Lo que dejó el proceso interno

Es demostrablemente obvio que todo proceso democrático de discusión, en torno a una causa a la que los factores encontrados quieren atribuir razones, dejen en la contraparte no agraciada por el favor popular, un conjunto de molestias propias, que irán mermando en la medida en que el factor interno favorecido sepa tejer la red por donde habrá de caminar el propósito común de los contendores. No hay otra forma. Por eso en muy importante la actitud de los triunfadores en el proceso interno del PSUV.

Los que triunfaron deben garantizar con hechos de humildad y al margen de la prepotencia, el honor a los vencidos. Y este proceso interno, donde se denota que es irreversible la orientación del proceso revolucionario hacia su perfectibilidad democrática deja esa premisa como elemento para enaltecerla. Con seguridad cede la imposición y se agiganta la participación popular. Los estatutos del partido que entran desde ya a reglamentar la actividad partidista con severa disciplina garantiza la formalidad democrática de los próximos eventos. Pero ya, con todos los resultados que definen los candidatos del PSUV en la contienda septembrina, un solo movimiento socialista y una sola intención debe pasar por la conciencia de todo socialista que apoye al presidente. Otra cosa es grave para el fortalecimiento del proceso. Habrá que convencer, con claros elementos de persuasión revolucionaria a esa periferia que inscrita en el partido no ha tenido oportunidades de participación. Por que a juzgar por lo peor, casi siempre no ha estado en las cuentas de quienes han tenido adrede o no, la oportunidad de contarlos.

Habrá también que explicar con suma sinceridad, la seria responsabilidad del gobierno socialista en las dificultades de los servicios de calle mas afectados por la ineficiencia o la improvisación. No hay que tener miedo a decirlo por que con ello se dan también los métodos para la rectificación y la corrección. O sea que el trabajo es duro. Pero el proceso interno dejó también elementos propios de ella que de3ben exaltarse. El esfuerzo por ejemplo, de Ulises Mora llevando su mensaje con fuerza y disciplina al pueblo paraguanero y los resultados que obtuviera a pesar de la fuerte tendencia al voto que administra Montilla, es un acto de emular en esta próxima campaña para coadyuvar al triunfo. También los esfuerzos de Ventura, Méndez y Díaz Cuba. La actitud de Castelar es loable y Rodríguez fortalece la llave ganadora en La Sierra. Melvin López Hidalgo con seguridad en los próximos días se incorporará a la batalla y será un puntal que magnificara las razones de triunfo en septiembre. No hay juicio ni razón para dudar de su honorabilidad revolucionaria.

Por eso comienza a desarrollarse en el movimiento socialista un viejo precepto revolucionario que llama a la irreverencia en la discusión, respeto en la decisión y lealtad en la acción. No hay otra. Y no hay razones para que no haya ninguna.


n_lacruz@yahoo.com


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