino a una renta, tiene su origen en un plusvalor internacional que pagan los países que consumen nuestro petróleo. Es una actividad minero-extractiva generadora de una renta muy alta y normalmente no tiene que ver con el esfuerzo de producción interno.
El carácter rentístico del capitalismo venezolano en condiciones de dependencia produjo las deformaciones que le son inherentes y lo hacen parasitario. Entre esas deformaciones podemos enumerar las siguientes:
1. La clase capitalista venezolana nació no de un proceso de acumulación clásico sino del aprovechamiento de las facilidades que le ofreció un estado puesto a su servicio, quien le drenó por infinidad de canales (préstamos de bancos públicos, contratos para ejecutar obras públicas, divisas para importar, etc.) la parte del león de la renta petrolera.
2. La historia de la lucha de clases en Venezuela en los últimos 100 años ha tenido como límites casi absolutos la distribución de la renta petrolera. No ha sido por la distribución del producto del esfuerzo productivo interno, porque este ha sido muy marginal, sino por apropiarse de los inmensos recursos petroleros, lo cual ha determinado que las luchas populares hayan tenido y tengan hoy, con la Revolución Bolivariana , un carácter anticapitalista y, en consecuencia, un contenido antiimperialista.
Esas son las causas por las cuales el viejo proyecto oligárquico proiimperialista impedía la instauración de un proyecto independiente en nuestro país. Las viejas élites gobernantes privilegiaron a las transnacionales a costa del hambre de nuestro pueblo. El subdesarrollo ha sido la consecuencia. Las transnacionales extrajeron de nuestro país gigantescas riquezas y nos dejaron una profunda brecha entre la ínfima minoría burguesa muy acaudalada y el resto de la población en estado de pobreza. Cuando el Presidente Chávez ganó las elecciones en diciembre del 1998 se encontró con dos millones de analfabetas, centenares de miles de compatriotas excluidos de la educación, millones igualmente excluidos de la asistencia médica, del agua potable, de la electricidad, de viviendas, etc., etc. La inversión social a través de las misiones ha sido una respuesta eficaz del gobierno bolivariano para ir cerrando sostenidamente la perversa brecha entre ricos y pobres. De esa manera la revolución ha puesto a la renta petrolera al servicio de las grandes mayorías que habían sido excluidas por viejo poder oligárquico.
En la dirección de salir del modelo rentístico petrolero, el gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías anunció recientemente una serie de medidas que tienen el propósito de buscar el reimpulso de la economía productiva, ante la amenaza de la crisis financiera capitalista mundial. Venezuela hará un esfuerzo por frenar las importaciones no necesarias y al mismo tiempo buscará estimular una política exportadora, sustituir importaciones e impulsar y estimular la producción para la exportación. Todas estas medidas se sustentan sobre el principio revolucionario de que la economía debe estar al servicio del ser humano para ir logrando los objetivos socialistas. En los últimos 11 años la Revolución Bolivariana ha disminuido los niveles de pobreza, reconocido por organismos como la ONU. En el año 2009, mientras las economías de Europa y EEUU perdieron millones de puestos de trabajo, en Venezuela el índice de desocupados bajó a menos de 7% manteniendo la calidad del empleo: salario mínimo, seguridad social, los beneficios contractuales, la estabilidad laboral y los convenios colectivos, etc. Así se han venido consolidando sin pausa las políticas socialistas a favor del pueblo venezolano.
Hoy el pueblo venezolano exhibe como un gran logro que la renta petrolera le pertenece verdaderamente. Esa es una verdad irrefutable desde la asunción a la conducción del país del Presidente Hugo Chávez Frías el 2 de febrero de 1999. Sembrarla soberanamente es el gran desafío que tenemos como pueblo, para lograr el objetivo bolivariano de “la mayor suma de felicidad posible” y con él construir con éxito la patria socialista.