El Señor Longevo y todos sus hijos bastardos

El señor longevo y todos sus hijos bastardos que actuaron dentro del proceso hasta que les dio la gana de traicionarlo, se juntaron en la ciudad crepuscular. Para nosotros, los que entendemos la revolución como una lucha de clases entre los explotados y los explotadores, tenemos conciencia de la significativa y extraordinaria fase de transición donde cada uno de los actores políticos solo responden con pasmosa identidad a sus intereses de clases social que representa, y es en esa fase donde la derecha casi siempre con picardía y la maña apela al juego del pragmatismo político, tratando de camuflar en su discurso, con apariencia altruista, su propósito gatopardiano, y quien tenga su experiencia en la lucha revolucionaria, sabe que esto es así.

Fabricio Ojeda en su tiempo que es contemporáneo al nuestro con suma claridad siendo diputado y para irse a luchar junto al pueblo ubico el problema en su carta de renuncia al congreso cuando señalo “aquí no hay revolución, el 23 de enero fue traicionado el pueblo y lo que opera es un cambio de unos hombres por otros”, manteniéndose el mismo sistema de dominación y opresión al pueblo, entonces debemos tener clara las cosas en relación al debate sobre la unidad táctica en tiempo político electoral, muy cónsona, como lo entienden quienes asumen la lucha política como modus vivendi en este caso la unidad es invocada con un solo objetivo el cual, es el reparto de cuotas de poder en mesa de acuerdos y pactos, pero en su interior permanece el veneno divisionista y fraccionalista según se mueva la correlación de fuerzas dentro del marco pactado.

Otra cosa distinta y diferente es la unión revolucionaria que no se decreta se construye en la fragua de los espacios del poder del pueblo organizándose, estudiando, debatiendo, aprendiendo y desaprendiendo, ensayando saberes y experiencias hasta lograr idealizar en el colectivo el socialismo desde lo general hasta lo particular y de lo particular a lo general, sobre la marcha poner por delante la experiencia fructífera y descartar las derrotas frustrantes sin dogma y sin acomplejamientos, esa unión sin egoísmos es la hilandera del brazalete tricolor de la patria.

El pueblo, estructurándose y construyendo ideas que vayan dando las soluciones en el fragor de la cotidianidad y venciendo dificultades dan la pelea contra la cultura de la apatía y el desdén social, esa unión es programática, es estratégica, es la unión del pueblo en lucha junto a los patriotas para construir la patria del presente y futuro, es ir resolviendo esa misteriosa incógnita del hombre en libertad que verifica la posibilidad de concretar la hechura del nuevo mundo visionado por nuestro comandante eterno, nuestro padre libertador hizo ejemplo de entrega total a la causa de la independencia, con sacrificio y constancia ahora que el longevo y sus hijos bastardos ya se muestran, y los agazapados tratan de sabotear para golpear la esperanza y la fe del pueblo en su líder, es el momento de crecernos como pueblo bolivariano y hasta la última gota de aliento defender el proceso revolucionario en el terreno que sea.

*LEGISLADOR DEL CLET.

MILITANTE DEL PARTIDO SOCIALISTA UNIDO DE VENEZUELA. PSUV


luisoscarc55@gmail.com


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Luis Oscar Calderón*

Dirigente de los Círculos Bolivarianos, comunicador alternativo, Director del periódico La Voz del Valle

 lavozdelvalle2@yahoo.es

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