Se imaginan un mundo sin hambre?, ¿se imaginan un mundo sin dinero?, ¿se imaginan un mundo donde no existan las clases sociales?, ¿se imaginan un mundo en el que todos tengamos las mismas oportunidades, los mismos derechos?, ¿se imaginan un mundo donde no exista la propiedad privada, porque la propiedad es todos? No, no tararee la canción de John Lennon. ¿Se imaginan un mundo donde la clase trabajadora, nosotros, ustedes, ellos, es decir, la mayoría, sea la que mande?, ¿se imaginan un mundo sin diputados porque no habrá materia sobre la cual legislar?, ¿se imaginan un mundo sin Estado?, ¿se imaginan un mundo comunista?
El comunismo es la doctrina de la liberación de la clase trabajadora. En el comunismo no existe Estado regulador. No existen clases sociales. El comunismo es la perfección como sistema político y social. Es la liberación máxima del ser humano. Es la máxima la felicidad de la mujer y del hombre. El comunismo es una instancia superior, existencial, que privilegia a la comunidad por encima del individuo, por encima del individualismo. Yo quisiera ser, de verdad, comunista. Pero resulta que el comunismo es utópico, entendiendo por utopía al “plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación”, según definen los nada utópicos consejeros de la Real Academia Española. Es decir, ahorita no se puede ser comunista. No nos alcanzará la vida para ver un planeta comunista. Ni un país. ¿Una comuna? Tal vez…
Si usted, lector, con conocimientos o no, de sistemas políticos, se sienta un ratico y reflexiona, se dará cuenta de que el comunismo es la concreción de un mundo feliz. Pero la felicidad, también, es “utópica”. A ver, cómo se explica… La manipulación, la irrealidad, la mentira… ¿Venezuela es comunista?
Pero, ¿por qué hablar de comunismo si es utopía? Es una pregunta para los organizadores de la marcha que nunca fue, cuya consigna era “contra el comunismo y en defensa de Venezuela”. “Las probabilidades de que el sábado (pasado) llueva son altas, pero todo el mundo debe asistir con su paraguas. Si la lluvia cae, que debajo de cada paraguas haya un ser humano. La lluvia no puede ser una excusa (…) es importante el rechazo a esta política que cercena las libertades y atenta cada día contra los derechos humanos. Esta es la lucha de la libertad, contra el comunismo”, dijo el organizador de la marcha que no fue, Enrique Mendoza.
No hubo seres humanos para colocarse debajo de los paraguas. Hubo excusas. No hubo cercenamiento de libertades. Hubo derechos humanos. A ver, cómo se explica… La manipulación, la irrealidad, la mentira… ¿Venezuela es comunista? Ojalá. Sinceramente, los opositores fastidian con sus fobias.
MERCEDES CHACÍN
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