La única manera de eliminar la penuria de la vivienda y de los ranchos es
mediante la abolición de la explotación y la opresión de las clases
trabajadoras por la clase dominante. Hoy el asunto de la calidad y del
número de de las viviendas de los trabajadores y de todas las clases
oprimidas se ha agravado como consecuencia de la aglomeración de la
población hacia las grandes ciudades, viviendo en ranchos y casas mal
construidas y en zonas de alta peligrosidad. Esto trae, también, como
consecuencia un alza indiscriminado de los alquileres, un fuerte
hacinamiento en cada casa y, que resulte casi imposible encontrar un
lugar para vivir dignamente.
La escasez, las malas condiciones y la carestía de la vivienda para el
pueblo que vive en las grandes ciudades, visto desde el enfoque
capitalista, es un mal menor y con poca importancia causado por el actual
modo de producción capitalista. La explotación es el mal fundamental que
la revolución social bolivariana debe suprimir en primera instancia,
mediante la abolición del modo de producción capitalista. Esta abolición
implica la apropiación general de todos los medios de producción por
parte de la sociedad, para poder realizar planes masivos de construcción
de viviendas en toda el país.
Producto del "desarrollo" de las ciudades, los pobres, los campesinos,
las clases medias, los obreros van siendo desplazados del centro a la
periferia; lo que origina que las viviendas en las ciudades sean escasas
y costosas, ya que se inician planes de construcción de comercios y
edificios públicos. Eso explica que para la industria de la construcción
capitalista sea más rentable construir edificios de lujo y centros
comerciales cuyo precio de compra o alquiler es elevado, con la
consecuente especulación, en lugar de construir casas para trabajadores y
las clases medias.
¡Patria Socialista o Muerte.........Venceremos!