Los vivos salieron en tropel a coger cargos sin reparar jamás si estaban en condiciones morales e ideológicas para asumir tamañas responsabilidades. Se desmadraron, y en cogiendo se disfrazaron y como pudieron se montaron en la gandola del proceso. Eso del descaro, del supremo cinismo, era lo que la mayoría de la gente, que consiguió montarse en la gandola, sabía y había aprendido de la política toda su vida. Colgando como pudieron al principio, poco a poco fueron cogiendo posiciones cada vez más sólidas y algunos lograron colarse hasta las altas posiciones del partido, del poder.
En cogiendo sus puestos y aferrándose a ellos con locura no hubo después Cristo que los sacara. Allí están fijos, eternos, incólumes, porque lo que saben hacer es chuparse los dientes rotos.
Son estos los seres que por dentro sienten el más profundo odio y hasta asco por el proceso, y entre sus íntimos de sus mismas calañas se confiesan: “yo me mantengo en esta mierda hasta que pueda…”, “nunca he creído en marginales ni muertos de hambre…”, “coño, Chávez debería dejar de hablar tantas …”, “hay que sacar a plomo a esos custodios que lo que hacen es afear a la ciudad…”, “de socialismo no sé ni pío y ni por el carajo me gustaría que nos fueran a llevar al comunismo…”, “a mí sí me gusta la plata, ¿y cuál es el problema…?”, “¿a qué loco se le puede ocurrir que ser rico es malo…?”, “hay que forrarse porque está vaina tiene sus días contados…”, “yo la verdad es que no tengo ni arte ni parte en este desastre…”, “a mí lo que interesaba era que me pusieran donde hubiera…, y algo he conseguido…”, “ya estamos hartos de tantos cubanos y si a este tipo no lo frenan nos hundimos junto con toda la plaga de Fidel…”, “basta, que dejen ya ese peo de las expropiaciones contra esa pobre gente que lo que hace es darle trabajo a los venezolanos…”, “cómo da arrechera que ataquen a los medios y hayan cerrado a RCTV…”,…
Por otro lado, cuando estos mismos tipejos se consiguen con verdaderos devotos del Presidente y de la revolución, entonces sus expresiones son totalmente opuestas: “hay que radicalizarse, coño, contra esos traidores…”, “cuenten conmigo para ir hasta lo último en esas investigaciones, caiga quien caiga…”, “aquí no hay espacio para los blandengues, PATRIA SOCIALISTA O MUERTE…”, “fuera los gringos de mierda con su imperialismo…”, “viva Cuba socialista…”, “abajo los mercenarios y vendepatria…”, “coño, paredón para los golpistas…”, “mueran esos malditos medios de comunicación golpistas…”,
Entre gente con esa terrible bipolaridad contamos en este momento con gobernadores, ministros y alcaldes, con diputados a la A.N. y con candidatos que están buscando una curul en esa misma A.N.
Y la gente verdaderamente bolivariana y revolucionaria tiene que tragar grueso. Tiene que esperar a que se consuma el fraude, la estafa moral para entonces poder hablar, porque antes, cualquier denuncia se convierte en un peligro terrible. Serás señalado de ser hijo de puta infiltrado, golpista y enemigo feroz de la revolución. “No es conveniente”, te dirá todo el mundo. “No es el momento”. “Tú tienes que ser disciplinado, ya que estás en el PSUV”.
Y ellos, esos perros maulas lo saben muy bien que no es el momento, y he allí porqué se consideran blindados, seguros e imbatibles. Una historia que venimos sufriendo desde hace 11 años. Seguramente el mal es porque carecemos de verdaeros hombres, eso que decía Bolívar: “NOS HACEN FALTA MUCHAS COSAS, SOBRE TODO HOMBRES…”, y eso sí es verdad que no se pare fácilmente…
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