¿Sabía usted que el Gobierno Bolivariano en los
últimos diez años destinó a la inversión social una cifra cercana a los
330 mil 580 millones de dólares (datos de Elías Eljuri Presidente del
Instituto Nacional de Estadisticas), lo que prácticamente equivale a 5
veces lo invertido por los gobiernos de la década previa a la llegada de
la revolución? Entonces, si bien es verdad que falta mucho por hacer
para implantar el socialismo y así erradicar todas las formas de
pobreza, no es menos cierto que Chávez ha impulsado grandes mejoras en
la calidad de vida de nuestro pueblo que nos conducen al desarrollo más
significativo que haya conocido la patria.
Por lo tanto, transitamoes el camino correcto, en
el entendido de que el Socialismo es precisamente el único sistema
social donde el pueblo asume el control de los medios de producción y
desde esa posición, ejerce el poder político. De allí que siguiendo el
objetivo estratégico de construirlo con sus auténticos protagonistas
(los trabajadores), Carlos Marx, el máximo dirigente obrero de todos los
tiempos, fundó la Asociación Internacional de los Trabajadores o
Primera Internacional (Londres, 1864), y bajo la consigna de
“proletarios, uníos” procuró integrar a los obreros de diversos países.
En Venezuela, su sucesora fue la llamada Central Única de Trabajadores
de Venezuela (CUTV), una organización fundada por aquellos combativos
comunistas de los años 60 del siglo XX, pero que fue lamentablemente
disuelta hace pocos años.
En la actualidad, la clase trabajadora (llamada a
ser protagonista) intenta reimpulsar sus luchas en el favorable
escenario de la Revolución Bolivariana, pero carece de una
auténtica vanguardia ideológica organizada que si tenga la capacidad de
atraer a las masas y orientarlas hacia objetivos revolucionarios y
clasistas, en vez de meras reivindicaciones económicas. Es por esto que
el pueblo rechaza a los dirigentes que nunca han trabajado en la fábrica
ni representan sindicatos, pero sin embargo viajan a conferencias
europeas; no deseamos más oportunistas que usen "el sindicalismo sin
sindicatos" como trampolín para ser diputados.
Los que nos formamos en la lucha sindical clasista,
quien suscribe, abogado de los trabajadores (La Victoria, Aragua),
sabemos cuanta falta hacen hoy, sindicalistas consecuentes como Cruz
Villegas o Hemmy Croes; por lo tanto, no queremos más jefes de
cascarones vacíos arrodillados a una política de burocratismo,
reformismo, economicismo y conciliación patronal; junto a esos
“príncipes del proletariado” jamás haremos la revolución, ni nos
liberaremos de los burgueses opresores, ni aboliremos las leyes que
avalan la explotación, ni aprovecharemos la actual etapa histórica para
junto con Chávez definitivamente derrotar al capitalismo.
(*) Abg. Constitucionalista y Penalista. Profesor
Universitario.
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com
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