Aunque parezca sencillo decirlo, llevarlo a la práctica es harto complicado y requiere de una fortaleza ideológica consolidada, asimismo como de una capacidad organizativa suficiente para trascender el viejo modelo e injertar el nuevo modelo socialista. La burguesía chilla hablando de la descentralización, se desgarran las vestiduras hablando de ella, sin embargo se oponen al poder popular, a la democratización del poder en las bases populares, en la democratización de la propiedad privada, etcétera, en fin, paradojas burguesas, o mejor dicho, el modelo capitalista en su esencia, paradójico y contradictorio.
El camarada Aristóbulo Izturiz comentó algo así como: “con estas gobernaciones y alcaldías no se hace revolución”, aquí no solo saltaron los de la derecha, también muchos de los nuestros hicieron la diligencia. El presidente Chávez señaló hace algún tiempo algo así: “la cuarta república en las regiones está vivita”, inmediatamente no faltó quien criticara, la oposición abiertamente, los falsos revolucionarios se alarmaron y muchos ya están en la acera de enfrente, otros callamos y nos hicimos los musiu.
Me niego a creer que Chávez, al frente de esta batalla, por lo que el mismo señala como “corrientazo a las instituciones” y además por el conjunto de planteamientos que viene haciendo en cada una de sus intervenciones en donde toca el tema del estado y su estructura, esté poco acompañado por no decir solo, junto al pueblo claro, quien no lo abandona, pero sólo en cuanto a la presencia de las instancias regionales y municipales y sus representantes, aún cuando la mayoría de alcaldes y gobernadores son dirigentes del PSUV. Eso sin duda llama la atención y se torna preocupante.
En este proceso bolivariano se da preeminencia a la democracia participativa y protagónica, está establecida en la constitución bolivariana, plasmada en el plan socialista 2007-2013 y en toda la acción emprendida por este gobierno revolucionario, no obstante, a dos años y pico de haber llegado al poder regional, nuevos unos, otros no, los flamantes alcaldes y gobernadores poco o nada se ha hecho en función de injertar ese socialismo que pregonamos en los espacios que conquistamos en las distintas regiones. Hasta que no logremos, como algo prioritario, hacernos la interrogante ¿Dónde está el socialismo?, difícilmente podamos romper con la dinámica perversa del metabolismo capitalista que termina arrastrándonos.
Chávez cuan quijote se lanza en su rocinante, lanza ideas, hace propuestas, crea situaciones, impulsa, trabaja como un demonio, pero la burocracia se enquista de tal manera que se coarta el desarrollo del poder popular. La lucha por la conquista de los espacios por parte del pueblo, el avance hacia el ejercicio del poder popular, debemos tenerlo claro, en el fondo, choca contra la mole del viejo estado, es por ello que se hace harto difícil pero la dinámica nos deja una enseñanza, algo que no es nuevo, ya por los sesenta lo planteaba el Che Guevara, “no se puede construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo”…la realidad de la cuba de 1960, inicios de la revolución, fue muy distinta a la nuestra, entre otras cosas que aquella ascendió al poder por las armas, rompiendo con los diques del estado burgués de una forma distinta a la nuestra; el proceso nuestro ha sido como todos lo sabemos, con votos, con el mismo sistema electoral burgués, diseñado éste para que se mantengan las hegemonías del capital sobre las aspiraciones populares.
En Venezuela el molde se ha roto, no obstante, Allende lo intentó en Chile, fracasó, nosotros lo intentamos con Chávez y estamos dando la batalla, casi seguros que no nos derrotarán en la medida que el pueblo tenga conocimiento que el principal actor de la revolución es cada uno de nosotros, pero, ¡Que carga negativa es ese fardo que significa gobernaciones y alcaldías! Actuando como muro de contención de lo nuevo. Seguramente algunos les molestará, tenemos un montón de gobernadores y alcaldes, concejales como arroz, legisladores regionales, etcétera y seguramente dirán… ¡Ese está loco, somos del partido, ganamos elecciones, colocamos candidatos, etcétera! Pero para construir el socialismo nos damos cuenta que esto no basta. Nada más y nada menos que sugerirles a nuestros flamantes gobernadores y alcaldes que se metan a encabezar la revuelta contra sus propios feudos, que nos desprendamos de espacios de poder, sin duda, desde la óptica burguesa no se puede catalogar de otra cosa que de locura. Sin duda quien llegue a ser gobernador ejerce un liderazgo en su localidad, igualmente quien sea electo alcalde, por lo tanto, si junto a la insurrección de Chávez contra el viejo estado burgués nos sumamos todos ¿No creen ustedes que avanzamos más rápido?...solo para la reflexión
¡El miedo es libre! Dirán algunos y es verdad ¡Es libre! Quien a estas alturas del partido no se de cuenta de lo que realmente está haciendo Chávez no está en nada, no entender la batalla que libra el presidente junto al pueblo para romper con viejos paradigmas, es estar desfasado del momento político o estar protagonizando en un plan deliberadamente contrarrevolucionario. Es la expresión de la lucha entre el reformismo y el socialismo. Debemos tener muy claro que reformismo no es socialismo, por muy progresista que sea la reforma. Quienes se han alejado del proyecto bolivariano en el fondo no son sino reformistas, no todos deshonestos, ojo, pero que sus posiciones terminan jugando con el enemigo, otros, al contrario, si actúan deliberadamente de mala fe y absolutamente conscientes de lo que hacen, son los quinta columna convictos y confesos.
De distintas formas nos la ha presentado el comandante, nos habla de injertos socialistas en la estructura capitalista, impulsa iniciativas en este sentido, desde el gobierno nacional se está ensayando con el modelo de Control Obrero, se hace un esfuerzo por potenciar las empresas socialistas, las empresas comunales, las pequeñas y grandes unidades de producción. Se impulsa un modelo de salud como Barrio Adentro ¡¡¡Socialismo Camaradas!!! Y aún nos preguntamos ¿Qué es lo que quiere el comandante? O estamos en las nebulosas o no queremos hacer las cosas.
Como escribidor hago la modesta sugerencia para que el PSUV:
Debatamos el punto de cómo injertamos el socialismo en gobernaciones y alcaldías, cómo hacemos con las estructuras parasitarias del viejo estado burgués, vivitas aún y con mucha fuerza, que paradójicamente en manos nuestras nos termina pesando más, sobretodo porque una gestión pésima de un camarada alcalde o gobernador nos golpea en la cara, sobretodo si es militante del PSUV o de cualquier aliado de la revolución, esto genera mayor confusión y aún cuando se actúa, siempre es odioso hacerlo. Un revolucionario no puede contentarse con lo ocurrido a cualquier camarada alcalde o gobernador en lo referente al fracaso de su gestión, esas son cosas odiosas, nos lacera, pero es parte de la batalla. Este tipo de situaciones no se resuelve actuando como el avestruz, enterrando la cabeza, se requiere atender el tema, abordarlo con sentido autocrítico y sobretodo con la claridad que nos debe dar lo que señala Antonio Aponte en Un Grano de Maíz, el mapa ideológico, dicho mapa nos lo dice Chávez, nos lo explica, pero nos cuesta entenderlo, o definitivamente, no queremos entenderlo.
Deberíamos preguntarnos entonces ¿Por qué nos cuesta tanto ensayar prácticas socialistas en las instituciones que dirigimos? No se trata de colocarle el nombre, elaborar la valla, hacer la propaganda sobre tal o cual proyecto socialista, dicho proyecto debe constar de un conjunto de características que nos diferencie absolutamente de las instituciones capitalistas, es decir, de las instituciones tal cual han venido funcionando que no es otra cosa que en el marco del modelo capitalista, esto significa romper con el esquema capitalista…pero si alguien llega a una gobernación o alcaldía y todo sigue igual o peor pero con un nombre distinto, ahora socialista, en vez de ayudar obstruye, entorpece, aumenta la carga.
Sin duda existen factores, elementos de lo viejo que ejercen un poderoso peso negativo, aunado a mecanismos creados para la corrupción capitalista, enquistados allí y que termina por arrastrar a gran cantidad de personas que se colocan al frente de esas instituciones y los llevan por el despeñadero de la corrupción, el sectarismo, la burocracia y todo esto termina siendo políticamente ineficaz desde todo punto de vista.
También debemos preguntarnos ¿Dónde está el socialismo en lo que hacemos permanentemente? Esa debe ser la letanía de todo revolucionario que llegue a una instancia de poder, también debe ser la letanía del pueblo, no basta solo con criticar, es necesario construir y para ello la iniciativa socialista es vital.
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