En Venezuela, por ejemplo, sentimos un ruidosa alharaca de la Fulana comisión “Súmate”, de sus viajes a USA, del financiamiento recibido por las ONG que fungen de opuestas al chavismo, y todos esos despliegues guarimberos -golpe de Estado y sabotajes incluidos-, como movimientos impunes protagonizados por chamos y chamas, por soldados y soldadas, por capitanes y capitanas, por generales y generalas, por líderes y lideresas,..., finalmente amnistiados, ruidosa alharaca, decimos, que parecieran ser los actos de una estratégica comedia burguesa en pleno proceso de desarrollo.
Es curiosa también la drástica y severa reducción del acervo tecnoprofesional venezolano, sufrida por el mejor personal tecnoprofesional desarrollado como fuerza productiva nacional, en la cuantía del despido directo e indirecto masivo del personal de Pdvsa que se había formado durante 100 años, con inclusión de los trabajadores ordinarios no gerenciales ni sindicales ni políticos. La excusa ha sido “que se quedaban con todo”, como si todos los gobiernos y sus favoritos no lo hicieron durante esa centuria desde Gómez hasta Caldera 2.
No menos curiosas son todas esas labores de informantes yanquis y proyanquis, toleradas por el Imperio y practicadas por personas como la respetable abogada E. G., con sus famosos “desclasificados”, unos documentos obsoletos no verificados ni autenticados por nadie, y sin ningún poder acusatorio en ningún tribunal Internacional; personas como el afamado lingüista Noam Chomsky, quien funge de “socialista” en un plano muy semejante al que tristemente jugó el “sabio” y mala gente, el físico Albert Einstein, un brillante personaje cuyos aportes científicos en buena parte fueron el resultado de apropiaciones indebidas de inventos e hipótesis ajenas que pasaban por las Oficinas de Patentes de Berna, Suiza, lugar, este, donde aquel “aprendió muchísimo” con las solicitudes de registro de las correspondientes innovaciones punteras de la Física del micromundo, y donde este Nobelado era entonces un afanoso funcionario público, o espía intelectual ad hoc. Es muy sospechoso su exilio de post Primera Guerra Mundial, luego de ser Nobelado en 1921., en plena efervescencia de la recuperación alemana y del explosivo avance de la Física frente a la Química que desplazó de su pedestal como ciencia máxima, particularmente en materia de la F. cuántica y radiactiva. Un espionaje que no tiene nada raro para un “genio” ya bien desdibujado en 1905 por su famoso “efecto fotoeléctrico”.
“Otra patente que lleva el sello
Einstein es la vieja pickup eléctrica
que permitía a los disco de vinilo,
púa mediante, convertir el movimiento
electromecánico en una señal
eléctrica. Nada menos que la posibilidad
de captar el sonido mediante
el fonógrafo.
Ese litigio por la brújula giroscópica
y las horas que pasó en la oficina
de Patentes, en Berna, Suiza -trabajó
entre 1902 y 1909-, motivaron a
Einstein a inmiscuirse en el mundo
de los inventos.
“Muchos toman el trabajo de la oficina
de Patentes como un trabajo
más, pero allí aprendió muchísimo”,
dice López Dávalos.
Sin embargo, el físico argentino
apunta a una sed inventiva “desde los
cuatro años”. Es que Einstein venía
de una familia dedicada a la industria.
El genio mundial creció entre motores
y generadores eléctricos.”
http://www.3djuegos.com/comunidad-foros/tema/1515583/0/inventos-y-patentes-de-albert-einstein/
En fin, todos esos flamantes e innovadores acontecimientos “revolucionarios” de la presente República Bolivariana podrían estar formando partes muy bien articuladas de una “megaestrategia Imperialista” de última hora, algo así, digamos, como la “última fase” del Imperialismo, mismo que fue catalogado prematuramente así por el bolchevique Lenin. Es de inferirse que el intríngulis de esta macroestrategia es destruir todo tipo de reivindicaciones laborales adquiridas desde aquel chicagüeño Primero de Mayo para supuestamente partir de cero a costa de retrotraernos a los prolegómenos de las luchas sociales de siglo XIX.
Una novísima estrategia burguesa, e imperialista de punta, que busca aniquilar sus capitalistas de tercera y cesantear una “clase media” aburguesada, una clase de trabajadores que está absorbiendo mucho capital variable y c. constante, es decir, que está destruyendo los progresos económicos que el capitalismo mundial venía obteniendo a punta de mejoras en la “plusvalía relativa”, esto es, que hoy por hoy y a nivel mundial el tiempo necesario para reponer el “capital variable” crece a cada segundo con cargo a la plusvalía que aceleradamente se achica.
El modelo es Cuba, Uruguay se sacudió a tiempo, Chile la rechazó, México no la comparte, Brasil forma parte del juego, etc. La bandera socialista con ribetes bolivarianos que han pretendido convertir la revolución antifeudal bolivariana en rev. Socialista también forma parte de esta estrategia o Imperialismo de Siglo XXI.
Desde estos mismos medios, hemos expuesto la Megaestrategia Imperial:
Acabar con toda la clase media y sus reivindicaciones acumuladas luego de más de 200 años. Porque ya los mercados burgueses se agotan y la tasa de ganancia promedia no da más.
El Imperio y sus apologistas y consejeros lo saben, conocen de cabo a rabo la Crítica de la Economía Política capitalista de Carlos Marx, y mejor que la mayoría de los marxistas argentinos, por citar los más infatuados y jactanciosos al respecto. Efectivamente, el desarrollo de las actuales fuerzas productivas es tal que está viabilizando la explotación salarial, altamente rentable, de hasta los más tarados, formados con un ligero “ABC” de escritura cubana (Misión Robinson- esto quiere decir pirata, aventurero, empírico y afines, y de allí su nombre apuntalado demagógicamente por las ya obsoletas lecciones coloniales del pionero docente de los “niñitos de papá”. Estamos hablando acerca de Simón Rodríguez ya que Andrés Bello renunció a esa servidumbre a última hora. Simón R. sólo enseñaba a los mantuanos, es decir a los “blancos criollos” o pendejos de otrora, porque los realistas o feudales se formaban directamente en Europa
En las nuevas plantillas laborales asalariadas de esta fase “Imperialista de SXXI” estarían inscritas las personas naturalmente subdotadas o minusválidas, susceptibles de vender su fuerza de trabajo con paga de salario mínimo y en moneda devaluada o fiduciaria con negado poder adquisitivo, carente de todos los aditivos salariales que formaban parte de las reivindicaciones de esa clase media que ya dejó de crear plusvalía en la cantidad necesaria para el sustento de las relaciones burguesas. Este minimizado salario supone un ahorro de capital variable en favor de los crecientes costes de medios de producción, propios de la elevada composición orgánica que impone la dinámica capitalista de las últimas décadas con un capital constante de incontenible y alta proporción frente al gasto salarial.
Eso explicaría la desplegada defensa de estos nuevos asalariados relevistas de la actual clase media, su incorporación a las olimpíadas y la introducción de la mujer beisbolera expuesta a cáncer de mama causable por el primer pelotazo en su desprotegido busto. Todos estos potenciales obreros de este siglo presente podrán interactuar técnicamente con la maquinización digital y, por supuesto, recibir los mismos salarios de hambre que imperan en la superpoblada China o en los países mesonorafricanos de hambrunas permanentes y comprobadas.
Digamos que este Neoimperialismo de SXXI busca convertir el Ejército Industrial de Reserva, inclusivo del lumproletario, en asalariados activos y útiles para producir plusvalía, y ejército políticamente tratado como pobres dignos de “empoderamiento” y en favor de quienes cualquier ayuda gubernamental termina siendo bien vista hasta por los extremistas de radical conducta socialista y antiimperialista.
marmac@cantv.net