Nueva modernidad en Venezuela y Latinoamérica

El presidente Nicolás Maduro de manera bastante novedosa y muy pertinente en varias ocasiones se ha referido a la descolonialidad.

Por ejemplo, en los congresos de historia insurgente celebrados en La Guaira y Caracas en sus más recientes convocatorias y, últimamente ha sugerido la necesidad de construir una nueva modernidad en Venezuela y Latinoamérica y el Caribe o transmodernidad, en términos de Enrique Dussel, autor, que, por cierto en lo personal, también hemos participado en debates semejantes en seminarios seguidos con un grupo de compañeros y compañeras en el PNFA Artes y Culturas del Sur de la UNEARTE-Lara, Ambiente de Aprendizaje Adelis Freites, con los profesores doctores César Araujo Torres y Armando González Segovia, tanto en sesiones personales cono virtuales, con libros físicos y digitales.

Aunque nos falta mucho por profundizar y continuar con semejantes lecturas y debates; también porque hemos cometido en error de creer que basta con recomendar un libro de Dussel, Grosmfoguel, Juan José Bautista y otros, sino que como sostiene el poeta y filósofo Armando Rojas Guardia, supone desarrollar una amplia reflexión (en "Oscura Lucidez, Armando Rojas Guardia", libro- entrevista de Jonatan Alzuru Aponte, bid y co, editor, Caracas, 2013).

Construir una nueva modernidad supone desarrollar un proyecto histórico pedagógico también alternativo y, en consecuencia, sobre bases filosóficas bastante diferentes a las tradiciones occidentales de encarar la ciencia natural y las tecnologías sociales en uso.

Esto es, los modelos de acción política y social, en general asistencialistas y demagógicas; sino a partir de una noción de democracia directa, con instrumentos y mecanismos de participación que, por un lado recoja el nuevo imaginario social de la nueva arquitectónica construida desde la potencia plebeya que diría García Linera desde Bolivia o del pueblo en general mediante organizaciones sociales intermedias y funcionales, sin burocracia; además, de crear una nueva institucionalidad, que en Venezuela se cree sea el consejo comunal, la comuna, los jueces de paz, comunidades organizadas de manera autónoma y democrática, sin reduccionismos e instrumentalización Política-partidista y plural.

Siendo esto último un asunto bastante complicado, a menos que se vaya construyendo, precisamente una nueva cultura de la dialogisidad, que supone el recogimiento del otro auténticamente, además de enseñar a cuidar la casa común (en palabras del Papa Francisco en Encíclica Fratelli Tutti, por cierto, no resulta extraño que esta figura aborde estos asuntos, dado que también es parte de sus búsqueda existencial como latinoamericano).

Entonces, lo de construir una nueva modernidad constituye un desafío en el nuevo año ad portas y en la Nueva agenda 2025-2031 del gobierno bolivariano, solo posible si logra emocionar a toda una comunidad de nación en un proyecto común, un horizonte de futuro construido desde el encuentro y la confianza a partir de proyectos concretos, no en abstracciones que son parte de los errores e ilusiones de la vieja modernidad, sino pensar y actuar desde lo pequeño e inmediato procesos dónde se pongan en práctica una nueva ética del trabajo y economía, como se puede leer y estudiar en Los siete saberes necesarios a la educación del siglo XXI, de Edgar Morin, libro que todos deberíamos leer; como hemos visto que hace en los editoriales el ministro o ex ministro Castro Soteldo en su programa Sembrando Patria.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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