En el marco de las cinco líneas estratégicas y el libro rojo del PSUV, están establecidas las bases fundamentales para la consolidación de un partido movimiento de vanguardia, y esto ha sido reiterado por el comandante Chávez en muchas ocasiones, que sea capaz dicho partido de guiar al pueblo venezolano hacia la consolidación de una nueva hegemonía, la hegemonía popular que no es otra cosa que el poder popular… “si queremos acabar con la pobreza, démosle poder a los pobres”, también ha señalado; la frase resume una propuesta radical, que marcha a la raíz, a lo sustancial de una revolución social, a la médula del problema, la construcción de un nuevo sistema social, el socialismo, que requiere sin duda una nueva hegemonía, la hegemonía popular.
El movimiento campesino se ha venido consolidando en medio de una profunda batalla, es en el campo donde se presentan los mayores abismos y diferencias sociales, no solo las diferencias propias de clase que establece el capitalismo, sino que a ello se suman las diferencias que la cultura burguesa ha establecido entre el campo y la ciudad, para la burguesía el campesino es un ser sub-humano, no les respeta ni sus más mínimos derechos y los burgueses se creen dueños en muchos casos de los campesinos, éstos se creen gentes superiores y por ello el campesinado es, de los sectores pobres de la sociedad, uno de los más excluidos. El PSUV en esta revisión al cuadrado que está haciendo con los debates de las líneas estratégicas ha acertado en la forma como debe transitar hacia un partido-movimiento de vanguardia, en el caso específico del estado Trujillo, estado con una inmensa población campesina, se ha planteado la conformación del Frente Bicentenario de Campesinos Ezequiel Zamora del PSUV y a la fecha podemos decir que se está dando la batalla para lograr consolidar este movimiento social que es del partido, acata sus directrices políticas, pero que asume las especificidades del sector campesino, como seguramente lo tendrán los sindicatos y otros segmentos de la estructura social.
El momento político exige unidad, la unidad es posible en la medida que se sumen voluntades e intenciones en torno a un proyecto, el proyecto nacional socialista, el proyecto de soberanía alimentaria y todo resumido en el ensayo más importante desde la llegada de la revolución al poder, la misión Agro Venezuela. Lo hecho hasta ahora no es poca cosa, sin embargo, la misión Agro Venezuela está llamada a ser el motor que enrumbe hacia los nuevos horizontes a la patria, en materia de producción agrícola, pero esta no puede estar aislada del conjunto de intríngulis de una revolución social, no puede estar a espaldas de la revolución socialista que estamos haciendo. La batalla por combatir la pobreza y el hambre se dará en los campos venezolanos de la mano del gobierno revolucionario y con la idea fija de la construcción de la nueva hegemonía popular que consolidará nuestro sistema socialista.
Para lograr avanzar en este sentido es importante y vital la organización, ésta debe echar a un lado la atomización que generalmente ocurre entre los sectores campesinos; a la burguesía jamás le ha interesado el campesino, salvo para explotarlo, mucho menos que éste se organice y asuma el poder, el poder de producir en un nuevo sistema, en el modelo socialista, con nuevas relaciones de producción que logren liberar al campesino de las cadenas que lo atan al modelo burgués y para lograrlo se requiere de una sólida organización social y política.
El PSUV está llamado a ser el partido vanguardia de la revolución y sus frentes deben trascender lo electoral para elevar el nivel político del pueblo, también debe trascender lo exclusivamente reivindicativista y que sea posible la toma del poder por éste y para que el pueblo tome el poder debe estar preparado para hacerlo. Esa estructura orgánica debe incentivar y motivar unas nuevas relaciones en donde se practique el comercio justo en la distribución de alimentos, es decir, no solo se trata de producir, se trata de marchar hacia un nuevo modelo de producción, de comercialización y de consumo.
Dentro de la estructura del FBCEZ-PSUV-Trujillo se conformó una coordinación de Redes de Mercados Socialistas, con ello se pretende trabajar de manera mancomunada, el poder revolucionario: nacional, regional, municipal y comunal en función de crear nuevos espacios de mercadeo de productos agrícolas, incluso, se prevé las coordinaciones y articulaciones entre las comunas en construcción en las ciudades y los productores del campo organizados para que se coloquen las cosechas de manera directa y así acabar con el mecanismo especulativo que crea el capitalismo en las redes de distribución y mercadeo.
El tema de la propiedad se aborda en la Ley de Tierras, allí está claro, sin embargo, la aplicación de la misma se hará posible en la medida que a través de la misión Agro Venezuela se logre implantar el modelo socialista. Debemos tener muy claro que en el sistema capitalista es imposible resolver el problema del campesinado, solo en el socialismo se puede concretar el sueño de justicia social y establecimiento pleno del estado de derecho propuesto en la Constitución Bolivariana. Asimismo el nuevo mercado socialista es posible en la medida en que el pueblo consolide redes que hagan desaparecer las redes capitalistas, ahora bien, esto no es posible se no se impulsa la creación de las redes socialistas y tampoco será posible lograrlo de la noche a la mañana, es parte de un proceso que debemos impulsar y comenzar desde ya.
Algo bien importante y de necesaria acotación, la Gran Misión Agro Venezuela debe marchar en el sentido de impactar los ámbitos en donde se incuba la explotación capitalista: La Propiedad (Tenencia de la Tierra), Producción (Tecnología, financiamiento, asesoría, etcétera), Distribución (Redes de mercados Socialistas) y consumo (Organización social, cultura socialista de consumo, formación y organización).
La Ley de Tierras establece la erradicación de la tercerización, es decir, la explotación del campesino de la manera más salvaje, sin ningún tipo de derecho, en condiciones prácticamente esclavistas, esto ocurre en Trujillo y en otras partes, verbigracia la zona Sur del Lago, que por cierto parte de ella corresponde a este estado, no obstante, no solo es suficiente con que exista la Ley, lo más esencial es que junto a la Ley el elemento humano forme parte del cuadro de la nueva realidad, de la nueva sociedad, del nuevo sistema y ese elemento humano debe estar consciente y organizado para asumir el poder popular y esto solo es posible de manera articulada.
Las instituciones del estado revolucionario han hecho un gran trabajo en este particular, en lo referente a recuperación de tierras; el MAT y sus distintos organismos como: Inti, Fondas, etcétera, han hecho un trabajo encomiable, no obstante, la estructura social, organización y articulación forma parte ya de un ámbito eminentemente político organizativo y por ello la creación del frente del PSUV pasa a ser una necesidad histórica. ¿Por qué del PSUV? Porque esta es una forma de acabar con la atomización y el autonomismo que se expresa en la conformación de innumerables organizaciones y movimientos que en vez de unir desarticulan. Los procesos tienen sus tiempos, no podemos desmeritar la labor de los frentes campesinos que hasta ahora han venido desempeñando una labor importante, sin embargo, hay una fuerte tendencia a la atomización y desarticulación y es por ello que llegó la hora de articular todas estas redes sociales en el PSUV, con sus peculiaridades pero articuladas en el PSUV y con ello impulsar la transición del partido maquinaria hacia el partido-movimiento-vanguardia que nos exige el comandante Chávez.
Como señalamos anteriormente, la misión Agro Venezuela igualmente requiere que se vaya paulatinamente acabando con el abismo establecido por el capitalismo entre el campo y la ciudad, entre el trabajo manual y el intelectual, entre lo técnico y lo empírico, es por ello que es importante a través de la praxis cotidiana darle un nuevo sentido entre la relación de nuestros técnicos y el productor del campo, eso requiere de un gran trabajo de formación ideológica en todo el elemento humano que interactúa en este proyecto. Hay que observar y entender que la estrategia engloba, es decir, la producción de alimentos en esta revolución es una batalla que la damos o la debemos dar juntos, con una visión distinta, una visión socialista, que no aísle y desarticule sino que una en un solo gran cuerpo para que no se pierda el objetivo estratégico del mismo; productores, técnicos e instituciones y en la articulación de estos elementos el partido y su organización es vital, su rol es inaplazable e insustituible.
Seguramente en otras regiones se irán conformando colectivos que articulen de esta forma, el partido también discutirá el asunto, no obstante, el ensayo que estamos haciendo en Trujillo seguramente dará excelentes resultados; es la forma de nutrir el tejido social del partido, que nos permita no solo ganar elecciones sino hacer la revolución con una poderosa estructura social impulsándola de manera orgánica para con ello establecer la nueva hegemonía, la hegemonía del poder popular.
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