Bicentenario

Filosofía de la historia es, en realidad,

 el nombre de un grupo de problemas filosóficos:

 tiene una parte especulativa y una parte analítica.

 Y aun quienes rechazan la primera de ellas muy

 bien pueden (y en realidad deben) aceptar la segunda”

 V.H. Walsh

 Cuando pisamos el terreno de la historia, o nos adentramos por sus senderos, a veces luminoso u otras veces, obscuros i tortuosos, tenemos que admitir que, la carencia de datos precisos, con pruebas documentales i de todos los tipos que exige la búsqueda de una posible verdad histórica i al mismo tiempo el querer ofrecer una interpretación o explicación –lo que trasciende la pura historia para ser filosofía de la historia−, nos obliga a especular sobre lo absolutamente faltante, sólo que, el término especulación no lo debemos tomar en el sentido trivial o cotidiano como se usa, para manipular o mentir a propósito, sino como una forma lógica de llenar la falta de datos, tan como lo hacemos lógica o matemáticamente. Este esfuerzo cognoscitivo es buscando lo que se llama la objetividad histórica.

 Estamos celebrando un bicentenario en la historia social i política de nuestra patria, cuando siendo pionera en América hispana o iberoamericana, fuimos el primer grito libertario seguido de los acontecimientos del 19 de abril de 1810 i al año siguiente de la declaración de la Independencia del dominio español el 5 de julio de 1811, i la promulgación de la primera Carta Constitutiva o Constitución de nuestra América. Ahora, cuando una gran revolución bolivariana i pacífica levanta el vuelo para completar la obra libertaria de Simón Bolívar, es cuando nos hemos percatado de la necesidad de reescribir la historia de estos pueblos porque nos la habían pintado nuestros invasores,  sus historiadores, sus escritores, de modo que, a quienes por tanto años tratamos de conquistadores que vinieron a traernos la cultura, las costumbres i la religión, actuando como benignos colonizadores, resultaron ser  aguerridos invasores que perpetraron uno de los más grandes genocidio de la humanidad, o quizá el mayor de todos. Posiblemente, como lo expresó el gran Pablo Neruda, lo único positivo que nos dejaron de verdad, es que de su alforjas se les iban cayendo las perlas del lenguaje i los de habla española tenemos la dicha de leer a Don Quijote de la Mancha en su lengua original. Llevábamos hasta el presente, un concepto deformado del significado de esos heroicos viajes, es cierto, de Colón i otros viajeros audaces, en busca no solamente de tierras desconocidas para extender civilización, sino para perseguir afanosamente riquezas extraordinarias como en efecto hallaron, i sirvieron solamente para la grandeza i el esplendor del viejo continente, i el sometimiento a la esclavitud de pueblos sin almas, a la pobreza i al dolor que solamente conmovió a unos pocos como Bartolomé de las Casas i otros, para dejar testimonio de la barbarie civilizada que engañó a muchos i hasta grandes intelectuales i escritores de renombre como Jorge Luis Borges pregonó i muchos repetimos, que nos habían traído la cultura de Grecia i de Roma, por lo cual, nuestros hombres de talento o creadores insignes, no eran otra cosas que griegos en el exilio. Sin embargo, no es este el momento de reescribir esos dos siglos de historia especulativa en gran parte, sino decir por qué razones este Bicentenario es totalmente distinto de lo que hubiese sido bajo la IV República. En otras palabras, a mi juicio, hacer filosofía de la historia, es lo que hacemos, pero en “Cuarta” sería distinto, alabar lo condenable. Como José Martí, ese gran cubano Libertador de su patria al lado de otros aguerridos hombres de la mayor de las Antillas,  la bella i alegre Cuba, fue el admirador número uno del héroe venezolano; si la obra del Libertador, es ver cumplida la palabra de un joven de 22 años que juró en el Monte Sacro, como nadie lo había hecho antes, ni después,  venir al continente americano i darle la libertad política cinco o seis naciones, tuvo como sabemos, muchos adversarios i detractores, no solamente en los que para entonces eran sus enemigos o adversarios naturales,  a los cuales arrebató estas cinco patrias, sino de los propios hombres nacidos en este suelo i bajo este cielo, que estaban engreídos de privilegios por colaborar con su dominadores, i seguían soñando ser súbitos del Imperio español i del atolondrado i medio pelele de Fernando VII. El mismo caso de los pitiyanquis de hoi, sintiéndose conformes con ser lacayos i recogedores de migajas de la mesa imperial del Norte que desde los tiempos de Juan Vicente Gómez,  empezaron a disponer casi gratuitamente de todas las riquezas nacionales, principalmente el petróleo. Pues bien Martí concretó su idea diciendo que lo que había quedado sin hacer desde los tiempos del Libertador, todavía estaba o está pendiente en América.

 ¡I cuantas cosas pendientes encontró esta Revolución Bolivariana! Son tantas, i está en proceso firme de revertirlas, de cambiar la calidad de la vida del venezolano, de fomentar la educación, la salud, la agricultura i cría, la vivienda i la vialidad, la tecnología i la ciencia, etc., que habría que escribir uno o varios libros al respecto. Por eso, porque estamos en una parte mui especial de la patria como lo es el Estado Zulia, sometida al criterio de opositores contra revolucionarios, por oportunidades ilegales que se dio a un analfabeto cultural i de hábitos delictivos, se ha hecho un bastión de hombres de gobierno local –en Gobernación i en la Alcaldía− que se requiere de un esfuerzo gigantesco, para sumarse (como creo que una mayoría lo desea i se verá en las elecciones de 2012) al proceso que está cambiando positivamente al país –los índices mundiales oficiales lo reflejan− completando la liberación económica, cultural, científica i tecnológica, para ostentar verdadera soberanía, independiente del BM, de el FMI, i hasta en camino de librarnos de instituciones inoperantes que solamente sirven al Imperio i 4 naciones poderosas más, como son la ONU, la OEA, la OTAN, etc., que son sumisas dependencias al más terrorista i criminal imperio del mundo i de la historia.

 Los lacayos del Zulia (mui pocos por cierto) hace años comparten la idea de un Zulia independiente de Venezuela, pero dependencia absoluta del Imperio, una estrella más en su bandera, aunque tan despreciable como el caso de Puerto Rico. En la misma Casa Blanca donde habita el Premio Nobel de la Guerra i Sacerdote sumiso del imperio de las Trasnacionales i el Pentágono, pensarían con razón que los miserables hombres que supuestamente quedarían en este país enano, pero petrolero, son gente tan miserable moralmente i tan arrastrados al amo, que los tratarían a las patadas i sometidos a las leyes del norte. Empero como eso no sucederá jamás, es de hacer notar que un deseo como ese, está hiriendo hasta el mismo nombre de la patria, pues VENEZUELA, nombre que no deriva del disparate de Nueva Venecia porque no hai semejanza entre una ciudad sembrada en islas a la orilla del mar i una poblado palafítico; además no hai ni un solo documentos en esos marinos que vinieron con Alonso de Ojeda que lo diga; se cree que ni Américo Vespucio venía en esa expedición, o si presente, no sabemos si conocía a Venecia, i la terminación o el sufijo zuela, es despectivo, como en mujerzuela para citar sólo un ejemplo conocido. En cambio se dice que el nombre es indígena. Se trata de un grupo de palafitos situado frente a una gran laja en tierra, a la entrada del lago i que los naturales llamaban Venecihuela o Benecihuela. En el Zulia, pues, nació el nombre de Venezuela i todos los que siquiera con el pensamiento hayan querido desmembrar a la patria, no solamente son disparateros o anormales, sino traidores a la patria. No son ni siquiera sombra de ideólogos.. El autor Pompeyo Ramis en un interesante libro que analiza las razones filosófico-jurídicas de la Independencia, cree que los ideólogos en todos los tiempos, constituyen legión i agrega, “Pero son muy pocos los que logran fundar una doctrina que siga interesando más allá de su momento histórico, y sirva de modelo doctrinal para otros tiempos i lugares”. I aunque no me gusta la palabra doctrina, i prefiero ideas nuevas que señalan futuro, para lo cual podríamos buscar otra palabra, Bolívar es de esos pocos, porque como lo decía su maestro Simón Rodríguez,  necesario es inventar o errar, pero sin claudicar. Muchos piensan, entre ellos Ramis, que creer que el joven Simón no hubiese podido concebir ideas libertarias si el apoyo de otros autores clásicos, es temerario. Por eso, el pensamiento que apuntaba a un socialismo futuro en el Libertador, es lo que ha persistido en el tiempo, i en esta celebración Bicentenaria, es su pensamiento creador, lo que se extiende como fuerza vigorosa i nueva, por todos los pueblos de la patria grande: nuestra América Latina, soberana i hermosa. La Historia se encargará en un mañana no lejano, si es el presidente Comandante Hugo Chávez Frías, el encargado por la providencia o el destino, de completar la obra libertaria de nuestro Libertador Simón Bolívar. I que el hombre, en todos los sitios del mundo i de la historia, se halla determinado por el momento histórico que le toca vivir. ¡Festejamos, un Bicentenario brillante i bolivariano, en libertad!


robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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