Innegablemente que la organización política que mayoritariamente aglutina a la mayoría de la militancia que acompaña al Presidente Chávez, en su histórico y convencido empeño de impulsar la revolución socialista en Venezuela en la presente etapa, es el PSUV.; asimismo, también es digno aceptar que esa gran mayoría se debe fundamentalmente porque fue este el partido que propuso el Comandante como máximo líder que es.
Ahora, me atrevo a hacer una consideración reflexiva y en voz alta, tratando de explicarme el por qué, esta organización, a juicio de muchos de sus militantes, tal como se desprende del contenido de bastantes artículos en Aporrea, así como comentarios y tertulias dentro del propio PSUV., sin razón, ha estado desconectado de las exigencias de la táctica política en las que le ha tocado asumir, es más, el mismo sentido de las R (2) y las 5 líneas, dispuesta por el Camarada Chávez, están en sintonía con la conducta desacertada que viene manteniendo el partido, en sus distintas jefaturas al menos, que no es otra de desoír y mucho menos admitir para corregir, las opiniones, posiciones y/o planteamientos lanzados desde los distintos sectores o factores, dentro y fuera de la organización, afectos a la revolución.
Ante esta interrogante, me respondo igualmente en voz alta, se debe a que, como en todo escenario de confrontación, sobre todo si es política, está presente la Lucha de Clases, y el PSUV., no escapa de ello, expresada esta en las conductas que se alimentan de los valores de la dominación impuestos desde factores de poder económico, por su puesto, asumiendo estos la existencia de otros que son concebidos como los dominados. Ahora, quiénes son los dominantes, qué procuran y cómo se mueven, dentro de las estructuras del PSUV., o quiénes los representan? Son los mismos que vendieron a los l miquilena, l a dávila, los a peña, los I garcía y todo derechista disfrazados con o sin partido de la cuarta, como los imprescindibles para (su único y seguro interés) ganar las presidenciales en el 98. Éstos, con un interés bien marcado y llegando a ocupar puestos de jerarquía en el camino recién de la revolución pacifica, no hicieron otra cosa que maniobrar para apoderarse de las estructuras en su oportunidad, no solo del MVR y del Estado en todas sus instancias y regiones, sino que se dedicaron, con increíble pero cierto éxito, a montar sus cuadros en los puestos claves, altos y medios en la toma de decisiones, para que, a la hora de los acontecimientos verdaderamente populares, tipo 13 de abril 2002 y siguientes, que los descubriera y los echara, tendrían a futuro sus secuaces para seguir manteniéndoles los intereses, mientras, con los mismos recursos que les brinda el “proceso y la disciplina” descalificaban a cuanto crítico les hace frente.
Estos tipos han procurado siempre apoderarse de los espacios institucionales que les garanticen cuotas de poder y solo las utilizan en función de dividendos meramente económicos, gracias, porque lo saben muy bien, a la capacidad de contratación mil millonaria que tiene el Estado y todas sus instituciones; ahora, una vez obtenidos y consolidados los privilegios, dejando al Presidente en el segundo o quien sabe en cuál plano, se encargan, así lo hicieron y lo hacen, de montar y afianzar a sus grupos o equipos personales, dotándolos con recursos políticos y financieros, en la intensión, entre otras, de aprovecharse de las necesidades de aquellos sentenciados como los dominados, quienes, cual capataz de otrora esclavitud, utilizando el látigo del silencio cómplice, se convierten en servidores eternos a los intereses de sus dominantes a cambio de imaginarias cuotas del poder.
Ese poder constituido dentro del Proceso se ha encargado de pervertir, tan igual como lo hicieron, fundamentalmente los adecos en la cultura clientelar del puntofijismo, a una parte importante de la militancia revolucionaria, haciéndoles creer, o, peor aún, a sentir como un valor (de los dominado) intrínseco en la lucha política, que el cuadrarse con personeros con poder es la única opción para el asenso personal o político, de allí que, en agradecimiento a esos generosos “cuadros de la revolución” estos obedientes tapan, silencian o boicotean, las ideas o las propuestas, sin importar las personas que las profesan, incluyendo las del propio Presidente Chávez, que pudieran poner en riesgo los intereses particulares o grupales.
Por otro lado, la base de la militancia y la del pueblo llano, en atención de las líneas estratégicas para la acción política, siguen esperando la compañía de los cuadros revolucionarios para la movilización y la lucha popular en procura de resolver tantos problemas importantes pero injustificados, que todavía existen gracias a la indolencia de instituciones o funcionarios que no funcionan, siendo esta la verdadera unidad revolucionaria y la única garantía de hacer que la consigna del Buen Vivir, pregonada por el Camarada Chávez, se conviertan en un valor y una cultura anticapitalistas para permitirnos ganar con la reelección en el 2012.
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(*) Abg.
Valencia - Carabobo