Erre con erre reaparecen las tres pero abultadas al cuadrado. Luego de un inexplicable reposo, reviven y reaniman a millones de erre con erre revolucionarios que vemos cómo la burocracia -con be de burro- carcome convenientemente, impunemente, nuestras instituciones -con i de ineptitud e indiferencia-.
Erre con erre retroceso al perder más de tres mil módulos de Barrio Adentro, no en manos gobiernos opositores como siempre temimos, sino a manos de la desidia de un Ministerio de Salud inoperante -con i de indolencia-. Erre con erre repudio a las colas -con ce de crimen- a las que someten a los pensionados de IVSS, a los trámites expresamente complicados, a la renovación de un RIF que no tiene por qué vencer -con ve de vano-, a todos esos matavotos -com eme de maldición- que ha descrito nuestro siempre preocupado -con pe de patriota- Luís Britto García.
Erre con erre repudio a funcionarios rojísimos, sí mi comandante presidente, por delante, adelante a luchar miliciano por detrás -con de de disfraz-, cacareando -con ce de campaña electoral- su reivindicación al poder popular, a la contraloría social -con ese de silencio que le das de comer a la canalla-, exigiendo amenazantes una disciplina que se debería escribir con ce de censura.
Erre con erre relegados militantes de base a la hora de postularse a elecciones internas, apartados a codazos ventajistas, con ve de vaselina, que reparten los protegidos de algunos altos cargos -con ce de calamidad- que, sin haber leído a Orwell, concuerdan con los cochinitos de la granja en que todos somos iguales, pero unos son más iguales que otros, y esos son ellos -con e de enturbiar-.
Erre con erre retortijón, al escuchar a mi presi anunciar a sus candidatos, a los candidatos del pueblo que, en tantos casos, el pueblo no quería. Tragar entero y con sabor a lagrimita, enfrentar nuestra conciencia al amor que le tenemos, votar por alguien que no merecía nuestro voto… Yo asumo la responsabilidad, nos dijo, pero somos nosotros los que sufrimos -con ese sacrificio- las consecuencias, pensé - con pe de profundo pesar-.
Erre con erre reaccionar, porque la realidad está ahí, estamos roncos de tanto gritarla, basta con escuchar -con e de escrutinio-, sin rodeos, sin análisis estadísticos redondeados a la centena más próxima, sin asesores que filtren, manipulen, tergiversen -con te de traición-.
Erre con erre recuperar la alegría de vivir en el país más feliz del mundo, regresar a la certeza de que cada uno de nosotros está haciendo su mejor esfuerzo para avanzar -con a de autocrítica- hacia la patria libre, justa y soberana que queremos.
Erre con erre revolución ya.