El presidente Chávez volvió. Vencieron su valentía, la fuerza de la oración de millones y la medicina cubana. Guarden el champán. Adiós al vacío de poder, a la política fundada en la apología de la muerte.
Esa política le funciona por ahora al imperio por su poderío militar. El que trabaja con la muerte, prefigura la suya. Por eso, en su afán de dominación, va destruyendo sus tres fuentes de acumulación de capital: los trabajadores, la naturaleza y los pueblos del Sur. Entonces, o liquidan al planeta y a la humanidad, o la humanidad y el planeta triunfan.
Esa disyuntiva deben pensarla los que se cobijan bajo ese árbol. Incluso los que desde la izquierda sueñan en una alianza con la MUD para desplazar a Chávez ¿Por qué no organizan una oposición de izquierda, aportando propuestas constructivas? No ha habido en Venezuela una derecha progresista consecuente. No la hubo en la Colonia ni en la guerra de independencia. Traicionaron a Bolívar cuando fue liberando esclavos creando una República con los pobres enfrentada a la hegemonía de EEUU. Entonces, ¿no sería mejor una alianza con el pueblo chavista, parte esencial del bloque social de los oprimidos, vanguardia de cambios importantes, probada en la lucha?
Bolívar nunca habló desde un "destino manifiesto", concedido a Venezuela para dominar a otras naciones. Ya a mediados del siglo XIX, EEUU se había robado más de la mitad de México. La geopolítica de Bolívar fue para integrar con hermandad y soberanía. Chávez ha continuado esa tradición. Por eso la Alba, Petrocaribe, la ASA, Unasur, el sucre, la Celac, el refundar la ONU, las misiones, los referendos, la pedagogía política. Por eso Chávez no podía faltar el 5 de julio, Día de la Independencia. En 1811 todavía faltaban el cambio en la composición social del Ejército Libertador, la Carta de Jamaica, el Congreso de Angostura, el Paso de Los Andes, Boyacá, Carabobo, Pichincha, Ayacucho, el Congreso de Panamá, Cuba, Puerto Rico. A Bolívar la traición se le atravesó en el camino. Nos legó la culminación de esa tarea. No se realizará en nombre de la acumulación de capital, el mercado y el dios del dinero. La política se está resolviendo en la calle. El que cabalga un tigre no se puede bajar. Ese es el reto para el presidente Chávez. Que Dios le dé vida y discernimiento.
